En medio de la necesidad que tiene Argentina de conseguir vacunas contra la enfermedad COVID-19 para inmunizar a su población frente a la pandemia que azota a su sistema sanitario y genera miles de infectados y cientos de muertos cada día.
Con ese fin, desde hace algunas semanas varias autoridades argentinas han comenzado las negociaciones con sus pares de Israel para iniciar la adquisición de la vacuna que están desarrollando en ese país.
Así, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini mantuvieron este lunes encuentros virtuales con autoridades y empresarios israelíes para dar inicio formal a las conversaciones sobre la posible participación argentina en la fase de investigación y en la cadena de producción de la vacuna contra el coronavirus, según trascendió desde el Ministerio de Salud.
Ambas funcionarias nacionales tuvieron contacto virtual con el embajador argentino en Israel, Sergio Urribarri, y con el equipo de Hadassah Internacional Hospital, creador de la vacuna Brilife en Jerusalén junto al Instituto de Investigación Biológica del Ministerio de Defensa israelí, y liderado por el científico argentino Jorge Diener, “para dar inicio al trabajo de cooperación e intercambio de experiencias en prevención y lucha contra el coronavirus, investigación y desarrollo de vacunas y fármacos, gestión epidemiológica, asistencia de pacientes y campaña de vacunación”.
Esa reunión al comienzo de la semana rindió sus frutos, ya que hoy llegó al país una comitiva de expertos de Israel para avanzar en las negociaciones a fin de que Argentina produzca la vacuna Brilife contra el coronavirus.
“Hay una firme decisión para que los laboratorios argentinos no solo produzcan la vacuna sino además que sea la plataforma para distribuir a toda la región”, dijo Urribarri en declaraciones al canal C5N. Por su parte, la embajadora de Israel en Argentina, Galit Ronen, expresó su “la alegría de avanzar en proyectos que unan a la Argentina e Israel también en el campo de lo sanitario, tal como se viene desarrollando en otras esferas”.
Actualmente, la vacuna Brilife está en la FASE III y se espera por su pronta aprobación por parte de las autoridades regulatorias de salud de Israel. Pero para ello, el país de Medio Oriente necesita un amplio campo de prueba para probar su inoculación, justamente donde el virus esté en pleno apogeo, como es lo que sucede ahora en nuestro país. Recordemos que Israel ya tiene inmunizada al 65% de su población con la vacuna de Pfizer/BioNTech que le provee Estados Unidos.
“Para ver si la vacuna funciona, tiene que hacerse en un lugar donde todavía el coronavirus está activo”, sostuvo Diener, y confió que “si la fase 3 confirma la efectividad y seguridad de la vacuna israelí, se puede generar algún tipo de marco para que se produzca en Argentina para su población”. En la semana, autoridades de Israel y Argentina comenzarán a trabajar en el diseño de estrategias y la cooperación hospitalaria, afirmó Diener, quien es argentino pero desde hace años vive en Jerusalén. “Israel tiene en desarrollo la vacuna Brilife que se encuentra en fase 2, y para seguir avanzando y pasar a fase 3 necesita 30.000 voluntarios. En Israel la mayoría de la población ya está vacunada y la posibilidad de realizar la fase 3 acá es muy limitada, porque va a ser un desafío muy grande conseguir esa cantidad de voluntarios. Entonces se está pensando en la posibilidad de hacerlo en otro lugar del mundo”, agregó el experto argentino.
“El vínculo entre Argentina y el Hadassah fue una de las primeras tareas a las que me dediqué cuando llegué a Israel. Por iniciativa de nuestra embajada, se realizaron varias acciones en conjunto, entre ellas el intercambio entre profesionales del Hadassah y de nuestro Hospital Garrahan, que está en pleno desarrollo. Desde entonces, se forjó un vínculo con este nosocomio que está entre los más importantes de Israel y del mundo que ahora convoca a nuestro país para ser un actor central en el desarrollo de esta vacuna”, precisó el embajador Urribarri.
En marzo pasado, Urribarri se había reunido con Zeev Rothstein, director general del Hospital Hadassah, y con Eran Zahavi, director del Instituto Israelí para la investigación Biológica, organismo que funciona bajo la órbita del Ministerio de Defensa israelí y que lleva adelante el desarrollo y los ensayos clínicos de la vacuna en varios hospitales.
“El ofrecimiento que nos hacen, que ya le transmití a nuestro presidente, Alberto Fernández, y a nuestro canciller, es por un lado la posibilidad de realizar la fase 3 en Argentina, para lo que se requerirían entre 24 mil y 30 mil voluntarios. Por otro lado, tienen interés en montar una línea de producción en Argentina, que sería la primera del mundo, para lo cual sería necesario encontrar una farmacéutica argentina que actúe como socia local”, detalló Urribarri.
El Hospital Hadassah será la institución encargada de organizar y coordinar las tareas por delante, en conjunto con el Instituto Israelí para la Investigación Biológica. El próximo paso será que ambas partes trabajen sobre el análisis de las reglamentaciones argentinas para seguir analizando la posibilidad de aprobar esta operación, informaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La delegación que arribó hoy al país está compuesta por Diener; el director del Hospital Hadassah en Ein Kerem, Yoram Weiss; el director del Centro de Investigación Clínica Hadassah que administra la vacuna Brilife, Yoseph Caraco; la directora de la Unidad de Cuidados Intensivos COVID-19, Sigal Sviri y Dror Mevorach, jefe de una de las Unidades de Brote de coronavirus del hospital Hadassah.
Una vacuna para la vida
La vacuna desarrollada por Israel ya tiene nombre comercial: ‘BriLife’, un juego de siglas entre el término “salud” en hebrero (briut), la abreviatura de Israel (il) y la palabra inglesa “life”, vida.
La vacuna israelí, probada con éxito en pequeños animales (ratones, hámsteres y conejos) y en grandes (cerdos), está desarrollada a partir de un virus existente: el VSV, virus de la estomatitis vesicular y en estos momentos están terminando de desarrollarse sus estudios en la fase clínica humana 3.
El ensayo israelí es uno de últimos y más avanzados “candidatos a vacunas” que se están probando en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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