Comenzaron con tus zapatos y después con el agua, ahora los agentes de seguridad de los aeropuertos también quieren tus snacks

Por Martine Powers

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Un oficial de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos registra una maleta en un control aeroportuario (AP/Nam Y. Huh)
Un oficial de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos registra una maleta en un control aeroportuario (AP/Nam Y. Huh)

Fueron por las laptops. Después por tus líquidos y tus zapatos. Ahora, la Administración de Seguridad del Transporte (TSA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos quiere inspeccionar tus snacks.

Los pasajeros de todo el país aseguran que cada vez más agentes de la TSA están dando instrucciones para que las personas retiren sus snacks y otros alimentos de su bolso de mano y los coloquen en los recipientes de plásticos para que pasen una inspección por separado.

El portavoz de la TSA, Mike England, admite que esa no es una política estandarizada de la agencia. Es simplemente una recomendación emitida por este organismo para ayudar a acelerar el proceso de verificación de equipaje. Los supervisores que están en los aeropuertos tienen la discreción de decidir si inspeccionar por separado la bolsa de pretzels de un pasajero en la máquina de rayos X.

Pero la "recomendación" parece que está ganando fuerza y se ha convertido en un protocolo habitual en muchas instalaciones, según algunas personas que afirman que los oficiales de la TSA les han dicho que los controles específicos de estos productos ahora son una práctica estandarizada.

"Él estaba como, 'lo siento, esta es una nueva política. Es lo que estamos haciendo ahora'", comentó Anny Gaul, de 33 años, sobre una experiencia que tuvo con un agente de la TSA en el Aeropuerto Internacional Baltimore-Washington.

Gaul, que suele viajar con frecuencia, nunca antes había escuchado tales instrucciones mientras aguardaba su turno en la línea de seguridad de un aeropuerto. Pero, en abril, una oficial estaba allí gritando a los presentes que sacaran los alimentos de la maleta y los colocaran en un recipiente por separado.

Empezó a revisar su equipaje de mano y encontró una barrita de chocolate y una bolsa con frutos secos. Otros viajeros, también visiblemente desconcertados, comenzaron a hurgar en sus bolsas en busca de Goldfish y barritas energéticas. Según Gaul, la cola se movía bastante más despacio de lo habitual.

"Definitivamente causó un retraso, no enorme, pero al menos de cinco o diez minutos", dijo la estudiante de doctorado de la Universidad de Georgetown. "En la mayoría de los casos era algo simplemente extraño y absurdo".

Un hombre pasando un control de seguridad en un aeropuerto de Estados Unidos (Seth Wenig/AP)
Un hombre pasando un control de seguridad en un aeropuerto de Estados Unidos (Seth Wenig/AP)

Según England, la recomendación de sacar los snacks es parte de un esfuerzo para detectar mejor los explosivos en los aviones.

El portavoz de la agencia subrayó que la preocupación no es que la gente pueda estar escondiendo explosivos u otro material ilícito dentro de los alimentos. Más bien es que la comida en sí misma puede verse similar a los componentes de un explosivo. Por lo tanto, es más probable que las maletas que contienen comida deban pasar un control manual, algo que consume mucho tiempo. Los funcionarios pensaron que podría ser más eficiente, en algunos casos, hacer que los pasajeros retiren los bocadillos de sus bolsas con anticipación.

"Algunos alimentos y algunos materiales orgánicos pueden tener un gran parecido con los materiales explosivos", señaló.

England afirmó que no podía proporcionar información específica sobre cómo un paquete de pretzels podría llegar a parecerse a un explosivo. Discrepó sobre la idea de que la nueva atención en los bocadillos y otros snacks podría ser una medida excesiva.

"Hay muy buenas razones para hacer todo eso que hacemos. No es nada arbitrario", remarcó.

Señaló que no hay planes inmediatos para estandarizar la práctica en cada uno de los aeropuertos de todo el país, pero el procedimiento se emplea en momentos en los que los supervisores piensan que esa medida podría acelerar las cosas.

"No es un requisito. Es una recomendación", insistió England.

Todavía no está claro si el protocolo de retirar los refrigerios es una decisión para reducir los tiempos de espera. El hombre reconoció que podrían haber "incidentes aislados" al pedir a los pasajeros que retiren los alimentos de sus maletas y que eso haga que las cosas se ralenticen. Sin embargo, indicó que, a nivel nacional, el 96 por ciento de los pasajeros tienen una espera, de media, de 20 minutos o menos.

Christina Saull, portavoz de la Autoridad Metropolitana de Aeropuertos de Washington, comentó que, hasta ahora, el nuevo procedimiento no ha desencadenado en tiempos de espera más largos en los aeropuertos Reagan National o en Dulles International.

Pero eso no ha detenido las quejas en las redes sociales.

"De todas las reglas de la TSA, el hecho arbitrario de analizar cada snack que hay en tu maleta es lo más estúpido", tuiteaba Anne Keller tras encontrarse con una inspección de esas en el aeropuerto Reagan National.

Los pasajeros no solo lo están viendo en Washington. Los viajeros han expresado su malestar por la práctica en Dallas Love Field, Chicago O'Hare, Los Angeles International, Newark Liberty y Hartsfield-Jackson Atlanta International… La recomendación está ganando más fuerza en los aeropuertos más pequeños, como en Boise (Idaho), Greenville (Carolina del Norte) y Manchester (New Hampshire), entre otros.

"Qué extraño", escribió Cindy Armstrong sobre lo que vio en el Aeropuerto de Redmond en Oregon.

"Algún terrorista está fabricando bombas con Frito-Lay", reflexionó otro pasajero que esperaba en el Aeropuerto Internacional de Orlando.

"Es una política nacional hacer que todos los padres estén más tiempo haciendo cola con niños que tienen ganas de orinar", bromeaba un viajero que se encontró con ese control de seguridad en el Aeropuerto Internacional de San José, en California.

"La TSA me pidió que sacara mis snacks de mi maleta y, realmente, me siento una víctima", decía Thea Neal de Kansas City (Missouri).

Neal, una estratega de redes sociales, se asustó cuando le pidieron que retirara los alimentos de su bolsa. ¿No había visto el nuevo protocolo de seguridad? Y, más importante aún, ¿la TSA iba a confiscar su comida?

"Tenía un montón de snacks en mi maleta que deseaba comer", recordó.

Afortunadamente su comida fue devuelta tras pasar por un control de rayos X en un contenedor separado. Aún así, ella sigue molesta con la idea de que esto se convierta en una práctica habitual en los controles de seguridad de los aeropuertos. El procedimiento no la hace sentir más segura.

"Tuve la suerte de que todo lo que traía estaba preenvasado. Pero imagina que fuera fruta o algo así", dijo temblando al pensar que los alimentos pudieran revolotear por un recipiente de plástico. "Esas cosas son bastante desagradables. La gente pone sus zapatos y su dinero allí", recordaba.

Lauren Rosenberg, una universitaria de 20 años de Houston, cuestiona si la práctica ayudará a que las colas de seguridad avancen más rápidamente. ¿Por qué tenían que mirar sus bocadillos? ¿Era esta una nueva política permanente? Se lo preguntó a un agente de la TSA que estaba en el Aeropuerto Internacional Austin-Bergstrom, pero el hombre no sabía nada. "Solo necesito que saquen su comida, sus Doritos y sus M&M", decía él.

Rosenberg manifestó que le preocupa que esto sea más que una simple molestia para los viajeros. Es una pendiente resbaladiza. Ella, una joven universitaria, es lo suficientemente joven que apenas recuerda el momento en el que los productos líquidos de más de 100ml no estaban prohibidos en los aviones.

"Lo siguiente que nos harán sacar de nuestras maletas serán las medicinas. Y eso sería una verdadera invasión a nuestra privacidad", lamentaba.

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