Correr parece sencillo y en muchos aspectos claro que lo es. Siempre hay un antes y un después cuando uno empieza con este deporte. Pero a medida que uno avanza y empieza a tener ambiciones y objetivos, el running muestra que se necesita mucho más que poner un pie delante de otro para seguir mejorando. Eso es justamente lo más lindo que tiene. Parte de algo simple que puede ir complejizándose a medida que el corredor quiera hacerlo.
“Por eso mismo hay que empezar a tener en cuenta que no solo alcanza con realizar un esfuerzo, también hay que evitar errores. Esos detalles que nos hacen perder, sin que nos demos cuenta, la eficacia para alcanzar aquello por lo cual estamos trabajando”, dice Santiago García, maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”.
Un repaso sencillo de alguno de esos errores que sin que nos restan mucho más de lo que pensamos. Incluso conocer que estamos cometiendo errores ya es un alivio, porque comprendemos lo que falla. “Luego queda en cada uno el poder corregirlos, solos o con la ayuda del entrenador, el nutricionista o alguna otra guía de confianza que tenga una mirada profesional”, agrega el corredor, quien completó la Six World Marathon Majors dos veces.
1 - Descansar poco
Todos estamos de acuerdo que para correr mejor, hay que estar en movimiento. Entrenar es lo que nos hace mejorar. Pero muchos olvidan que también hay que descansar.
“Entrenar y recuperarse, ese es el sistema. Dormir la cantidad de horas adecuadas. No realizar entrenamientos de alta exigencia todos los días. Alternar entre lo fuerte y lo liviano. Dormir, pero también reposar, relajarse, física y mentalmente. Si el cuerpo no se recupera, no rendirá y además existe el riesgo de un sobreentrenamiento, lo que terminará afectando todo el resultado final. No solo no habrá progreso, también se puede retroceder”, dice García.
2 - Alimentarse mal
Cuidar la dieta es obviamente fundamental. Pero no solo hablamos de comer alimentos sanos que nos permitan cuidar la salud, también hablamos de comer los adecuados en el momento que corresponde. Esto debe ajustarse de forma individual y según los objetivos de cada corredor, la cantidad de entrenamientos que realiza y la suma de sus kilómetros semanales.
“El primer error es seguir dietas generales, copiar un esquema que no está pensado para uno. Hay alimentos que son siempre sanos, como frutas y verduras, y otros que necesitan ubicarse en el momento adecuado. Comer demasiado es un error, comer poco también lo es. El alimento es combustible y se necesita para mejorar. Un nutricionista es la forma más segura de encontrar el esquema para cada corredor”, agrega el corredor.
3 - Olvidarse de la hidratación
Lo más sencillo del mundo a veces también es descuidado: tomar agua. No preocuparse tanto por las bebidas isotónicas si todavía no estamos cuidando el simple consumo de agua.
“Hay que hidratarse cuando se entrena, por supuesto, pero también antes y después. También durante el resto del día. Si estamos mal hidratados antes de entrenar, vamos a rendir menos. Si hace calor, obviamente tendremos pérdida de líquidos y lo sentiremos rápido. Hay que hidratarse más. Pero cuando hace frío muchos corredores descuidan el consumo de agua y esto es un gran error también. Aunque se beba menos, igual hay que tomar líquidos. Las bebidas isotónicas sirven pero deben tomarse en cantidades adecuadas. Una botella de agua durante todo el día es la opción más inteligente”, suma García.
4 - No ser constante
La progresión y la constancia son las dos claves del éxito. Aumentar de a poco la carga y la exigencia, pero también mantenerse en movimiento. Si se entrena una semana bien y luego se falta a la siguiente, el estancamiento se hará presente.
“Entrenar siempre, entrenar bien, mantener la coherencia entre una semana y la siguiente. No saltearse entrenamientos, no pensar que los días perdidos se recuperan todos de golpe la semana siguiente”, dice el corredor.
A veces un entrenamiento un poco más breve permite no perderse por completo esa sesión. La constancia es la herramienta más importante a la hora del progreso.
5 - No realizar entrenamientos variados
Antes de que el running se transformara en el fenómeno mundial que es, muchas personas salían a correr. Iban al parque y hacían siempre el mismo trote, la misma distancia, la misma velocidad, el mismo recorrido. Esto era bueno para la salud, pero no permitía ningún tipo de progreso. Al cuerpo se le exigía un poco al comienzo y luego todo era rutina. Los músculos no se desarrollaban adecuadamente, el calzado no tenía importancia, todo era repetición.
“Cuando alguien desea entrenar en serio, esto no es lo que hay que hacer. Variar entrenamientos es la manera correcta de mejorar. Se necesita un progreso en todo. En los músculos, en la capacidad respiratoria, en la velocidad, la fuerza y la resistencia. Todo eso requiere entrenamientos adecuados y variados”, aconseja el corredor.
Y cierra: “Si corremos todos los días de la misma manera y en el mismo lugar, pronto encontraremos un techo sin escapatoria. La variedad de entrenamientos nos protege de lesiones, de agotamientos y del aburrimiento también. Fondos, cuestas, series, cambios de ritmo, una variedad donde finalmente no solo esté el gusto, sino también la posibilidad de ser cada vez mejores corredores”.
6 - Entrenar demasiado fuerte
“Todos sabemos que dar lo mejor es la manera correcta de avanzar. Dar lo mejor es dar lo adecuado en lo que a deporte se refiere. Esto significa no entrenar demasiado liviano pero tampoco entrenar demasiado fuerte. Luego de una carrera un corredor necesita algunos días para recuperarse. Entonces, puro sentido común, entrenar como si estuviéramos corriendo una carrera es un grave error”, explica García.
Sí, se puede buscar el límite y esforzarse más, pero eso no significa que se deba correr siempre a ritmo de competencia. Según el trabajo, las velocidades y las exigencias varían. “Si luego de entrenar quedamos como si hubiéramos corrido una carrera, algo no está del todo bien. Cansarse, dar lo mejor, esforzarse, todo eso está dentro de los parámetros adecuados. Existe un límite y hay que entenderlo. Es acá donde la guía de un entrenador profesional sirve para marcarnos el camino y ver lo que nosotros, en nuestra euforia, no podemos ver con claridad”, suma el maratonista.
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