Los lobos cazan en jauría, es decier en grupo, en conjunto con una banda. Nuestros perros no cazan, en términos generales, ya que reciben de nosotros el alimento que en general y sobre todo en los últimos tiempos es alimento balanceado comercial, ya sea húmedo o seco.
Cuando los lobos se dan el banquete de su presa de cacería, la despanzurran, desgarrando su abdomen, y comiendo las vísceras primero.
El antecesor del perro, entonces, come al principio una mezcla equilibrada de mondongo (alto contenido de proteínas azufradas de gran valor biológico), más el contenido interno de ese mondongo que no es otra cosa que una suspensión de bacterias y otros microorganismos, más el pasto predigerido.
A eso debe agregarse el aporte de las vísceras compactas (el hígado, el bazo, los riñones, etc.), y luego el del cuero, las pezuñas, los pelos. Por último, al final, verdaderamente al final, llega el aporte de la carne en sí, con su porción de tendones, membranas conjuntivas y ligamentos.
La dieta natural de un lobo entonces, tiene fibra, proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, todo fresco y accesible al instante y del más variado origen y composición. Si bien se le dice carnívoro no come exclusivamente carne ya que no come solamente el músculo de su presa.
A pesar de descender de ellos, las diferencias entre perros y lobos son varias y muchas. Estas distinciones son el fruto de una selección genética que ha priorizado en el perro características como su capacidad de guarda y defensa, su tamaño o sus habilidades sociales.
Un caniche y un lobo tienen diferencias evidentes, como ser su aspecto, pero la herencia genética del lobo está presente en todos los perros, salvo dos genes, y se hace patente en aspectos como sus gestos corporales para comunicar información y emociones a sus congéneres: ya sea enojo, sumisión o miedo.
Cuando alimentamos a nuestro perro, en la Argentina, aún tenemos una muy marcada tendencia a hacerlo con el agregado, en el mejor de los casos, de carne con o sin hueso. Esa carne, en general picada por razón de costos, la complementamos con vegetales tratando de armar una dieta balanceada, a ojo, en nuestros hogares.
Alimentar a nuestro perro en forma casera se puede pero siempre siguiendo el consejo de nuestro profesional de confianza para lograr el mejor equilibrio de esa dieta.
Esta costumbre de alimentar al perro con elementos naturales caseros, persiste aún en gran cantidad de hogares a pesar de la gran variedad y calidad de alimentos balanceados que hay actualmente.
A través de la aceleración del ritmo de vida, los alimentos balanceados para perros le han ganado a las medias reses y a la alimentación tradicional.
Siguiendo nuestro razonamiento, es probable que pensemos en permitir la caza en el jardín del fondo de su casa para que nuestro perro coma lo que debe. Pero no hay que asustarse, lo importante es haber entendido que la carne sola no es buena y que su perro necesita algo más que eso, y esos ingredientes extra se llaman: amor y alimentos caseros, o no, pero siempre balanceados.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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