Los últimos 20 meses, en que el mundo entero se vio sumido en la pandemia por COVID-19, no han sido fáciles para nadie. De forma colectiva el mundo sufrió la pérdida de empleos, disturbios sociales, en algunos países también raciales, las restricciones de cuarentenas o de los distanciamientos necesarios para evitar contagios, que nos alejó de los seres queridos y de las actividades que nos da placer realizar, y la lista sigue. Además, en forma individual, cada uno llevó sus propias tragedia personales.
El mundo esta, así, cerrando el segundo año de desafíos extremos y es hora de pensar en tomar decisiones inteligentes para garantizar la propia felicidad y bienestar a medida que se acerca 2022. ¿Qué es lo que necesita cambiar para cada uno?
Según la ciencia, hay cosas que se pueden hacer con regularidad que, no solo son buenas para la propia salud y bienestar, sino que son especialmente buenas para la salud de los equipos en los lugares de trabajo.
Esta es una guía de 4 acciones que puede ponerse ya mismo en práctica:
1- Practica la bondad con uno mismo
Muchas personas son buenas para ser amables con los demás, pero dejarán de ser amables consigo mismas. La ciencia ahora dice que ser amable con uno mismo es bueno para la salud mental.
Los psicólogos de Inglaterra llevaron a cabo un estudio examinando escáneres cerebrales de más de mil personas que practicaban la bondad. Descubrieron que cuando uno es amable consigo mismo, ciertas regiones del cerebro se iluminan como un árbol de Navidad, como si recibieras amabilidad de los demás o brindaras amabilidad a otra persona.
El consejo práctico que dan los psicólogos es prestar atención a tu voz interior. ¿Te hablas a ti mismo de manera hostil y grosera o de manera amistosa? El punto es que el diálogo interno negativo que es crítico puede afectar su bienestar físico y mental como si viniera de una fuente externa crítica y crítica.
Así que el la recomendación es: háblate a ti mismo de una manera amistosa y amable, como lo haría un buen amigo cuando te apoya en momentos difíciles. Todas las mañanas, es bueno hacer un pequeño ejercicio de autorreflexión. Pregúntese: si elijo ser amable en el día de hoy, ¿cómo me trataría a mí mismo? Enumere las cosas que podría hacer, comience su día de trabajo con esa nota y observe cómo los demás se sienten atraídos por su positividad.
2- Aprenda a ser agradecido
La ciencia dice que, literalmente, se puede entrenar el cerebro para que sea feliz y optimista. Si se escribe en un diario tres cosas por las que uno se siente agradecido y se lo repite durante 21 días seguidos. Según la investigación, cuando una aumenta su nivel de positividad, su cerebro funciona significativamente mejor que cuando es negativo, neutral o estresado.
En estudios, se ha encontrado que:
La productividad aumentó en un 31 por ciento
Las ventas aumentaron en un 37 por ciento y
La probabilidad de un ascenso aumentó en un 40 por ciento.
3- Perdona a los demás
¿Alguna vez lo han lastimado las acciones o las palabras de alguien en el trabajo? Casi todo el mundo lo ha hecho, incluido uno mismo. La ira, la amargura, la ansiedad o incluso la venganza son comportamientos comunes que surgen al ser apuñalado por la espalda o arrojado debajo del autobús. Pero si estos sentimientos persisten y persisten, pueden tener consecuencias devastadoras para quien guarda el rencor.
Entonces, ¿Qué hacer? ¿Cómo arreglárselas y recuperar la paz?
Aceptar el perdón. El perdón rara vez se discute o se integra formalmente en la cultura corporativa. Pero debería hacerlo.
En un estudio de investigación que involucró a más de 200 empleados, el perdón estaba “relacionado con una mayor productividad, una disminución del ausentismo (menos días de ausencia al trabajo) y menos problemas de salud mental y física, como tristeza y dolores de cabeza”.
Cuando aprendemos y dominamos esta práctica virtuosa como un valor organizacional, el perdón puede ser una forma efectiva de restaurar la confianza y arreglar las cosas con colegas y jefes por igual para que vuelva a funcionar a toda máquina.
El perdón también se extiende hacia afuera para impactar a otros que no están involucrados en el conflicto. Cuando los colegas observan a otros practicando el perdón, la investigación dice que a menudo “fomenta emociones positivas que pueden mejorar la toma de decisiones, el funcionamiento cognitivo y la calidad de las relaciones”.
4- Reduzca la velocidad (ejercite la paciencia)
“La velocidad mata”, dice el dicho. En tiempos de crisis, puede parecer que cada situación es una emergencia, y la decisión de acelerar las cosas puede generar más caos y confusión. Cuando las personas se ven arrastradas por un vórtice de toma de decisiones urgentes e impulsivas sin ralentizar las cosas, a menudo las cosas empeoran, no mejoran.
Ejercer un mayor nivel de paciencia, procesar sus emociones y obtener información variada de diferentes personas de la organización producirá mejores resultados a largo plazo.
En un estudio de 2012 , los investigadores encontraron que las personas que mostraban paciencia progresaban más hacia sus metas y estaban más satisfechas cuando las alcanzaban (particularmente si esas metas eran difíciles) en comparación con las personas menos pacientes.
Otra investigación también encontró que las personas pacientes tienden a experimentar menos depresión y emociones negativas y pueden afrontar mejor las situaciones estresantes. Además, sienten más gratitud, más conexión con los demás y experimentan una mayor sensación de abundancia.
Ahora viene la pregunta del millón de dólares: ¿Cuál de estos ejercicios comenzará a hacer con más frecuencia en 2022?
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