La demencia tipo Alzheimer, descrita por el neuropsiquiatra y patólogo alemán Alois Alzheimer en 1906, es la enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo que provoca deterioro progresivo de la memoria, los pensamientos, las habilidades sociales y el comportamiento de las personas.
Esta enfermedad hace que el cerebro se encoja y que las neuronas cerebrales, a lo largo del tiempo, mueran. Actualmente, la enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia en el mundo.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
De acuerdo con un reciente estudio de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Icesi, cerca de 260.000 personas mayores de 60 años padecen de alzheimer en Colombia. Esta cifra es un aproximado, ya que a la fecha no hay información actualizada sobre la frecuencia con la que se genera esta enfermedad
En el año 2023, 342.956 personas mayores de 60 años sufrirán de algún tipo de demencia, 258.498 de ellos tienen actualmente la enfermedad de alzhéimer. y de acuerdo con el World Alzheimer Report (2022) cada 3 segundos una persona desarrolla algún tipo de demencia en el mundo.
De acuerdo con los expertos de la Fundación Alzheimer Association, las acciones cotidianas positivas pueden hacer una diferencia en la salud cerebral, hasta bajar el riesgo de deterioro cognitivo y posiblemente el Alzheimer y la demencia.
Por eso, adoptar prácticas saludables es clave para cuidar la memoria y reducir el riesgo de Alzheimer. Según la experta en nutrición y psicología Sonia Lucena, estos son los hábitos que se deben incorporar a cualquier edad para prevenir el Alzheimer y cualquier otro tipo de demencia.
Los seis hábitos para prevenir el Alzheimer y fortalecer la memoria
Hidratarse correctamente
Lucena señala que la correcta hidratación mejora la concentración y el funcionamiento cerebral. Mantenerse bien hidratado permite que el cerebro trabaje de manera eficiente.
Ejercicio físico regular
Realizar actividad física de forma constante incrementa el flujo sanguíneo hacia el cerebro, favoreciendo la neurogénesis, que es el crecimiento de nuevas neuronas, esencial para conservar la agilidad mental.
Esto incluye actividades que aumentan su ritmo cardíaco y aumentan el flujo sanguíneo al cerebro y el cuerpo. Se recomienda buscar maneras de incorporar más movimiento en su día a día, como bailar, trotar, nadar, caminar o incluso trabajr en actividades en el jardín.
Estimulación mental continua
Realizar actividades que desafíen al cerebro, como leer, participar en juegos de ingenio o interactuar socialmente, estimula la lógica y la creatividad, lo que contribuye al bienestar mental.
Descanso adecuado
Dormir la cantidad de horas necesaria es fundamental para consolidar la memoria y optimizar las funciones cognitivas. El sueño insuficiente afecta las capacidades de memoria y aprendizaje.
Mentalidad positiva
Una actitud optimista impacta de forma positiva en la salud cerebral y mejora la capacidad de memoria, según la experta.
Control del estrés
La doctora dice que aplicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación y la respiración profunda, o el yoga, ayuda a mitigar los efectos negativos que el estrés tiene sobre la memoria y el cerebro.
Estos hábitos pueden fortalecer la salud mental, aunque factores genéticos y otros aspectos aún poco estudiados también influyen en el desarrollo del Alzheimer.
Síntomas del alzheimer
Los primeros signos son confusión, problemas del habla y dificultades en la vida cotidiana. Al principio, la memoria a corto plazo disminuye, pero a medida que avanza la demencia, la memoria a largo plazo también se deteriora.
Los síntomas varían según cada persona y pueden incluir:
- Deterioro en el razonamiento o criterio, lo que puede repercutir en las decisiones que toman.
- Dificultad para encontrar o para expresar palabras, en comparación con otras personas de la misma edad.
- Problemas espaciales y de visión, como no estar consciente del espacio que los rodea;
Otros síntomas pueden incluir cambios en la conducta de la persona:
- Tener más ansiedad o ser más agresivo.
- Repetir preguntas.
- Demorarse más para poder finalizar las tareas diarias.
- Tener problemas para manejar dinero y pagar facturas.
- Deambular y perderse.
- Perder o extraviar cosas en lugares inusuales.
- Mostrar cambios en el estado de ánimo o en la personalidad.