El 1 de noviembre de 2023 entró en vigor el impuesto saludable, que fue aprobado en la reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro. El mismo aplica para bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados. Para estos últimos depende de la cantidad de sodio y azúcares que tengan. Si estos superan los estándares permitidos, será del 10% el impuesto saludable. Dicha tarifa aumentará hasta llegar al 20% en 2025, exceptuando el salchichón, butifarra, pan, arequipe, entre otros.
A su vez, para las bebidas azucaradas, las que contengan entre 6 gramos y 10 gramos de azúcar pagarán $18 por cada 100 mililitros, y las que tengan 10 gramos de azúcares añadidos pagarán $35.
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Por supuesto, este impacta el bolsillo de los colombianos, especialmente, de quienes compra en tiendas de barrio. De igual manera, a estas últimas, de las que en la actualidad dependen 600.000 familias, ya que la disminución de las ventas a causa del alto costo de los productos es notable.
Para el director ejecutivo de Treinta, Lluís Cañadell, esta situación repercute directamente en las finanzas de los hogares que dependen de estas tiendas para subsistir, debido a que merma la calidad de vida y plantea nuevos desafíos para competir con grandes cadenas y establecimientos de descuento.
Los productos que se están vendiendo menos
El experto indicó a Infobae Colombia que ante la entrada en vigencia del impuesto saludable las categorías que mayor caída han tenido en su participación son cuidado personal, cuidado del hogar y cuidado de la salud; sin embargo, aclaró que no se puede atribuir su caída a un factor individual en específico, sino que corresponden a la suma de diversos factores económicos coyunturales que han afectado los precios y hábitos de consumo.
Asimismo, se refirió a lo que puede pasar en el futuro con las tiendas de barrio: “Reconocemos la preocupación sobre el futuro de las tiendas de barrio. Existe una posibilidad real de que estos micro negocios desaparezcan si no se toman medidas urgentes para protegerlas, poniendo en riesgo los ingresos de más de 600.000 familias”.
Puntualizó que la competencia de las grandes cadenas, tiendas de descuento, plataformas de comercio electrónico, junto con los desafíos económicos y logísticos de negociación y créditos, amenazan la supervivencia de dichos pequeños negocios.
Según él, es por eso que se insta al Gobierno y al sector privado a aplicar acciones conjuntas y concretas para proteger las tiendas de barrio. Insistió que es necesario desarrollar herramientas innovadoras para fortalecer la resiliencia y competitividad de las tiendas de barrio, pero también se necesita hacer un llamado a la acción conjunta para garantizar la supervivencia y preservar la diversidad y vitalidad de la economía popular.
Las regiones más afectadas
Lluís Cañadell también indicó cuáles son las regiones de Colombia más afectadas por la entrada en vigencia del impuesto saludable. Enfatizó que son aquellas con deficiencias significativas en infraestructura, donde los costos de transporte son elevados y el acceso a alimentos frescos es limitado, ya que incrementa la importancia de los productos procesados para la subsistencia de muchas familias que ya enfrentan dificultades económicas.
Así las cosas, esas regiones podrían ser Chocó, varias partes de la región Caribe y el departamentos del suroriente de Colombia.
“A esto se suman las barreras del canal tradicional, como la falta de acceso a tecnologías modernas y la dependencia de sistemas de distribución y abastecimiento tradicionales, lo cual complica aún más la capacidad de los tenderos y pequeños comerciantes para adaptarse a estos cambios y mantener sus negocios en funcionamiento”, dijo el experto.
Finalizó al decir que esta situación genera un ciclo de desafíos económicos y sociales que impacta directamente en el bienestar de las comunidades más vulnerables, exacerbando las dificultades que enfrentan para satisfacer sus necesidades básicas.