Según el Indec, el rubro de “alimentos y bebidas” tuvo un incremento del 5,8% en julio, lo que lo dejó 0,5 puntos porcentuales por debajo del IPC general, que avanzó 6,3% ese mes. Sin embargo, cuando se analizan los resultados producto por producto, se encuentra que hubo alimentos con subas mucho más pronunciadas.
El alimento de mayor incremento durante el séptimo mes del año fue la papa, cuyo valor por kilo saltó de $313,8 a $420,7 (34,1% de incremento). En segundo lugar lo ocupó la cebolla, que sufrió un incrementó de 19,7% entre junio ($203,7 por kilo) y julio ($243,8).
El tercer lugar del podio lo ocupó el azúcar, que por segundo mes consecutivo se ubicó en la cima de los incrementos mensuales de alimentos. De acuerdo a la medición del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos en el Gran Buenos Aires, el kilo de azúcar se vendía a $614,9 promedio en junio y saltó a $719,90 en julio.
El estudio publicado por el organismo registró otros seis alimentos con incrementos por arriba del 10%. Entre ellos, el que más subió fue el yogur firme de 195cc, que pasó de $370,90 a $433 (16,7% de aumento). Luego le siguieron en orden descendente el kilo de arroz blanco simple (avanzó de $358,9 a $403,2), con una suba del 12,4%; el kilo de banana ($453,2 a $508,5), con un aumento del 12,2%) y la leche en polvo entera de 800 gramos ($542,7 a $601,1), que registró una suba del 12%.
Más atrás quedaron el dulce de leche de 400 gramos (10,8% de aumento), el kilo de lechuga (10,7%) y el agua sin gas (9,3%), que el único alimento dentro del “top ten” de aumentos que tuvo un salto de precios inferior al 10% mensual.
Asimismo, los valores relevados por el Indec demostraron que hubo otros 12 productos alimenticios que registraron incrementos por debajo de la inflación promedio mensual del 6,3%. En ese grupo aparecen por ejemplo las arvejas remojadas (8,7%), la gaseosa base cola (8,6%) y el pan francés tipo flauta (8,3%).
Es importante considerar que todos los precios mencionados corresponden a los meses de junio y julio. Es decir que no están contemplados en la medición los aumentos que se produjeron en las últimas horas, luego de las PASO, tras la devaluación y el desconcierto por los nuevos precios.
A contramano
Aunque la tendencia inflacionaria es clara, en julio hubo tres alimentos que fueron a contramano del resto y bajaron de precio. El caso más llamativo es el del tomate, cuyo valor promedio por kilo se redujo de $710,4 a $538,6 en el período analizado, lo que marcó una baja de precio del 24,2%.
Fue negativa también la variación de la naranja (-2,3%) y el limón (-0,4%). De todas formas, es normal que en el rubro de “frutas y verduras” se produzcan grandes fluctuaciones de un mes a otro, ya sea hacia arriba o hacia abajo, debido a la alta incidencia de las fluctuaciones de oferta y demanda en el mercado.
Precios sin freno
En el acumulado de los últimos doce meses, hay cinco productos alimenticios que subieron por arriba del 200%. Llamativamente, uno de ellos es el tomate, que si bien bajó de precio en julio, acumula un incremento del 207,2% en el último año. En detalle, en julio de 2022 ese producto se vendía a $175,3 y en julio de 2023 se comercializó a $538,60.
En la cima del ranking de aumentos anuales figura nuevamente la papa, que pasó de $91,30 a $420,7 en el período analizado y alcanzó un aumento total del 360,7%. En segundo lugar está el azúcar (314,5%), seguido por la batata (306,6%) y la naranja (281%).
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