Domingo Cavallo no se anda con chiquitas. Desde su blog, el exministro de Economía se despacha cada tanto con análisis descarnados de la realidad económica.
Esta vez predijo que hacia fin de año y principios de 2022 aumentará fuertemente la tasa de inflación, ya ubicada por sobre el 50% anual en los últimos 12 meses. Peor aún, como corolario, afirmó que “lo más probable es que el panorama económico de los años 2022 y 2023 se caracterice por una estanflación (mezcla de estancamiento con inflación) agravada si es que no termina en una hiperinflación”.
El exministro es impiadoso en la lectura del paisaje económico y político post-PASO. “Ya a nadie le caben dudas de que en los próximos meses la expansión monetaria y de los pasivos remunerados del BCRA van a aumentar vertiginosamente. Pero el efecto sobre la tasa de inflación no será inmediato. Antes va aumentar el precio del dólar en los mercados libres (contado con liquidación, dólar bolsa y blue) y en la tasa de interés”, señala. Es probable, agrega, que ese rezago haga que el Gobierno se engolosine y piense “como sostienen Kicillof, Vallejos y compañía” que la emisión no genera inflación, lo que sería una “conclusión fatal”.
Un rezago entre emisión e inflación podría hacer que el Gobierno se engolosine y piense como Kicillof, Vallejo y Cía, de que la emisión no genera inflación. Sería una conclusión fatal
El pronóstico es que si la opción de aumentar el gasto para revertir la debacle de las PASO se prolonga “la tasa de inflación aumentará mucho hacia fines de año y en los primeros meses del año 2022″.
¿Qué ocurriría entonces? Responde Cavallo: “Es muy difícil predecir cómo reaccionará el gobierno frente a ese agravamiento de la inflación. Difícilmente encontrará la forma de diseñar y aplicar un plan de estabilización con chances de éxito, porque las ideas que predominan entre economistas y políticos del Frente de Todos, más la posición ideológica de la vicepresidenta (Cristina Kirchner), parecen obstáculos insalvables”. Además, dice, el Gobierno se engaña con el “crecimiento”. Se trata, dice, “solo del rebote de la caída de 2020; es muy poco probable que la actividad económica siga aumentando una vez que se haya llegado al nivel pre-pandemia”.
No es crecimiento
Según el exministro de los gobiernos de Menem y De la Rúa, “las cifras de inversión que reflejan las cifras del PBI se explican por el aumento de la construcción, pero éstas difícilmente constituyan un aumento de la capacidad productiva que pueda apuntalar un crecimiento sostenido. Además, la aceleración inflacionaria y las restricciones al comercio interno y externo que seguramente acentuará el gobierno se van a transformar en obstáculos para el crecimiento”.
Por eso concluye que lo más probable en el próximo bienio son estanflación o hiperinflación. El posteo incluye un detallado repaso de los datos fiscales y monetarios que llevan a Cavallo a afirmar que al cabo de 2020 y 2021 el déficit primario terminará aumentando 182% por año, lo que explica la “persistente inflación anual cercana al 50% observada desde 2019, a pasar de que no se hayan producido saltos devaluatorios tan elevados como el que se produjo luego de las PASO de 2019″.
Además, precisa que “al día de hoy, el tipo de cambio de convertibilidad es de $ 250 por dólar”, debido al “muy reducido nivel de reservas susceptibles de darle respaldo en divisas a los pasivos del BCRA”, por lo que “pronto el gobierno algo tendrá que hacer para no seguir perdiendo reservas y conseguir aumentarlas, si es que no quiere estar cada vez más cerca de una hiperinflación”.
El próximo Gobierno
El análisis pinta un cuadro extremadamente complejo para el próximo gobierno. Al respecto, Cavallo observa: “A diferencia de lo que aconteció durante 2014 y 2015, en esta oportunidad quienes tienen la posibilidad de ganar las elecciones de 2023, difícilmente partirán del supuesto de que las soluciones son sencillas (…) La clave para que un próximo gobierno pueda ser exitoso es que le hable a la gente con la verdad, sin esconderle la gravedad de la enfermedad que padece la economía y la sociedad argentina”.
También la consultora Quantum, de Daniel Marx, cuyo último paso por la función pública fue como viceministro de Cavallo en el gobierno de Fernando de la Rúa, emitió el viernes un informe en el que, teniendo en cuenta las tensiones internas de la coalición oficialista, la proximidad de los comicios legislativos y la tensión típica de tiempos pre-electorales realizó un ejercicio en el que partió del supuesto de que el Gobierno deberá devaluar 20% el tipo de cambio oficial después de las PASO.
Aunque menos lapidario que el posteo de Cavallo, el análisis de Quantum destaca la creciente escasez de divisas, reflejada en que entre el 1 de julio y el 24 de septiembre, de no ser por los poco más de USD 4.300 millones en DEGs que envió el FMI, las reservas del BCRA hubieran caído USD 3.065 millones. “Una brecha del orden del 97% con los tipos de cambio libres refleja mucha incertidumbre y mercados de capital con distintos precios según las expectativas de inflación y devaluación”, dice el informe, que compara instrumentos ajustables por inflación y por dólar para “cubrirse” ante semejante panorama.
Probablemente el Gobierno responda a estas críticas señalando el historial de sus autores, pero sería mejor que tenga en cuenta sus datos y argumentos.
SEGUIR LEYENDO: