En muchas ocasiones sentimos que algo nos “cayó mal” y es la causa del malestar estomacal o de trastornos de salud más complicados. Ahora, frente a este interrogante, ¿es posible darse cuenta que una comida está en mal estado? Depende.
El nutricionista Alberto Cormillot contó en Infobae que muchas veces escucha la frase “algo me cayó mal” de parte de un paciente con gastroenteritis, que está con descompostura, con vómitos, con náuseas, y que se siente mal dos o tres días.
Aunque la mayoría de las personas crean que la comida en mal estado solo puede provocar dolencias leves, esto no es así. Para aclararlo Cormillot precisó que “las hepatitis A y B se contagian por alimentos. Ya sea por la comida o por alguien que tocó un alimento o utensilio y tenía el virus. La C, en cambio, se transmite por sangre o por relaciones sexuales”.
Un virus es un patógeno muy pequeño que, en la inmensa mayoría de las ocasiones, sin elementos de precisión y/o laboratorio, los humanos no tenemos capacidad de ver.
“Cuando uno piensa en una comida en mal estado, piensa posiblemente en que se va a dar cuenta porque está podrida o está pasada. Eso es muy difícil que pase, eso ocurre en muy contadas oportunidades porque nadie va a comer una comida que está podrida. Lo que la comida está, es contaminada y en muchos casos no hay ninguna manera de darse cuenta”, señaló el especialista en obesidad.
Por eso, el doctor Cormillot destacó la importancia de lavarse las manos, especialmente las personas que están en contacto con niños pequeños y manipulan pañales. También es relevante higienizarse las manos antes y después de cocinar y no mezclar lo crudo con lo cocido.
“Es absolutamente imposible saber si una comida está contaminada”, remarcó el doctor y agregó: “Lo que sí es posible es saber cuáles son las reglas para que nuestra alimentación sea más segura. Porque no todo es lo que parece. Recuerden que a veces hasta el azúcar parece sal”.
Intoxicación alimentaria
La intoxicación alimentaria, también denominada “enfermedad transmitida por los alimentos»”, es provocada por comer alimentos contaminados. Las causas más frecuentes de intoxicación alimentaria son los organismos infecciosos —entre ellos, bacterias, virus y parásitos— o sus toxinas.
Los síntomas de intoxicación alimentaria, que pueden comenzar unas horas después de haber ingerido alimentos contaminados, habitualmente comprenden náuseas, vómitos o diarrea, alertan los especialistas de la Mayo Clinic de EEUU. Estos síntomas dependen del origen de la contaminación. En la mayoría de los casos, la intoxicación alimentaria es leve y desaparece sin tratamiento. Pero algunas personas necesitan ir al hospital.
Además del correcto lavado de manos y ser cuidadoso en el intercambio de alimentos crudos y cocidos, conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones de la Mayo Clinic:
Cocinar a una temperatura segura: la mejor manera de saberlo es utilizar un termómetro de alimentos. Se puede eliminar los organismos perjudiciales en la mayoría de las preparaciones al aplicar el calor adecuado.
La carne picada a 71°C. Filetes, asados y chuletas (ya sean de vaca, cordero o cerdo) al menos a 62,8 °C. El pollo y el pavo a 73,9°C. Asegúrate de que el pescado y los mariscos estén bien cocidos.
Refrigerar los alimentos perecederos de inmediato: es decir, dentro de las dos horas luego de comprarlos o prepararlos. Si la temperatura ambiente es superior a 32,°C, refrigerarlos dentro de una hora después de comprarlos.
Descongelar los alimentos de manera segura: no descongelarlos a temperatura ambiente. La manera más segura es hacerlo en la heladera o refrigerador. Si cocinas en el microondas alimentos congelados con la opción “descongelar” o 50 % de potencia, hay que asegurarse cocinarlos inmediatamente.
Desechar si tienes dudas: si no estás seguro sobre si un alimento fue preparado, servido o almacenado de manera segura, hay que tirarlo. Los alimentos que permanecen a temperatura ambiente durante demasiado tiempo pueden contener bacterias o toxinas que no pueden eliminarse mediante la cocción.
No pruebes alimentos si no estás seguro de que estén en buen estado, solo deséchalos. Incluso si lucen y huelen bien, podría no ser seguro consumirlos.
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