Los perros tienen su propio lenguaje y si somos observadores puede ser muy sencillo entenderlos aprendiendo a leer sus emociones y distinguirlas entre sí. Hay una serie de gestos y señales que hacen todos estos animales para expresar las mismas sensaciones y resulta muy útil aprenderlas. A toda señal o gesto que no involucre agresión se la define como señal de calma.
Encontramos señales de calma para todo: para el miedo, para la alegría, para la tristeza, para el enojo, entre otras emociones. Lo interesante y asombroso es que todos los perros del mundo se comunican de esta misma forma a través de ellas, de allí la importancia de observarlas apreciando cómo se comportan ante determinadas situaciones, para así entenderlos y evitar momentos incómodos o complicados
Muchas veces, las señales de calma para mostrar estrés se pueden confundir con las del miedo, porque en ambas circunstancias hay una gran incomodidad que se expresa en los gestos y en las actitudes. El ritmo de vida de los seres humanos, apresurado y veloz, muchas veces no coincide con el de los perros, siendo este uno de los motivos que puede provocar estrés en ellos.
El ambiente artificial de una ciudad, el apuro en los paseos, nuestros enojos banales, el ruido, las luces, mucha gente en las calles, son todos factores que pueden llegar a perturbar a un individuo que tiene mucha más percepción auditiva y olfativa que los seres humanos y que encima no tiene la información completa para entender lo que está pasando.
No todos los perros se estresan por las mismas cosas o con la misma intensidad de los eventos, ya que esto depende de su sociabilización y de su matriz instintiva. De este modo, frente a situaciones de disturbio, manifestarán señales para hacernos saber que se sienten incómodos y estresados, como por ejemplo: bostezar y sacudirse. Con estos gestos y actitudes logran relajar los músculos de la cara y del cuerpo después de estar tensos a causa de un evento estresante.
Algunas veces estos signos se pueden dar antes de la situación estresante como en la previa del paseo o de la visita al veterinario, lo que es un signo indudable de angustia o ansiedad. Otros signos pueden ser caminar muy rápido, no olfateando durante el paseo, o engullir la comida desesperadamente.
Lo cierto es que, ante estos signos o señales de calma enviados frecuentemente, debemos tomar cartas en el asunto armándonos de paciencia y evitando los restos. Es primordial brindarles momentos de olfateo, jugando con nuestros perros y darles algo para morder, lo que ayuda a aliviar su estrés.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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