El COVID-19, enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, pandemia que ya afecta a 208 naciones en todo el mundo con más de 1 millón de contagiados y 67 mil muertos, ha cambiado la forma en que las personas viven. Según los expertos, la forma más eficiente para evitar más contagios es el distanciamiento social, es decir, mantener la mayor separación posible, por lo que varios países -más de una cuarta parte de la humanidad- implementaron esquemas de cuarentena o aislamiento, por medio de los cuales los ciudadanos deben permanecer en sus hogares.
El hecho de estar varios días y semanas en casa podría ser efectivo contra el COVID-19, pero alimentará una pandemia que azota a más de 1.900 millones de adultos con sobrepeso en el mundo y más de 650 obesos, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A la devastación que deja día a día el número de muertos y contagiados por el nuevo coronavirus, las consecuencias en el ámbito económico con fuertes caídas de las bolsas e inminentes crisis financieras, el virus dejaría otra marca que perdurará en el tiempo: está haciendo que las personas engorden.
En diálogo con Infobae, la licenciada en Nutrición María Cecilia Ponce (MN 3362) explicó que “las consecuencias de una cuarentena se van a ir viendo con el correr de los meses, tenemos que prestar atención a lo que está pasando a nivel mundial con la transmisión de una enfermedad como el COVID-19, pero sin perder de vista la mirada a todas las demás enfermedades no transmisibles que estamos viviendo y el sobrepeso y la obesidad es una de las mayores preocupaciones a nivel mundial. En nuestro país las últimas encuestas han demostrado que más del 60% de la población tiene sobrepeso y obesidad con lo cual después de una cuarentena es lógico que aumenten estos porcentajes”.
“La combinación del aislamiento social, del aumento de la hormona del cortisol que trae el miedo, la angustia, la inseguridad e incertidumbre a nivel laboral que nos espera combinado con la mala alimentación que están teniendo las personas porque se deduce que hay un aumento de alimentos industrializados, y la mayor cantidad de azúcares y harinas que estamos comiendo estos días obviamente que va a traer consecuencias”, agregó.
Según la nutricionista, “la incorporación de alimentos ultraprocesados a través de las galletitas, amasados, alfajorcitos, golosinas, a los cuales uno recurre para paliar esta situación y de hambre emocional, va a ser muy negativo para nuestra salud a futuro, sumado a la falta de actividad física y exposición al sol”.
La clave para poder evitar este pronóstico según esta experta es que “empecemos a hacer actividad física obligatoria, todos los días, una hora por día, por cualquiera de las apps o canales que tenemos disponibles y aprovechar que tenemos tiempo libre para cocinar alimentos saludables: verduras, tortillas, budines, soufflés, preparaciones en base a vegetales principalmente y practicar recetas de pastelería libres de azúcares, y reemplazando algunas harinas”.
¿Qué recomienda Ponce? Programar las cuatro comidas diarias, mantener horarios y lugares para respetar cada una de esos momentos, un mismo lugar físico para evitar el picoteo de snacks, mantener una hora de actividad física diaria, tratar de acostarnos temprano y respetar el ciclo circadiano del sol para mantener los niveles de hormonas estables y reparar nuestras células correctamente. También es esencial no dejar de consumir alimentos crudos como ensaladas, verduras y frutas frescas todos los días, incorporar proteínas como en carnes, pollo y pescado fresco en lo posible y evitar las bebidas azucaradas y el consumo de alcohol.
Para Agustina Murcho, licenciada en Nutrición (M.N.7888) “para estar mejor con las comidas, la clave es hacer las cuatro comidas diarias, lo más completas posibles, los platos tienen que tener hidratos de carbono, proteínas, verduras, y lo que son grasas saludables, si no se tiene todo tratar de hacerlo lo más completo posible; al mismo tiempo que moverse lo más que se pueda, hacer ejercicio físico en casa, tratar de estar activos y no estar tanto tiempo quieto, cocinar cosas saludables puede ayudar mucho”.
“Hay que controlar el hambre emocional”, advirtió Murcho, al mismo tiempo que agregó: “hay muchas personas que están con mucha ansiedad, hay que permitirse este sentir, ya que la ansiedad es una emoción, que nos está queriendo decir algo, y hay que tratar de calmarlo con algo que no sea comida, pero sucede que el cerebro busca lo más inmediato para no pensar, que es comer”.
Para la nutricionista, “hay que aceptar esa emoción y hablar, muchos suelen no hablar y comen. Dormir bien también es clave, ya que descansar mal lleva al aumento de peso porque aumenta el cortisol, la hormona del estrés que genera grasas, y el cuerpo necesita estar despierto y entonces busca energía de los alimentos, por lo que dormir mal genera más hambre; finalmente es fundamental tomar agua”.
Por su parte, para Diego Querze, jefe de Nutrición en enfermedades neurológicas del Instituto Fleni, “en este momento tan particular que estamos atravesando es importante incentivar una alimentación saludable. De este modo, las personas deben pensar sus menúes basados en una alimentación adecuada, armónica y de buena calidad nutricional, es decir, que tenga todos los nutrientes necesarios para reforzar todo lo que podamos el sistema inmune”.
En este sentido, ¿cuáles son los alimentos que desaconsejan consumir en esta cuarentena? De acuerdo a Querze, dentro del listado de los que se deben evitar se encuentran los alimentos de elevada necesidad calórica, aquellos que contengan mucha cantidad de grasa, azúcar y alimentos procesados: “Es una buena oportunidad para apostar a la comida casera que tiene menos aditivos que los alimentos procesados”.
“Las personas deben evitar el consumo de calorías vacías, es decir, aquellas que aportan mucha energía pero poco contenido nutricional como los azúcares, los alimentos procesados, y las bebidas azucaradas ya que no aportan mucho al organismo”, dijo a Infobae el nutricionista Diego Sívori.
La aritmética de la situación es impactante: al hacer poca o nada de la actividad física que normalmente hacemos, es probable que un adulto queme hasta 400 calorías menos al día, analizó la dietista Jennifer Aubert.
Es por eso que tenemos que reducir nuestras porciones y movernos -dentro de nuestras casas- tanto como podamos, siempre que no sea hacia la heladera y viceversa. Otros expertos señalan a las personas que han comprado en pánico un armario lleno de alimentos enlatados, y se ven obligados a comer a través de él.
En cualquiera de los casos, estar solo y hacer frente al estrés de la situación, así como las preocupaciones sobre si tendrán un trabajo al que regresar, pueden llevar a las personas a comer en exceso, advirtió la Fundación Británica de Nutrición.
Por lo cual este período es una gran oportunidad para enseñar a niños y adolescentes a cocinar platos sencillos, evitar el consumo de alcohol y hacerse amigos de las frutas, verduras y proteínas saludables, evitando las harinas y azúcares innecesarios.
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