La mayoría de las personas con sobrepeso tiene un sentimiento de amor-odio con la balanza: la quieren cuando bajan de peso y la odian cuando marca un aumento, o cuando no refleja los cambios esperados. Así como para los hipertensos el problema no es el aparato de la presión, sino la presión misma, para las personas con sobrepeso, el problema no es la balanza sino los kilos de más.
La balanza es el único medio de saber qué está ocurriendo con el peso. Por eso es muy importante organizar cuándo, dónde, cómo y cada cuánto la persona se va a pesar. Estas indicaciones generales pueden ser útiles:
- Debe hacerse a la misma hora
- En la misma balanza
- Si es posible sin ropa o con la misma ropa
La frecuencia con la que el paciente se pesa es una decisión personal y depende, al principio, de lo que resulte más efectivo para llevar el control; puede ser 1 vez por semana, cuando no va al grupo ó 1 vez por día, si tiene la balanza en su casa.
Con el tiempo el paciente debe aprender a no engañarse si comió de más y a no desalentarse si hizo todo bien y subió de peso debido a una retención de líquidos producida por un día húmedo, síndrome premenstrual o por un antirreumático.
¿Por qué me peso? Porque es la única manera de ver que ocurre con mi adelgazamiento.
¿Cuándo me peso? Algunas personas se pesan periódicamente en el marco de su tratamiento. Si me peso en forma privada, debo hacerlo preferentemente por la mañana, o de lo contrario, siempre a la misma hora.
¿Dónde me peso? Siempre en la misma balanza.
¿Cómo debo pesarme? Con la misma ropa (o desnudo, si tengo balanza en casa).
¿Cada cuanto debo pesarme? 1 vez por semana o 1 vez por día. La decisión es personal, y depende de lo que sea más efectivo para mantener mi control. Cada opción tiene sus ventajas y desventajas.
¿Y si estoy de viaje? Lo mejor es utilizar balanzas que den ticket o llevar la propia.
La famosa curva de peso
Durante el tratamiento es necesario llevar un control confiable del descenso de peso. Por lo general, la memoria no suele registrar más de una semana. Por esta razón, se utiliza la curva de peso, un gráfico que permite al paciente ver la tendencia que sigue su peso, más allá de las variaciones semanales o diarias que muestra la balanza.
Esto permite evitar cálculos mentales que muchas veces pueden resultar engañosos. Por ejemplo: subir 200 g no es mucho, pero 200 g semanales significan 2 kg en 10 semanas y más de 10 kg en el año.
Suele realizarse cuando se baja y no cuando se aumenta de peso, pero engordar no es una excusa para dejar de realizarla, ya que es la única forma de mantener un control real sobre los cambios en el peso.
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.
Realización: Thomas Khazki / Producción: Macarena Sánchez / Edición de video: Sofía Boutigue
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