El atleta olímpico Osmar Olvera y Unicef se unen para promover la alimentación saludable en la infancia

Osmar Olvera, el clavadista mexicano, ha consolidado su carrera deportiva a lo más alto del podio. Su trayectoria ha sido un cúmulo de éxitos y medallas que lo han llevado a escribir su nombre con letras doradas en la historia del clavado en México.

Recientemente, Olvera demostró una vez más su gran talento al cosechar, junto a Juan Celaya, la medalla de plata en la prueba de clavado sincronizado desde la plataforma de tres metros en los Juegos Olímpicos de París 2024. Esta presea se suma a sus cuatro medallas mundiales, dos internacionales y tres en Juegos Panamericanos.

Osmar Olvera no solo es un deportista excepcional, sino también un ejemplo a seguir para niñas, niños y adolescentes. Se ha unido incluso a campañas nacionales e internacionales para promover hábitos alimenticios saludables y un estilo de vida activo entre la población infantil y juvenil. Su liderazgo trasciende las alturas y busca inspirar a las nuevas generaciones.

Osmar Olvera, el joven clavadista olímpico mexicano, se unió al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) México como uno de los promotores de la alimentación saludable y la actividad física en niñas, niños y adolescentes.

Esta colaboración es parte de la campaña titulada “Come como Campeón y Campeona”, una iniciativa la sede en México de la organización que busca hacer frente a los alarmantes niveles de sobrepeso y obesidad en la niñez y juventud del país. De acuerdo con las estadísticas de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022, alrededor de 12.7 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 19 años tienen un peso mayor al recomendado por los especialistas, es decir, un 37.4% de las niñas y niños en edad escolar y el 42.9% de los adolescentes. Estas cifras ubican a México entre los países con los índices más altos de obesidad a nivel mundial.

Osmar Olvera dijo a Unicef que “los hábitos alimenticios y la comida son parte fundamental de todos los atletas. Llevar una buena nutrición es sumamente importante para que en la competencia estés al cien por ciento”. Sus declaraciones reflejan la importancia de una dieta equilibrada para alcanzar el máximo rendimiento tanto en el deporte como en la vida cotidiana.

Los datos del INEGI también recalcan que el sobrepeso y la obesidad infantil no solo comprometen la salud física, sino también la emocional y social de los afectados.

Osmar Olvera es un ejemplo vivo de la importancia de estos hábitos. Su carrera como clavadista olímpico requiere una disciplina rigurosa no solo en el entrenamiento físico sino también en su alimentación. Su compromiso con la alimentación saludable aporta credibilidad y refuerza el mensaje de la campaña.

La campaña “Come como Campeón y Campeona” se lanzó hace algunos años para recalcar que el deporte y la actividad física son cruciales no solo para el bienestar físico, sino también para la salud mental de los niños y adolescentes. Al respecto, Olvera subrayó el papel vital del apoyo familiar: “La familia y los seres queridos siempre son los primeros que confiando en nuestros sueños, están ahí apoyándonos, motivándonos todos los días”.

Unicef México también ha sumado a otros atletas reconocidos como la gimnasta Alexa Moreno y Donovan Carrillo, patinador artístico sobre hielo, ambos también participantes en los Juegos Olímpicos París 2024. La incorporación de estos deportistas busca aprovechar el impacto global de este evento deportivo para difundir mensajes de salud y bienestar entre los jóvenes.

Además de Olvera, se espera que a lo largo del año se unan esta causa Roberto Sumuano, taekwondista chiapaneco, y Simoneé Cruz, comunicadora artística jalisciense.

México enfrenta una crisis de salud que afecta a niños y adolescentes, reduciendo su calidad de vida y propiciando la aparición temprana de enfermedades crónicas como la diabetes y problemas cardiovasculares, hepáticos y renales. Ante este sombrío panorama, las iniciativas como “Come como Campeón y Campeona” no solo promueven un cambio necesario, sino también urgente para mejorar la esperanza de vida de la juventud mexicana.

La alimentación tiene un impacto significativo en el rendimiento escolar de los niños y adolescentes, afectando tanto su capacidad cognitiva como su comportamiento en el entorno educativo.

Algunos de los efectos que puede tener una mala alimentación son los siguientes:

1. Dificultad para concentrarse: La falta de nutrientes esenciales, como hierro y ácidos grasos omega-3, puede llevar a problemas de atención y concentración. Esto dificulta el aprendizaje y la asimilación de información en el aula.
2. Fatiga y somnolencia: Una dieta deficiente puede causar cansancio y somnolencia, lo que reduce la participación activa de los estudiantes en las actividades escolares.
3. Problemas de comportamiento: La mala alimentación puede provocar cambios en los niveles de azúcar en sangre, resultando en cambios de humor y comportamientos impulsivos, lo que afecta la interacción social y el ambiente escolar.
4. Bajo rendimiento académico: Estudios han demostrado que los estudiantes con hábitos alimentarios inadecuados tienden a obtener calificaciones más bajas. La falta de alimentos saludables, como frutas y verduras, se ha correlacionado con un rendimiento académico desfavorable.
5. Problemas de salud: La mala nutrición puede llevar a problemas de salud como obesidad y anemia, que a su vez afectan la capacidad de aprendizaje y el desarrollo cognitivo.

Una alimentación equilibrada que incluya una variedad de alimentos de todos los grupos es fundamental para el desarrollo físico y mental de los niños. Ejemplos de comidas saludables incluyen avena con frutas, pollo con verduras y pescado al horno[4]. Además, es esencial que los padres y educadores fomenten hábitos alimenticios saludables, sirviendo como modelos a seguir en la alimentación[4][5].

La calidad de la alimentación influye directamente en el rendimiento escolar, y una nutrición adecuada es fundamental para el crecimiento y desarrollo cognitivo de los estudiantes.