Se acerca el acuerdo con el FMI: cae la brecha y se vienen meses de alta inflación en dólares

Empezaron a mejorar las cotizaciones de los activos argentinos. Pero ahora los inversores van a monitorear si el Gobierno está en condiciones de cumplir con el ajuste fiscal y monetario al que se comprometerá

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Alberto Fernández y Martín Guzmán cuando se reunieron en Roma con la directora del FMI, Kristalina Georgieva. Desde entonces, las diferencias se achicaron y el acuerdo está muy cerca
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Alberto Fernández y Martín Guzmán cuando se reunieron en Roma con la directora del FMI, Kristalina Georgieva. Desde entonces, las diferencias se achicaron y el acuerdo está muy cerca REUTERS

Cuando el dólar parecía que se desbordaba, el Gobierno optó por frenar antes del precipicio, tal como ya había sucedido en octubre de 2020. Más allá de las quejas de Máximo Kirchner por el acercamiento al FMI, todos los pasos que se van dando están alineados con el acuerdo a punto de cerrarse. Suba de la tasa de interés, aumento de tarifas y aceleración del ritmo de suba del dólar oficial son tres componentes fundamentales de las nuevas metas que se establecieron con el staff del organismo.

Según dejaron trascender desde Casa Rosada, en los próximos días ya estaría prácticamente cerrada la carta de intención, paso clave para que el directorio del Fondo analice el nuevo arreglo. Será además el mismo texto que llegará al Congreso a fin de mes.

Los activos locales empezaron a mostrar una reacción positiva ante las novedades. El dólar libre tuvo una semana en franca caída, a tal punto que el dólar Bolsa (o MEP) terminó perforando los $ 200. Acumula una caída superior al 10% desde los picos que había tocado a fin de enero, cuando parecía que la Argentina podía entrar en default con el Fondo.

También mejoraron marginalmente los bonos, cuyas valuaciones siguen proyectando una reestructuración no más allá del año 2025. Los precios siguen cerca de sus mínimos históricos. Por ejemplo, las acciones argentinas están en promedio 50% debajo de los precios que habían tocado el día después de las PASO de 2019, cuando los mercados ya habían entrado en pánico por el regreso del kirchnerismo.

Eduardo Elsztain, titular de IRSA, sorprendió esta semana con una opinión muy optimista en relación a los activos argentinos. “El valor del peso en términos reales está en mínimos históricos y debería estar comenzando un ciclo alcista. El contexto global será muy favorable para países productores de materias primas como la Argentina. Vemos que es un buen momento para ingresar al mercado y aprovechar la posible tendencia alcista del próximo ciclo”.

El entonces presidente Macri y su compañero de fórmula, Miguel Pichetto, en la rueda de prensa del 12 de agosto de 2019. Las acciones argentinas cotizan hoy al 50% de lo que valían aquel día, tras las PASO y el derrumbe de los mercados
El entonces presidente Macri y su compañero de fórmula, Miguel Pichetto, en la rueda de prensa del 12 de agosto de 2019. Las acciones argentinas cotizan hoy al 50% de lo que valían aquel día, tras las PASO y el derrumbe de los mercados

La soja se mantiene en niveles muy altos, en torno a los USD 580 y significa un fuerte ingreso de dólares a partir de abril provenientes de la cosecha gruesa. Esto le permitirá al Central recomponer sus reservas hacia el final de primer semestre.

El BCRA no sólo comprará muchos dólares que liquiden las cerealeras. Además, el FMI desembolsará el equivalente a USD 4.300 millones en Derechos Especiales de Giro, devolviendo los pagos que la Argentina viene haciendo desde septiembre pasado. Las reservas netas podrían pasar de negativas a positivas en más de USD 5.000 millones en los próximos cuatro meses. Esto incrementará el “poder de fuego” del Central, lo que a su vez explica por qué se redujo la expectativa de una devaluación brusca.

El segundo aumento de tasas que definió el Central superó incluso las expectativas del mercado, que esperaba un incremento de 2 puntos porcentuales y terminó siendo de 2,5 puntos. El objetivo es suavizar la dolarización, alentando una mayor demanda de pesos. La caída de los dólares financieros de las últimas jornadas estaría convalidando ese objetivo. Tímidamente aparecen los que apuestan por el regreso del carry trade, es decir aprovechar tasas atractivas en pesos y un dólar más quieto para obtener jugosas ganancias en moneda dura. La apuesta salió bien en 2021, ya que la tasa fue de casi 40% y el dólar subió apenas 25%. En 2022 la apuesta podría dar resultados similares, pero con rendimientos en pesos aún más altos. La tasa efectiva de un plazo fijo a 30 días ya está en el 50% anual.

El escenario más probable para 2022 es el de un fuerte aumento de la inflación en dólares. Esto implica mayores costos en moneda dura para la construcción, para comprar un auto o para salir a comer afuera. Aunque el dólar libre tenderá a abaratarse, la aceleración de los precios este año está casi asegurada

La ecuación se completa con una aceleración del dólar oficial, que ya en las últimas jornadas viene subiendo a un ritmo de 3% mensual. Este ritmo de ajuste permitió que se frenara la apreciación del tipo de cambio real a pesar de la elevada inflación. En otras palabras, la Argentina dejó ya en estos últimos meses de perder competitividad a causa del creciente atraso del tipo de cambio.

Menos brecha

La brecha cambiaria también empezó a ceder en los últimos días y se alejó de niveles del 100%, acercándose al 90%. De todas formas, no hay unanimidad de criterios entre los analistas. Fernando Marull, por ejemplo, cree que se mantendrá cerca del 100% durante todo el año. Juan Manuel Pazos, analista de TPCG Securities la ve incluso cayendo a niveles del 60%. Esto significa que el dólar oficial seguirá aumentando al 3% mensual por lo menos, pero que el dólar financiero lo hará a un ritmo sustancialmente menor.

Javier Timerman
Javier Timerman

Como siempre sucede, las expectativas jugarán un rol central. Todas las miradas están puestas ahora en la letra chica del acuerdo con el FMI. Pero, sobre todo, los inversores quieren saber cómo hará la Argentina para bajar el déficit fiscal. Las metas establecidas en el acuerdo no son cumplibles, pero al mismo tiempo desafiantes. Javier Timerman, socio de Adcap Grupo Financiero, lo resumió así: “Lo más importante del acuerdo que se firmará con el FMI es cumplirlo”.

El financista resumió en pocas palabras la mirada negativa que tiene Wall Street sobre la Argentina. Los grandes bancos de inversión creen que el Gobierno tardará muy poco en incumplir los compromisos que asumirá con el Fondo, que consisten básicamente en dos aspectos: bajar el déficit primario a 1,9% del PBI para el año próximo y a cero la emisión monetaria para financiar al Tesoro.

¿Cuál será la fórmula para bajar el déficit, tal como se comprometió el Gobierno con el FMI? Hasta ahora las respuestas del equpo económico no fueron convincentes

Argentina ha sido un incumplidor serial de los programas con el Fondo y nadie se la juega a que esta vez será la excepción. Por eso, la suba de los activos locales será acotada hasta que no haya pasos concretos hacia una consolidación fiscal y drástica reducción de la emisión. “Ver para creer”, explican en Nueva York.

Razones para ser cauto sobran. En primer lugar, las principales disidencias en torno al acuerdo surgieron dentro del propio partido de Gobierno. No sólo eso, sino que es el kirchnerismo duro quien salió a oponerse al acercamiento con el Fondo. Pero se trató de un simple juego dialéctico. Máximo Kirchner nunca ofreció un “plan B” en caso de no cerrarse –como él mismo propone- el acuerdo con el FMI.

La fórmula

Pero además de las propias disidencias dentro del oficialismo, aparecen cuestiones prácticas que aún están lejos de ser aclaradas. ¿Cuál será la fórmula para bajar el déficit? La respuesta a esta sencilla pregunta aún no fue respondida.

No está claro cómo se reducirá el déficit. La suba de tarifas eléctricas anunciada es menos de la mitad de la inflación esperada, a contramano de la necesidad de reducir los subsidios
EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
No está claro cómo se reducirá el déficit. La suba de tarifas eléctricas anunciada es menos de la mitad de la inflación esperada, a contramano de la necesidad de reducir los subsidios EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

Hasta ahora las explicaciones del equipo económico fueron poco convincentes. Por un lado , avanza con una suba de tarifas eléctricas de hasta 20%, menos de la mitad de la inflación esperada para el año. Para compensar se propone una eliminación de subsidios, pero sólo en 13 barrios de la ciudad de Buenos Aires y countries de la provincia. Los expertos aseguran que se trata de un esfuerzo totalmente insuficiente para bajar el déficit.

El dólar Bolsa perforó el viernes el piso de los $ 200 y recuperan tímidamente acciones y bonos. Pero el que sorprendió por su optimismo fue Eduardo Elsztain, número uno de IRSA: “El peso argentino está en un mínimo histórico en términos reales y debería empezar un ciclo alcista”, aseguró

Martín Guzmán habló vagamente sobre la expectativa de que la recuperación permita una mayor recaudación, pero está por verse hasta qué punto la actividad sostendrá el rebote del año pasado. Más bien, todo indica que la economía se dirige hacia un nuevo período de estancamiento en el segundo trimestre.

El trabajo de la inflación

Por lo tanto, todo hace pensar que el bache fiscal será en buena medida cubierto con la elevada inflación que este año podría acercarse al 55%. Sin embargo, continúan sin aparecer las reformas que precisa la Argentina para salir del estancamiento y los elevados niveles de pobreza.

Este escenario permite proyectar que 2022 será un año de elevada inflación en dólares, es decir que todo será mucho más caro en moneda duro. Se encarecerá el costo de la construcción, la compra de un auto o una salida a comer a un restaurante.

Esto también cambiaría la ecuación de miles de familias argentinas, que mantienen su nivel de vida gracias a la venta de dólares ahorrados en los últimos años o décadas. Esas divisas podrían perder parte del nivel de compra que habían recuperado en los últimos años. Desde fines de 2017 el dólar libre subió prácticamente el doble que los precios. Sería lógico pensar que ahora será la inflación la que tome la delantera y supere con comodidad la evolución del tipo de cambio.

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