Una de las costumbres de los colombianos es tomar café en las primeras horas de la mañana. A muchas personas le has pasado que después de tomarlo, les dan ganas de ir al baño y creen que es algo malo.
Sin embargo, este síntoma es totalmente normal. El principal componente activo del café es la cafeína, una sustancia natural que estimula el sistema nervioso central. Cuando las personas consumen café, la cafeína es absorbida por el cuerpo y se distribuye rápidamente a través del torrente sanguíneo.
Esta acción puede tener varios efectos, incluyendo el aumento de la alerta, la concentración y en algunos casos la necesidad de ir al baño.
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En personas que realizan un consumo habitual de café y el funcionamiento de su vejiga es normal, la cafeína no provoca aumento de la diuresis. Es decir, en estas personas no aumentaría la producción ni eliminación de pis. Esto se debe a que desarrollan tolerancia a la cafeína si la toman de forma regular.
El efecto diurético puede aparecer en personas que beben café de forma esporádica. O cuando se toman cantidades elevadas de café (más de tres tazas al día).
Por otro lado, estudios científicos revelaron que el café cuenta con propiedades laxantes que ayudan a la salud digestiva, lo que también previene el estreñimiento. Algunas personas con intestino irritable y que son intolerantes a la lactosa, pueden tener más evacuaciones luego de beber así sea una taza de café.
Un análisis de 2020 combinó los resultados de siete estudios clínicos y encontró que beber café permitía a los pacientes que se sometieron a cirugía colorrectal o ginecológica tolerar alimentos sólidos en promedio 10 a 31 horas más pronto, respectivamente. El café también redujo el momento en que presentaron su primera evacuación intestinal por un promedio de 15 a 18 horas.
“Un par de sorbos de café pueden ser suficientes. No hace falta tanto”, dijo Robert Martindale, profesor de cirugía y director médico de servicios de nutrición hospitalaria en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón, quien con frecuencia le ofrece a sus pacientes una taza de café la mañana después de una cirugía.
Martindale también sugiere café, junto con otros cambios en la dieta, al asesorar a pacientes con estreñimiento crónico. Y comentó que no es poco común que los pacientes que por uno u otro motivo han renunciado al café le digan: “Doc, no puedo ir al baño sin un café”.
“El que beber una taza de café logre estimular ambos extremos del tracto gastrointestinal en unos minutos significa “que probablemente atraviesa el eje intestino-cerebro”, dijo Martindale. Es decir, que la llegada del café al estómago envía un mensaje al cerebro que a su vez “estimula al colon para que diga, ‘Bueno, mejor nos vaciamos porque vienen cosas hacia abajo’”, explicó.
Por otra parte, Sonya Angelone, una dietista certificada y vocera de la Academia de Nutrición y Dietética, advirtió que no deben depender demasiado del café para mantenerse regulares. Si hay constipación, “no es porque haya una deficiencia de café”, dijo. Angelone. La experta recomienda comer más frutas y verduras, que tienen mucha fibra, así como aumentar la ingesta de fluidos y la actividad física para atender el estreñimiento.
“Lo que veo es que mucha gente no empieza el día con un golpe de fibra en la mañana. El café que no es instantáneo contiene una pequeña cantidad de fibra, alrededor de un gramo por taza de 235 mililitros”, agrega.
“A algunas personas el café les provoca malestar estomacal y les suelta el estómago, así como efectos secundarios relacionados con el exceso de cafeína, como insomnio, ansiedad, palpitaciones cardiacas y dolores de cabeza”, dijo Angelone.
La Administración de Alimentos y Medicamentos indica que es seguro para la mayoría de las personas beber 400 miligramos de cafeína —la cantidad equivalente a cuatro o cinco tazas de café— al día. Aunque las personas metabolizan la cafeína de distintas maneras, así que este umbral puede variar de persona a persona.