La autoestima es fundamental para el desarrollo personal y aunque es común pensar que se limita a este ámbito de la vida, en realidad es una cuestión que atraviesa más de un factor cotidiano de nuestras de niños y jóvenes. Según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), fomentar la autoestima desde una edad temprana puede tener un impacto duradero en la vida de los niños.
Es importante que se pongan en conjunto las acciones de padres, cuidadores y docentes para la construcción de una autoestima saludable. De acuerdo con la organización internacional, si se despliegan estrategias centradas en el amor, la empatía y el apoyo, se puede fortalecer la percepción positiva que los menores tienen de sí mismos, lo cual es crucial para su resiliencia y bienestar.
Si el autoestima de los niños, niñas y adolescentes no se encuentra en un estado saludable o bueno, se ve afectada su calidad de vida al mermar su interacción con los diversos círculos sociales, no le permite expresar sus opiniones, les genera estrés diversas situaciones que puede mantenerlos preocupados por mucho tiempo y provocar que pierdan el interés o la concentración en cuestiones escolares.
¿Qué es el autoestima?
Una investigación de psicología y pedagogía de la Universidad de Guanajuato, la autoestima es el concepto que tenemos de la valía propia con base en los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias propias a lo largo de la vida. “Los millares de impresiones, evaluaciones y experiencias así reunidos se juntan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o, por el contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos”, recalca el estudio.
La autoestima influye significativamente en diversas formas de conducta, por lo que las personas con autoestima elevada reportan menos emociones negativas, tales como la agresividad y la depresión, en comparación con aquellos con autoestima baja. Además, quienes tienen una autoestima saludable manejan mejor el estrés y experimentan menos efectos adversos en su salud cuando son expuestas a situaciones estresantes. Es decir, que la autoestima tiene una repercusión tanto en la salud mental como en el bienestar físico.
El desarrollo de la autoestima es crucial formarla desde los primeros años de vida y reforzarla en la infancia intermedia. De acuerdo con un artículo del doctor en investigación Gabriel Araujo, especialista en salud del comportamiento desde la Psicología y Psiquiatría, es en esta etapa, los niños comparan sus logros reales con sus expectativas y patrones sociales, formándose opiniones sobre su propia valía.
“La autoevaluación impacta profundamente en la personalidad y en el estado de ánimo habitual de los menores. Estas opiniones sobre sí mismos durante la niñez tienen un impacto duradero en la formación de la personalidad y el bienestar emocional. Si creen que otros no los aceptan, es probable que no se integren. Tal vez, permitan que otras personas los traten mal y les cueste mucho defenderse y hacerse respetar. Probablemente, se rindan con facilidad o ni siquiera intenten. Los niños con baja autoestima tienen dificultad para aceptar cuando cometen un error, pierden o fracasan. Como resultado, tal vez no se desempeñen tan bien como podrían hacerlo”, destacó el académico.
Síntomas de baja autoestima
El jefe de Atención y Seguimiento psicológico de la Universidad La Salle, Rafael Cruz, dijo a Infobae que la autoestima es una parte esencial de la salud emocional y la salud mental, porque influye en la forma en la que una persona se siente, piensa y actúa.
“Un autoestima saludable implica tener una percepción equilibrada de uno mismo, que reconoce todas sus cualidades, sus fortalezas, pero también que es consciente de sus debilidades o de sus áreas de oportunidad y por lo tanto, se siente alguien digno de respeto y hace valer su sentir y hace valer sus opiniones, gustos e intereses. Si tomamos eso en cuenta, podemos ver que la autoestima es algo que se que permea en todas las áreas de la vida y desde luego que en el área académica tiene un alto impacto”, recalcó el especialista.
Cuando un niño, niña o adolescente no tiene una buena percepción de sí mismo se genera una inestabilidad emocional que no le permite valorarse, ser resiliente y avanzar en cualquier aspecto de su vida. Valorarse y quererse también contribuye a tener relaciones sociales de calidad en la etapa de la juventud y más tarde en la vida adulta.
Algunas de las señales que los infantes y jóvenes presentan cuando tienen baja autoestima son las siguientes:
- Se cree inferior a los demás, no se valora y no se hace respetar.
- Carece de confianza en sí mismo y en sus capacidades y habilidades.
- Se muestra inseguro y teme al fracaso, evitando probar cosas nuevas.
- Presenta falta de disciplina, compromiso y responsabilidad.
- Intenta llamar la atención y puede recurrir al engaño y la mentira para destacarse.
- Culpa a los demás de sus desgracias y adopta actitudes violentas y desafiantes.
- Tiene dificultades para relacionarse con sus iguales.
- Tiende al pesimismo y a la exageración.
- Se compara con los demás.
Una buena autoestima permite mejorar el aprendizaje
El especialista en Psicología de la Universidad La Salle enfatizó que una autoestima saludable tiene un impacto positivo significativo en el aprendizaje y el rendimiento académico de los niños. Algunas de las formas en que una buena autoestima facilita el aprendizaje incluyen la motivación y el esfuerzo, puede mejorar su concentración y atención, disposición a asumir retos, menor ansiedad y estrés, así como mejor autorregulación.
Las estrategias como las de Ticmas pueden ser cruciales para fomentar una autoestima saludable en niños y adolescentes al desarrollar sus competencias socioemocionales. Estas estrategias se implementan a través de tres líneas de acción que benefician tanto a docentes como a estudiantes.
En la primera línea, se utiliza una biblioteca interactiva que incluye una variedad de recursos como videos, audios, infografías interactivas y ejercicios. Estos materiales permiten una retroalimentación inmediata de los maestros a los estudiantes, abordando competencias socioemocionales como el autoconocimiento, la autorreflexión sobre fortalezas y áreas de mejora, así como la autorregulación emocional, de pensamientos y conductas. Además, se trabaja la conciencia social, el desarrollo de la empatía y el cuidado del medio ambiente.
También se enfocan en la toma de decisiones y su impacto en los entornos inmediatos, el trabajo en equipo, la comunicación y la resolución colaborativa de problemas. En la segunda línea de acción, Ticmas ofrece acompañamiento docente mediante charlas, conferencias con especialistas y cursos de aprendizaje continuo, abordando el aprendizaje socioemocional en el contexto educativo. La tercera línea de acción, actualmente en desarrollo y titulada “Huella Emocional”, está siendo implementada en algunas escuelas en México.
Susel Jacquet, Soft Skills Manager en Ticmas, destaca la relevancia de estas estrategias afirmando que, si se aplican hoy, es posible que en el futuro no sean tan necesarias. La evidencia sugiere que los estudiantes que participan en programas de aprendizaje socioemocional tienden a disfrutar de mejor salud física y mental con el tiempo en comparación con aquellos que no participan en dichos programas. Esta mejora en el bienestar general subraya la importancia de promover una autoestima saludable desde una edad temprana.