La historia de Paula, la niña que descubrió el sorprendente poder de la educación física

¿Cómo mejorar la atención, memoria y creatividad de los estudiantes? Conozca los beneficios de la educación física

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La alfabetización física es considerada como la competencia motriz, el conocimiento y comprensión en valorar y responsabilizarse en el compromiso de realizar actividad física a lo largo de la vida (Getty Images)
La alfabetización física es considerada como la competencia motriz, el conocimiento y comprensión en valorar y responsabilizarse en el compromiso de realizar actividad física a lo largo de la vida (Getty Images)

Paula es una niña de 14 años que no le gustaban las clases de educación física. Le parecían aburridas, difíciles y sin sentido. Siempre se quedaba al final de la clase, sin participar ni divertirse. Prefería las asignaturas de matemáticas, lenguas o idiomas, allí podía demostrar su inteligencia y obtener buenas notas.

Un día, su profesor de educación física le propuso el siguiente reto a Paula: participar en un proyecto sobre la alfabetización física, es decir, que evidenciara la capacidad, confianza y el deseo que deben tener las personas para estar físicamente activos durante toda la vida y que tengan un buen estado de salud. El proyecto consistía en realizar diferentes actividades físicas, tanto dentro como fuera del colegio, y reflexionar sobre sus beneficios para el aprendizaje y la salud.

Paula, aunque no estaba muy convencida, aceptó el reto. Al principio, le costó adaptarse a las nuevas propuestas planteadas en esta metodología, que son muy variadas, lúdicas y atractivas: juegos, bailes, deportes, yoga, etc. Pero poco a poco, fue descubriendo que la educación física no era solo moverse, sino también pensar, sentir, comunicar y cooperar.

La educación física no es solo moverse, sino también pensar, sentir, comunicar y cooperar (Getty)
La educación física no es solo moverse, sino también pensar, sentir, comunicar y cooperar (Getty)

La estudiante se dio cuenta de que la educación física le ayudaba a mejorar su rendimiento académico, atención, memoria y creatividad. También le permitía desarrollar las habilidades motrices, cognitivas, sociales y emocionales. Además, a través de las actividades realizadas, estaba previniendo el sedentarismo, la obesidad y las enfermedades crónicas asociadas. Adicionalmente, y como punto relevante, la educación física le estaba enseñando una nueva forma de educarse en valores y convivencia.

De hecho, Paula se sorprendió de lo mucho que había aprendido y cambiado gracias al reto que le propuso el docente. Se sentía más feliz, segura y activa. Había hecho nuevos amigos, superado sus miedos y encontrado su pasión. Paula había descubierto el poder de la educación física.

La educación física ayuda a mejorar el rendimiento académico, atención, memoria y creatividad (Getty)
La educación física ayuda a mejorar el rendimiento académico, atención, memoria y creatividad (Getty)

La historia de Paula es solo un ejemplo de cómo la educación física puede ser una asignatura esencial para el aprendizaje y la salud de los estudiantes. Sin embargo, esta asignatura suele ser infravalorada y relegada a un segundo lugar en los planes de estudio, que priorizan otras áreas del conocimiento.

La formación en educación física llama la atención en general de la sociedad y debería ser considerada como una prioridad en el sistema educativo ya que, incluso, la Organización Mundial de la Salud destaca que a través de esta se puede aprender a controlar el sistema neuromuscular, es decir, controlar y coordinar los movimientos; desarrollar un sistema cardiovascular sano y en general mantener el organismo saludable. Sin embargo, para que los estudiantes tengan una buena alfabetización física se deben compartir responsabilidades entre profesores, familias, y todos los agentes educativos, para lograr que los estudiantes disfruten de una vida activa, saludable y feliz.

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