Palabras como “estrés” o “ansiedad” son cada vez más comunes, a veces confundidas y muchas veces pasada por alto, pues no siempre se le da la importancia debida a nuestra salud mental. Por este motivo, indentificaremos sus signos, síntomas, causas y efectos.
Por su lado, el estrés es la respuesta de nuestro organismo ante la percepción de una amenaza o peligro. Puede afectar la salud física y mental de quienes lo padecen, por ello presenta síntomas y signos en las emociones, conducta y cuerpo.
El estrés en las emociones
- Irritabilidad.
- Enojo.
- Impaciencia.
- Sentirse abrumado o agobiado.
- No sentirse capaz de disfrutar.
- Preocupación.
- Aparente pérdida del sentido del humor.
- Mareos o náuseas.
- Nerviosismo.
- Desinterés por vivir.
- Si ha tenido problemas de salud mental, estos empeoran.
El estrés en el comportamiento
- Desinterés por el sexo.
- Dificultad para tomar decisiones.
- Problemas de memoria.
- Dificultad para concentrarse.
- Apretar la mandíbula.
- Comer mucho o muy poco.
- Comprar de más.
- Consumir alcohol, cigarrillos o drogas en exceso.
¿Qué parte del cuerpo afecta el estrés?
- Dolor muscular.
- Fatiga.
- Problemas para respirar.
- Presión arterial alta.
- Dolor de cabeza.
- Visión borrosa.
- Problemas para dormir.
- Acidez estomacal o indigestión.
- Estreñimiento o diarrea.
- Sensación de mareo o desmayo.
- Cambios en el ciclo mentrual.
- Aparición de erupciones o picazón en la piel.
¿Cómo saber si una persona sufre de estrés?
Para saber si una persona sufre de estrés, los compañeros de trabajo, amigos familia y pareja puede identificar los cambios de conducta del presunto estresado:
- Se muestra irritable, enojado, preocupado o tenso.
- Se aleja de quienes lo rodean.
- Se muerden las uñas.
- Conducta agresiva.
- Dificultad de recordar.
- Come mucho o muy poco.
- Se muestra inquieto.
- Rechina los dientes o aprieta la mandíbula.
- Dificultad para concentrarse.
- Llora más de lo normal.
- Presenta problemas o desinterés en el sexo.
- Fuma, bebe alcochol o consume drogas recreativas más de lo normal.
- Gasta o compra más de lo común.
- Hace mucho ejercicio o deja de hacerlo.
Los síntomas físicos y emocionales pueden ser identificados si esta persona logra abrirse o busca ayuda. Si han recurrido a ti, recuerda escuchar sin jusgar y guardar discreción. Si no sabes manejar la situación y solo empeora, aconséjalo empáticamente a tomar una terapia psicológica.
¿Qué puede causar el estrés?
Como lo vimos anteriormetne, el estrés puede causar problemas en la mente, conducta y cuerpo de quien lo padece, como fatiga, dolores de cabeza, iritabilidad, enojo o preocupación y mucho más.
Pero además, si el estrés no logra controlarse y permanece por mucho tiempo puede debilitar el sistema inmunológico y cuando esto ocurre la persona se vuelve vulnerable a ciertas enfermedades como:
- Resfriados.
- Verrugas recurrentes.
- Herpes simples o herpes Zoster.
- Candidiasis por hongos en la boca o esófago.
Causas del estrés
Sin embargo, si hablamos de aquello que puede causar estrés, suelen ser factores como:
- Problemas laborales como excesiva presión, mal ambiente laboral, muchas tareas, desempeñar un trabajo peligroso, el desempleo, etc.
- Dificultades económicas como deudas.
- Padecer una enfermedad crónica.
- Problemas familiares o de parejas como cuidar de un enfermo o ancianos, duelos, divorcios o separaciones, problemas de custodia de los hijos, etc.
- Eventos traumáticos como ser víctima de robos, secuestros o accidentes.
¿Cuáles son los tipos de estrés?
Los tres tipos de estrés más conocidos son:
Estrés agudo
El estrés agudo es el más común y corto. Se trata de la reacción inmediata del cuerpo antes una situación desafiante y nueva como por ejemplo cuando casi te choca un bus o casi caes por las escaleras, cuando ves una película de terror o cuando subes a una montaña rusa.
No es realmente malo pues cuando pasa su efecto el cuerpo vuelve a la normalidad. Incluso puede puede ayudarte a desarrolar una mejor respuesta a futuros estresores.
Estrés agudo episódico
Este tipo de estrés se presenta cuando hay frecuentes episodios de estrés agudo. Quienes lo padecen tienen ciertas características:
- Se muestran irritables y tensas.
- Asumen muchas responsabilidades autoimpuestas y no pueden manejarlas.
- Siempre están apuradas, pero llegan tarde.
- Todo les parece peligroso y no gratificante.
- Presentan migrañas, hipertensión y dolores de pecho.
Estrés crónico
Se presenta cuando se tiene altos niveles de estrés en un tiempo prolongado porque la persona siente que no hay salida y deja de buscar soluciones, incluso se acostumbran a él. Obviamente este estrés de largo plazo afecta a la salud:
- Produce aniedad y depresión.
- Enfermedad cardiovascular.
- Presión alta.
- Un débil sistema inmunológico.
- Dolores frecuentes de cabeza y estómago.
- Dificultad para dormir.
¿Qué es lo que piensa una persona con ansiedad?
Los especialistas coinciden en que el estrés es la reacción a una amenaza reconocida y suele ser de corto plazo, mientras que la ansiedad es una reacción que suele permaner más tiempo a una causa no siempre identificada. Sus síntomas son similares debido a que ambos son parte de la misma reacción del cuerpo. Cuando una persona tiene ansiedad experimenta:
- Respiración rápida.
- Ritmo cardiaco acelerado.
- Intranquilidad y temor.
- Tensión.
- Estreñimiento o diarrea.
- Sudoración.
Respecto a los pensamientos ansiosos, es decir, los pensamientos que tiene una persona con ansiedad, suelen exagerar o distorsionar la realidad e imaginar un futuro negativo. Por ejemplo: creer que un simple dolor puede ser un cáncer. Las personas con ansiedad pueden pensar:
- No sirvo para nada.
- Siempre me va mal.
- ¿Y si me equivoco?
- ¿Y si algo sale mal?
- ¿Qué pasaría sí...?
- ¿Estará molesto conmigo?
- ¿Qué estarán pensando de mí?
- ¿Por qué demora en contestar?
- ¿Se estarán burlando de mí?
¿Cómo saber si te va a dar un ataque de ansiedad?
Un ataque de ansiedad, ataque de pánico o crisis de ansiedad es una reacción excesiva e intensa de ansiedad que puede durar entre 10 y 45 minutos. Puedes identificar esta crisis por algunos de los siguientes síntomas:
- Taquicardia.
- Sensación de ahogo.
- Palpitaciones.
- Sudoración.
- Presión fuerte en el pecho.
- Temblor.
- Aumento de temperatura o escalofríos.
- Dolor de cabeza.
- Sensación de hormigueo o entumecimiento de rostro o manos.
- Mareos, nauseas o sensación de desmayo.
- Creer que lo que está pasando no es real.
- Sensación de verse fuera de sí mismo.
- Temor a volverse “loco”, morir, perder el control o el conocimiento.
Si has notado alguno de estos en algún familiar o amigo, intenta no exagerar sus síntomas, mantener la calma y distraer su atención. Recuerda ser muy prudente y evita prejuicios, pero si estos episodios se repiten continuamente, es mejor consultar con un experto en salud mental para que ayude a manejar estas crisis. Recuerda que eres dueño de tus emociones y no podemos controlar todo lo que nos rodea, así que quiérete mucho y ama la vida.