El mundo de hoy es caótico, tecnológico y ajetreado. En la actualidad, el multitasking, las jornadas extensas de trabajo, la precariedad laboral, la desigualdad, entre otros dilemas ocupan y preocupan a la sociedad.
Problemas como el estrés crónico u otras enfermedades, la mala alimentación, la poca o nula higiene de sueño, el sedentarismo, y otros más son producto de un estilo de vida que, muchas de las veces, consume la propia existencia. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en sus últimos datos del 2019, la esperanza de vida promedio a nivel global es de 73 años, de los cuales el promedio para hombres es de 71, mientras que el de las mujeres es 76.
Por otro lado, en el Danish Twin Study se menciona que, lo que determina la longevidad de una persona, se dicta 20 % por los genes y 80 % por el estilo de vida. Por esta razón, en un mundo como el de hoy, sería descabellado pensar que la esperanza de vida supere los 90 años, y que, aunado a esto, sea vivida con bienestar.
Sin embargo, existen zonas específicas del mundo que son longevas, sanas y felices.
¿Qué son las zonas azules?
Son cinco áreas geográficas específicas, las cuales comparten características en común. Fueron descubiertas gracias a Dan Buettner, quien es investigador y escritor, en conjunto con una expedición de National Geographic, en la cual se encontraban científicos, antropólogos y demógrafos, y el National Institute of Aging.
Buettner trataba de encontrar los factores que guiaban a la longevidad. Gracias a estos investigadores se descubrieron las zonas azules, las cuales gozaban de una característica en particular: en esos lugares, las personas eran nonagenarias y centenarias. Para su validación, se guiaron en diversos índices, tales como el Centenarian Prevalence, el Centenarian Rate y el Extreme Longevity Index.
Las cinco zonas azules que actualmente existen son las siguientes: Okinawa, Japón; Cerdeña, Italia; Nicoya, Costa Rica; Icaria, Grecia; y Loma Linda, EUA.
¿Qué tienen de especial las zonas azules?
Estas locaciones comparten, según Buettner, nueve características específicas (The Power 9), las cuales apoyan el entorno vital para la longevidad:
1. Moverse naturalmente: gracias a sus entornos de vida, las personas de las zonas azules son muy activas físicamente debido a sus actividades diarias. Por ejemplo, cosechar, cultivar jardines, etcétera.
2. Propósito: “La razón por la cual te despiertas cada mañana”. En Japón a esto se le llama Ikigai.
3. Resiliencia al estrés: las personas de las zonas azules tienen hábitos/rutinas diarias para desechar el estrés. Por ejemplo, los habitantes de Okinawa toman un momento para recordar a sus ancestros.
4. La regla del 80 %: para los habitantes de Okinawa existe una regla llamada Hara hachi bu, un mantra de Confucio que indica que solo hay que comer hasta estar 80 % llenos. Además, las personas de las zonas azules toman su último alimento al final de la tarde.
5. Dieta vegana (plant slant): dietas basadas en frijoles fava, negros, soya y lenteja prevalecen dentro de las zonas azules. El consumo de carne es limitado en algunas regiones.
6. Tomar vino: se suele consumir (excepto en Loma Linda, puesto que son adventistas) moderadamente. A saber, un estudio establece que, las personas que beben con moderación, viven más que los no bebedores.
7. Sentido de pertenencia: las personas habitantes de las ZA (zonas azules) en su mayoría pertenecen a alguna organización/comunidad religiosa. Según estudios, atender algún servicio religioso aumenta la esperanza de vida de 4 a 14 años.
8. Seres amados primero: como su nombre lo indica, estas personas colocan a sus seres amados como prioridad, manteniendo cerca a sus padres y abuelos (se hacen cargo de ellos cuando el tiempo lo indica). Tienen un compañero de vida, e invierten tiempo y dinero para la crianza de sus hijos.
9. Tribu correcta: tienen círculos sociales cercanos, lo cual ayuda a conservar hábitos saludables.
Medicina del estilo de vida y las zonas azules
La Medicina del Estilo de Vida (MEV) es definida “como la práctica basada en la evidencia, de asistir a individuos y familias en la adopción y mantención de conductas que mejoran la salud y calidad de vida, tales como alimentación saludable, realización de actividad física periódica, sueño reparador, manejo del estrés, cese del uso de sustancias tóxicas y una sólida red de apoyo social”.
Asimismo, Izcue et al., mencionan en el artículo “¿Qué es la Medicina del Estilo de Vida y por qué la necesitamos?” (Revista Médica Clínica Las Condes, 2021) que la MEV “ha demostrado ser efectiva en la prevención, manejo y a veces reversión de las patologías que conllevan la mayor morbimortalidad global, tales como hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, enfermedad coronaria y obesidad. Se estima que el 80% de las enfermedades crónicas no transmisibles podrían prevenirse llevando un estilo de vida más saludable”.
El enfoque moderno de la Medicina del Estilo de Vida (MEV) contempla seis pilares fundamentales para la prevención y tratamiento de las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT):
- Alimentación saludable
- Práctica regular de actividad física
- Higiene del sueño
- Evitar el consumo y abuso de sustancias peligrosas
- Bienestar emocional y manejo del estrés
- Relaciones significativas y sentido de pertenencia
Un estudio del American Journal of Lifestyle Medicine del 2022, comparó los principios del Power 9 de Buettner con los seis pilares de la MEV, así como con investigaciones que se enfocan en la relación de los factores de conducta, la longevidad y la genética. La finalidad de esta investigación era conocer cómo estos aspectos afectan las rutas moleculares y sus consecuencias en el bienestar y la longevidad.
Como resultado, se menciona que los fundamentos clave de las zonas azules (The Power 9) y los principios de la MEV se asocian positivamente con el bienestar y la longevidad. Además, concluyen que la conducta y la genética influyen en algunos de los sistemas del cuerpo humano, tales como cardiovascular, inmune, endocrino y gastrointestinal.
Envejecer existosamente
El envejecimiento exitoso (successful ageing) es un concepto multidimensional dentro del modelo biopsicosocial. Este enfoque se encarga de estudiar la salud y la enfermedad, tomando en cuenta tres aspectos: biológicos, psicológicos y sociales.
A saber, este enfoque prioriza que, para envejecer exitosamente, se requieren de tres aspectos fundamentales:
- Mantener el rendimiento físico y mental
- Ausencia de enfermedad y discapacidad
- Desenvolvimiento activo y continuo de la vida social
¿Qué se puede aprender de esto para el florecimiento humano?
Las nueve características específicas de las zonas azules (The Power 9) tienen similitudes con los dominios del florecimiento humano, puesto que engloban una multitud de esferas que involucran al bienestar integral de una persona. Por ende, aunque no se siga una dieta vegana o mediterránea, las dimensiones descritas en las zonas azules pueden guiar hacia el florecimiento.
Recordando los dominios más actuales sobre el florecimiento humano de VanWeeler: felicidad y satisfacción en la vida, salud física y mental, significado y propósito, carácter y virtud, y relaciones cercanas, se puede determinar que los habitantes de las zonas azules gozan de bienestar gracias a su estilo de vida, lo cual inevitablemente apoya a su florecimiento como persona.
Tener un propósito de vida aumenta la esperanza de vida, disminuye en un 19 % la probabilidad de tener un ataque cardíaco, y tienen 2.4 menos probabilidad de desarrollar Alzheimer
Por ejemplo, tener un propósito de vida aumenta la esperanza de vida, disminuye en un 19 % la probabilidad de tener un ataque cardíaco, y tienen 2.4 menos probabilidad de desarrollar Alzheimer. Por su parte, contar con relaciones interpersonales cercanas ayuda al sentido de pertenencia, lo cual puede mejorar la salud mental y el bienestar. Un estudio sobre las relaciones sociales y el riesgo de mortalidad demostró que las personas con relaciones sociales fuertes tienen un 50 % menos riesgo de morir que aquellas que tienen pocas o insuficientes relaciones interpersonales.
Se puede aprender mucho de los principios de las zonas azules para nuestro bienestar, tomando en cuenta que estos factores nos pueden ayudar a alcanzar nuestro máximo potencial, que es una de las premisas del florecimiento humano, puesto que este se basa en el bienestar mental, físico y social de una persona.
Entonces, aunque el enfoque de las zonas azules enfatiza la longevidad, son puntos importantes de los que podemos aprender y replicar para aumentar el bienestar y empezar buenos hábitos que nos guíen y motiven hacia nuestro florecimiento.
Una versión de este artículo se publicó en el Observatorio del Instituto para el futuro de la Educación del Tec de Monterrey