No todo lo que nos gusta comer a nosotros es bueno para nuestros amigos de cuatro patas. Algunos alimentos son tóxicos para los perros y otros, en el peor de los casos, incluso mortales, como por ejemplo las uvas o las pasas de uva. Contienen ácido oxálico, que en la mascota puede generar un grave fallo renal.
Los expertos de la web alemana “herz-fuer-tiere.de” hicieron una lista de alimentos que pueden ser problemáticos para los perros:
- Café: es peligroso debido a la cafeína. La metilxantina que contiene tiene efecto en el sistema nervioso del perro y, en ocasiones, puede llevar a su muerte. Ataques espasmódicos, temblores, intranquilidad, hipertermina, diarrea, vómitos o arritmias pueden ser síntomas de una intoxicación.
- Cacao y chocolate: la teobromina que contiene es tóxica para el animal. Sobre todo en el caso de cachorros o razas de tamaño pequeño, puede ser letal ya en cantidades pequeñas.
- Los frijoles o porotos aduki: la proteína vegetal lectina es una toxina que hace que los glóbulos rojos en la sangre del perro se peguen. Como consecuencia, el perro puede sufrir una inflamación del hígado, tener fiebre o dolor de estómago. Los frijoles cocidos, en cambio, no suponen ningún peligro.
- Cebollas: el ácido sulfúrico destruye los glóbulos rojos en el cuerpo del perro. Ya a partir de entre cinco y diez gramos por kilo de peso las cebollas tienen efecto tóxico en los perros. Diarrea, sangre en la orina, vómitos y respiración acelerada pueden ser las consecuencias.
- Ajo, ajo silvestre y cebollino: destruyen la hemoglobina de los glóbulos rojos. El perro sufre anemia.
- Huesos de aves: se astillan fácilmente, por lo que pueden lastimar al perro en la boca, la garganta o el estómago.
- Palta: la persina (toxina fungicida presente en la palta) que contiene el alimento puede generar diarrea y vómitos en el perro. El gran carozo no es ningún juguete, sino un peligro. El perro puede ahogarse con él.
- El edulcorante: entre 10 y 30 minutos después de su ingesta, se produce una liberación de insulina excesiva y una caída del nivel de azúcar en sangre. Eso es riesgoso para la vida del perro.
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