En Colombia, la reducción de la inflación ha marcado una tendencia descendente durante 13 meses consecutivos, situándose en un 7,16% para abril del 2024, de acuerdo con el más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
La disminución, aunque positiva, sigue siendo insuficiente en comparación con las tasas de inflación de los países vecinos, fluctuando estos entre el 3% y el 5%. Los expertos y el centro de estudios de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) señalan que la situación económica demanda observación continua, sobre todo en sectores como los alimentos y la energía, afectados significativamente por el fenómeno de El Niño.
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La inflación afecta de manera directa el bolsillo de los colombianos, especialmente, en el sector alimenticio, donde los precios muestran un incremento notable. Los productos que experimentaron mayor aumento en abril son el tomate de árbol (22,87%), las moras (11,07%), y las papas (9,50%), según reportes del Dane. Por el contrario, algunos alimentos registraron una disminución en sus precios son los condimentos y hierbas culinarias (-4,06%), maíz y sus derivados (-2,45%) y la zanahoria (-2,25%).
Este panorama representa un desafío para los consumidores, que deben enfrentar el incremento de precios en artículos de consumo diario.
Indexación de precios
Además del impacto directo en el costo de alimentos como el corrientazo, un plato popular entre los colombianos, la inflación también afecta otros sectores importantes como la vivienda, educación y transporte. Según Anif, la indexación de precios en estos rubros sigue siendo un factor relevante en los primeros meses del año, lo que resalta la importancia de mantener un seguimiento detallado sobre la evolución de la inflación en estos ámbitos.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno por controlar y reducir la inflación, la lucha contra el aumento de los precios sigue siendo un reto significativo para la economía colombiana. Los consumidores, por su parte, esperan ver mejoras tangibles que alivien la presión sobre su economía doméstica, especialmente en un contexto donde el costo de la vida parece incrementarse constantemente.
Así las cosas, BBVA Research precisó que la inflación anual de alimentos registró incrementos por primera vez desde diciembre de 2022, aumentando en 126 puntos básicos (pbs) frente al dato del mes anterior y ubicándose en 2,98%. La inflación sin alimentos, por su parte, disminuyó en 57 pbs en su medición anual frente al dato del mes anterior, ubicándose en 8,19%.
“Como se esperaba, la inflación de alimentos incrementó en abril, alcanzando una variación anual de 2,98%. El alza se explica por dos factores principales. En primera instancia, existen efectos base, a razón de una variación mensual en abril de 2023 que fue levemente negativa. En segundo lugar, se observan presiones al alza desde la canasta de productos perecederos, que muestran una variación anual de 3,7%, reflejando un incremento de 575 pbs frente al dato del mes anterior”, anotó la entidad.
El peso de las frutas frescas y otros productos
En este caso, agregó, las presiones provienen de subclases como frutas frescas, tomate, hortalizas y legumbres frescas, entre otros. Estos factores al alza lograron contrarrestar la moderación que presentaron las subcanastas de procesados y de carnes, que descendieron en 70 pbs y 49 pbs, alcanzando variaciones anuales de 3,1% y 2,2% respectivamente. En particular, dentro de los procesados, las contribuciones negativas a la inflación anual vienen dadas por aceites comestibles, legumbres secas, maíz y arroz.
Puntualizó que durante los siguientes meses la tendencia al alza de la inflación anual de alimentos se mantendrá, principalmente a razón de efectos de comparación bajos para mayo y junio. No obstante, no se deben descartar algunos efectos rezagados de factores climáticos sobre los perecederos, que pueden generar algunas presiones adicionales sobre la canasta de alimentos y mantener las variaciones mensuales por encima del promedio histórico 2011-2019.
De igual manera, insistió en que la inflación sin alimentos aumentó su ritmo de moderación en abril, descendiendo en 57 pbs frente a marzo, con lo que la variación anual se ubica en 8,19%. En esta ocasión, la canasta de regulados registró los mayores descensos dentro de la inflación anual sin alimentos, seguida de la canasta de bienes y por último de la de servicios.