El Gobierno celebró el acuerdo de precios con los productores de carne y ahora buscará avanzar en un esquema de referencia de valores para productos frescos como frutas y verduras, aunque el programa que espera diseñar en las próximas semanas el Poder Ejecutivo podría tener algunas diferencias respecto del plan anunciado este lunes y que incluirá 6000 toneladas por mes en 1600 puntos de venta de diez cortes.
El diagnóstico del que parten el Ministerio de Agricultura y el Desarrollo Productivo para encarar una negociación con los productores de frutas y verduras es muy distinto al de la industria cárnica. En primer lugar, estiman que el mercado de productos frescos tiene un sistema de oferta mucho más disperso que para otros bienes, por lo que no es tan fácil sentar en la mesa a referentes del sector para buscar un acuerdo de precios.
En ese sentido, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anticipó que tras el acuerdo con frigoríficos y supermercados por el precio de la carne el Gobierno apuntará a ”generar un mecanismo similar” para “contener los aumentos en el sector de frutas, verduras y otros productos de huerta”.
”Es un mercado con mucha atomización, tanto de pequeños productores como de comercios, es un esquema más complejo, pero estamos trabajando con el Ministerio de Agricultura para tratar de dar más certidumbre a los precios”, explicó Kulfas este martes en declaraciones a radio Continental.
El ministro aclaró que el sector “también tiene componentes estacionales”, y recordó que en septiembre-octubre pasados subió el precio del tomate, que estuvo arriba de los $150, “porque es el momento en que se termina la cosecha y baja la producción; después, con la cosecha nueva el precio bajó muchísimo”.
Otra parte del diagnóstico oficial tiene que ver con la diferencia entre los aumentos de precios de verduras y frutas en relación con el resto de los bienes de primera necesidad. En ese sentido, la secretaria de Comercio Interior Paula Español dijo que “hubo dos dinámicas muy diferenciadas, los alimentos en góndola tuvieron una dinámica 10/15 puntos abajo de la media de la inflación y los frescos, que son carnes, frutas y verduras, tuvieron una dinámica de 15 o 20 puntos arriba de la inflación”, explicó.
Según fuentes oficiales al tanto de la negociación del nuevo acuerdo para frutas y verduras, el esquema de precios para este sector podría actuar más como un programa de referencias o de precios sugeridos (para que eso derrame en el resto de las bocas de expendio) en lugar de establecer valores fijos para determinada cantidad de productos y con cupos definidos.
La letra chica del programa será definido con distintos mercados “concentradores”, entre los que tendrán especial peso el Mercado Central de Buenos Aires y distintos centros de venta de verduras y frutas en el Conurbano bonaerense. “En una cadena con tanta capilaridad, es ahí donde podés encontrar un acuerdo de referencia”, explicaron a Infobae desde Agricultura.
El esquema de precios podría actuar más como un programa de precios sugeridos en lugar de establecer valores fijos para determinada cantidad de productos o con cupos definidos.
“Cuando negociamos el acuerdo de la carne sentamos a la mesa al consorcio de frigoríficos ABC. En este caso no tenés un ABC pero tenés un mercado grande. Este tipo de acuerdos se construye en esos centros donde se nuclea el sector”, comentaron.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) existen unos 30 mercados concentradores de frutas y verduras, la mayoría privados o asociativos. Entre ellos, se destacan el mercado de la colectividad boliviana en Escobar, el consorcio de productores de Tierra y Sol (San Martín), Cooproyco (Caseros), el Mercado de La Plata, el Mercado Frutihortícola de La Matanza, Productores del Sur “El Campito” (Berazategui), Memosur (Almirante Brown), Sanzabello (Florencio Varela), todos mercados fundados entre la década del 60 y fines de los 90.
Y también hay otros creados en los últimos años como Cooperativa Los Patitos (Merlo), Mercado de Malvinas Argentinas, Mercado de Abastecimiento de Liniers Provincia (Ciudadela) y el Mercado Mayorista Agroecológico de Avellaneda.
Según especulan en el Gobierno, si bien ese tipo de mercados será el primer objetivo para abordar un acuerdo de precios, esperan que los supermercados no se queden afuera del esquema, tal como lo hicieron en el caso de la carne. Para ese programa, las grandes superficies comerciales tuvieron que poner su parte. “El acuerdo supone un importante esfuerzo para el canal supermercadista, ya que participará en dos vertientes: por un lado, en la comercialización de lo que aporta el consorcio exportador y por otra parte va a igualar lo que reciba de ese consorcio exportador poniendo de su propia faena o de su propia compra”, explicó la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) en un comunicado.
De acuerdo a un relevamiento realizado por Infobae en base a datos oficiales, durante el año pasado hubo productos frescos con incrementos de hasta casi 180% entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020. Es el caso del kilo de naranja, que pasó de costar $26,41 hace un año a $73,49, lo que implicaría así un incremento de su valor de 178,3%. El relevamiento del Indec incluye precios promedio del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
En segundo lugar, el kilo de manzana tenía un valor de $72,99 en diciembre de 2019 y experimentó un aumento de 154% hasta los $185,56 actuales. Completó el podio de los bienes con mayor nivel de incrementos a lo largo del año el kilo de limón, que subió 135% desde los $56,49 hasta $133,12, midió el Indec.
Más atrás, siempre entre productos con fuerte componente estacional, el kilo de papa pasó de valor $27,6 a $61,10, lo que representa un incremento diciembre-diciembre de 121,4%. La batata también llegó a más que duplicar su precio en un año. Hacia finales de 2019 tenía un costo de $45,73 y terminó 2020 a $96,44 el kilo. La suba anotada, así, fue de 110,9%.
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