Los mosquitos cuyo sueño se ve interrumpido están más interesados en recuperar el sueño que en buscar comida al día siguiente. Una reciente investigación de la Universidad de Cincinnati (UC), Estados Unidos, demostró la importancia vital de esta función biológica incluso entre los insectos. El estudio fue publicado en el Journal of Experimental Biology.
El sueño está ligado a funciones inmunitarias y restauradoras, como la reparación de tejidos y la síntesis de proteínas. El fenómeno de la necesidad vital de recuperar el sueño perdido se ha observado en otros animales como las abejas, las moscas de la fruta y, por supuesto, en los humanos. “Fue un poco sorprendente. Privados de sueño o no, una comida de sangre debería atraerlos”, dijo Oluwaseun Ajayi, alumno de doctorado de la UC y autor principal del estudio.
El experimento examinó tres especies de mosquitos, cada uno responsable de transmitir enfermedades a las personas: Aedes aegypti, un “mordedor diurno” que puede propagar los virus del dengue, la chikungunya, y el zika; Culex pipiens, que busca comida al anochecer; y Anopheles stephensi, que es más activo durante la noche. Los biólogos de la Facultad de Ciencias de la UC y el Departamento de Bioquímica de Virginia Tech pasaron más de un año desarrollando protocolos para estudiar el sueño de los mosquitos.
Los mosquitos pueden advertir la presencia de una persona a través del calor corporal, los olores, el movimiento, las vibraciones y el dióxido de carbono exhalado. “Es realmente difícil cuantificar el sueño de los mosquitos cuando, tan pronto como entras en la habitación, te consideran su cena de Acción de Gracias”, dijo el biólogo Joshua Benoit, miembro del equipo investigador.
Para su ensayo, los investigadores ubicaron a los mosquitos separados del resto de la población humana de la universidad por varias habitaciones dentro de las habitaciones. Instalaron cámaras y sensores infrarrojos que podían registrar cuándo se movían los mosquitos sin molestarlos. Los mosquitos en el laboratorio durmieron mucho, entre 16 y 19 horas al día, según la especie y la estimulación que los rodea.
Cuando no están buscando comida, los mosquitos se posan durante largos períodos de tiempo para conservar energía. Pero los investigadores descubrieron una señal reveladora para saber cuándo los insectos estaban dormidos. “Cuando los mosquitos entran en un estado de sueño, sus patas traseras se caen y su cuerpo se acerca a la superficie”, dijo el autor principal de la investigación.
Los investigadores estudiaron el comportamiento de sueño y alimentación de los mosquitos durante aproximadamente una semana después de que se aclimataron a su nuevo hábitat experimental. En un segundo experimento, los investigadores los sometieron a la privación del sueño durante su hora normal de acostarse haciendo vibrar sus recintos a intervalos regulares durante el día o la noche.
Mientras que más del 75% de los mosquitos que no fueron sometidos a la privación del sueño buscaron una comida de sangre, menos de una cuarta parte de ellos mostró algún interés en la comida después de una noche de insomnio. Esto representó una disminución del 54% en la propensión a alimentarse entre los mosquitos privados de sueño.
Los investigadores detectaron que los mosquitos demasiado cansados también tenían menos probabilidades de aterrizar en un huésped tanto en el laboratorio como en el campo, lo que sugiere que los mismos comportamientos ocurrirían en entornos naturales. “Lo que me sorprende es que, por mucho que los mosquitos necesiten sangre para producir huevos, pero la dejaron para recuperar el sueño que perdieron”, dijo Benoit.
Los mosquitos son uno de los insectos que propaga más infecciones. Según la Organización Mundial de la Salud, solo la malaria mata a más de 400.000 personas al año. Y los mosquitos transportan patógenos de otras enfermedades mortales como el dengue y la fiebre amarilla.
Al comprender los ritmos circadianos de los mosquitos, los investigadores esperan encontrar mejores formas de prevenir la infección. “Es importante comprender su dinámica de sueño: cuándo se alimentan y cuándo duermen “, dijo Benoit.
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