Thierry Henry, la derrota que transformó su carrera como entrenador

El técnico francés lideró a la sub-23 de su país en los Juegos de París, encontrando en la derrota ante España un éxito inesperado que reconectó a Henry con Francia, destaca GQ

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El entrenador francés, Thierry Henry,
El entrenador francés, Thierry Henry, da instrucciones a sus jugadores durante el partido por la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de París 2024 que Francia y España disputaron en el Parc des Princes, de Paris (EFE/ Kiko Huesca)

El pasado verano europeo, Thierry Henry vivió lo que él mismo llama “la derrota más dulce” de su carrera. Bajo su dirección, la selección de fútbol sub-23 de Francia alcanzó la final olímpica en los Juegos de París 2024.

A pesar de perder ante España por 3-5, el torneo dejó una huella profunda en el exfutbolista, quien encontró en esta experiencia un éxito profesional como entrenador, y una oportunidad para reconectar con su país y consigo mismo, analiza GQ.

Un equipo “de locos” que conquistó corazones

Henry heredó un equipo con escasa preparación. Francia no había participado en la fase clasificatoria, y varios clubes se negaron a liberar a sus jugadores para el torneo.

A pesar de estas limitaciones, el entrenador logró infundir una filosofía de trabajo basada en el esfuerzo colectivo y el optimismo. “Desde el principio, visualizamos el oro, pero sabíamos que lo importante era dar lo mejor de nosotros”, explicó Henry.

La trayectoria del equipo estuvo llena de momentos emocionantes: un tenso triunfo en cuartos de final contra Argentina (1-0) y una dramática victoria en semifinales ante Egipto (3-1) en tiempo extra.

Aunque el oro se les escapó en la final, el público francés quedó cautivado por la combatividad y la unión del equipo, algo que Henry valora más que el resultado. “No se trataba de ganar la medalla; lo importante era cómo nos entregamos en cada partido”, reflexionó.

Una relación renovada con Francia

La hora del final: Francia
La hora del final: Francia cayó derrotada contra España; en lugar de dorada, la medalla será plateada... (REUTERS)

El torneo significó una redención profesional y personal para Henry. Su paso por la Premier League, tanto como jugador en el Arsenal como analista en Sky Sports, le había alejado del público francés.

Su regreso como comentarista para Prime Video, durante su cobertura de la Ligue 1, le permitió mostrar una faceta más humana y cercana, pero fue en estos Juegos Olímpicos donde se consolidó su reconciliación con el público francés.

“Pensé que esa conexión estaba perdida, pero los Juegos me demostraron lo contrario”, afirmó emocionado.

La ovación espontánea del público francés al cantar La Marsellesa durante la ceremonia de premiación es una de las imágenes que Henry guarda con más cariño.

“No ganamos el oro, pero logramos algo más valioso: unir a la gente en torno a un equipo que representaba el espíritu de lucha y la diversidad de nuestro país”.

Críticas al sistema olímpico

A pesar de la euforia colectiva, Henry no dejó de señalar una carencia del sistema olímpico que le resultó especialmente dolorosa: la exclusión de los entrenadores de las premiaciones con medallas.

“Es un esfuerzo grupal, no solo de los jugadores, sino también de preparadores físicos, médicos y asistentes que trabajan sin descanso. No recibir una medalla va en contra del espíritu olímpico”, criticó, destacando su descontento en nombre de su cuerpo técnico.

De la dureza a la vulnerabilidad

Durante años, Henry adoptó una actitud estoica, valorando la fortaleza y la resistencia por encima de todo.

Sin embargo, en este torneo priorizó la empatía y la apertura emocional, elementos que considera fundamentales en su relación con los jugadores. “Creo que la vulnerabilidad es esencial para conectar. Hablar de tus emociones no te hace débil, te hace más humano”, explicó.

El entrenador reconoce que esta transformación no habría sido posible sin un proceso de introspección iniciado durante la pandemia de COVID-19.

Aislado de su familia mientras entrenaba en Canadá, Henry comenzó a acudir a terapia para afrontar emociones reprimidas desde su juventud, marcadas por una estricta relación con su padre. “Aprendí a aceptar que estas emociones son normales y a no dejar que me controlen”, compartió.

La familia como motor

Uno de los aspectos que hace de estos Juegos un momento más especial para Henry fue la presencia de sus hijos en las gradas.

Aunque habían visto imágenes de sus triunfos pasados, como el Mundial de 1998 o la Eurocopa de 2000, esta fue la primera vez que pudieron compartir con él la emoción de un torneo en vivo.

“Después de la final, estaba devastado por no haber ganado el oro, pero ver la felicidad en los rostros de mis hijos me hizo darme cuenta de lo importante que había sido lo que logramos”, confesó.

Lecciones de liderazgo

Henry cierra este capítulo convencido de que dio un paso significativo en su carrera como entrenador.

Más allá de los resultados, el técnico subraya la importancia del liderazgo basado en el entendimiento humano. “Algunos entrenadores te hacen ganar sin enseñarte nada. Yo quiero ir más allá: construir relaciones que perduren y ayuden a los jugadores a crecer no solo en el campo, sino también como personas”, concluyó.

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