El viernes el Banco Central acudió a todos las herramientas de mercado y extramercado para pulverizar el precio del dólar contado con liquidación. Hubo llamados telefónicos, advertencias de inspecciones y el mercado se desorientó porque había agentes impedidos de operar total o parcialmente y otros que se movían libremente. Estas medidas, muestran que el cepo es insuficiente y acuden a todos los recursos posibles.
El viernes hubo un operativo sorpresa para voltear el dólar contado con liquidación, que es el que permite colocar las divisas en cuentas del exterior triangulando bonos en dólares, pesos y dólares billete sin que le signifique al Central una merma de reservas porque las divisas salen de las cuentas privadas. En el último minuto de la rueda, apareció una misteriosa operación de tan solo 100 mil bonos AL30C (la C indica que es cable) a USD 38,25 un precio que es 63 centavos más alto que el del AL30D (dólares). Esa operación que en mercado se denomina NR (No representativa) volteó los precios del contado con liquidación de una manera artificial. La caída en esos minutos fue $ 5,63 (- 5%) a $ 147,14, mientras el otro dólar alternativo, el MEP o dólar Bolsa, cedió apenas 27 centavos y quedó en $ 149,60.
Y este es el absurdo. Comprar dólares para ponerlos en cuentas del exterior, es más barato que adquirirlos y mantenerlos en la Argentina como se hace a través del dólar MEP. En otras palabras, subsidiaron al que quiere sacar sus ahorros del país y le ahorraron la comisión de girarlos al exterior triangulando con los bonos que le facilita el Banco Central.
Lo llamativo fue que en esta plaza se negociaron USD 76,1 millones de “contado con liqui” y apenas USD 24,2 millones en el MEP. El volumen del contado con liquidación se asemeja a la época en que no existían limitaciones para operar. Como se sabe, nadie puede tener un saldo comprador semanal superior a USD 100 mil nominales en bonos AL30, que equivalen a USD 38 mil en billetes.
Es decir, el viernes es el día de menor demanda porque hay pocos inversores que tengan libre el cupo de USD 100 mil nominales. Por lo tanto, el vendedor de los últimos 100 mil bonos o tuvo suerte o sabía algo que los demás no sabían. En la plaza libre, donde se opera con el GD30 para eludir la limitación que impone el Central, el contado con liquidación cerró a $ 155,58, un precio que es 8 centavos más elevado que el del día anterior. Y acá la brecha fue la opuesta y la lógica. El contado con liqui cotizó $ 4,90 por encima del dólar MEP y ese es el costo de poner el dinero en el exterior. La ficción está en la diferencia del contado con liquidación en el mercado intervenido versus el libre, que es de $ 8,44.
Resultados efìmeros
El Central está llevando adelante una estrategia que le da resultados efímeros y generan un costo, porque compra bonos AL30 en dólares y los revende en pesos a una paridad más baja. Con este mecanismo, no solo aumenta la deuda externa, porque traspasa bonos en dólares que estaban en las arcas del Tesoro a manos privadas, sino porque al caer el precio, cae el valor de los títulos y hace crecer el riesgo país que el viernes cerró en 1.446 puntos básicos, una cifra que solo puede tener un país en default, aunque este no sea el caso argentino.
El “blue”, por su parte, subió $ 1 a $ 151, pero es una plaza que está muy abastecida por todos los dólares que generan los circuitos irregulares del comercio exterior, en particular la soja que se va vía Paraguay. La brecha entre los dólares alternativos, conlleva un efecto que se vivirá hoy plenamente en el mercado y es el enfrentamiento con el campo ante las amenazas de subir las retenciones. Algunos exportadores liquidarán aceleradamente sus existencias y algunos particulares que quieren salir de este escenario, serán compradores de contado con liquidación.
Con su mecanismo de operaciòn, el BCRA no solo aumenta la deuda externa, porque traspasa bonos en dólares que estaban en las arcas del Tesoro a manos privadas, sino porque al caer el precio, cae el valor de los títulos y hace crecer el riesgo-país
En tanto, en la plaza mayorista, el tipo de cambio oficial para exportar e importar avanzó apenas 9 centavos a $ 88,01. Tal vez hoy devalúen más porque computan los dos días de feriado para sumarlos al precio del dólar, pero es evidente que el ritmo de devaluación es más lento, porque en el centro de la estrategia antiinflacionaria, está atrasar el tipo de cambio para que no se traslade a precios el aumento en dólares de las materias primas que exporta la Argentina. La carne y los granos subieron su precio en dólares de manera considerable y el gobierno busca atenuar las consecuencias con precios máximos y menor devaluación.
Después de dos meses consecutivos de inflación que ronda el 4% mensual y con la promesa escrita en el presupuesto de que el costo de vida no superará este año 29%, intentan desalentar las expectativas porque en el medio están las paritarias y los sindicalistas están pidiendo en voz alta que los aumentos salariales superen a la inflación. De hecho, el explosivo crecimiento de los depósitos indexados. En enero aumentaron $ 11.095 millones (+20%) a $ 67.746 millones. Y en dos días de febrero, subieron $ 1.125 millones (+1,66%). Los plazos fijos a tasa fija subieron en enero $ 159.471 millones lo que representa un incremento de 7%.
Como se ve, hay un traspaso de ahorristas de plazos fijos a depósitos indexados por el costo de vida. La buena noticia para el Gobierno, vino por el lado del mercado mayorista del dólar donde el viernes compró USDS 20 millones. Los negocios fueron escasos, apenas USD 147 millones, pero los importadores están maniatados con las regulaciones y no se hicieron sentir. Las reservas, tras este resultado, subieron 42 millones a USD 39.175 millones.
La de hoy va a ser una rueda complicada porque el contado con liquidación intentará recuperar el terreno perdido y porque hay tensión con el agro. Todo eso impactará en el dólar. El Gobierno está quemando demasiadas naves para controlar a la moneda de Estados Unidos. Lo que está logrando es bajar el precio, pero financiar, al mismo tiempo, la compra de dólares del sector privado que, aunque la divisa esté en baja, sigue atesorándolos.
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