¿Te quejas mucho? Mide tu tendencia y aprende a mejorar la salud y tu vida

La queja puede tener raíces tanto psicológicas como sociales. Se ha estudiado que, en promedio, un 95% de la gente piensa en negativo el 90% del tiempo

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Desde el tráfico hasta el clima, muchas personas encuentran motivos para quejarse a diario (Imagen Ilustrativa Infobae)
Desde el tráfico hasta el clima, muchas personas encuentran motivos para quejarse a diario (Imagen Ilustrativa Infobae)

La queja es una de las actitudes más comunes y universales. Desde el tráfico hasta el clima, muchas personas encuentran motivos para quejarse a diario. Las personas tenemos aproximadamente sesenta a sesenta y cinco mil pensamientos por día. Se ha estudiado que, en promedio, un 95% de la gente piensa en negativo el 90% del tiempo. Y a esto, hay que sumar unos doce mil pensamientos rumiantes: esa autocharla interna que, por lo general, también es negativa y quejosa.

¿Por qué nos quejamos?

Si bien la respuesta puede parecer obvia: “Porque tengo muchos motivos para quejarme”, en realidad, bajo la superficie se esconden expectativas no satisfechas, comportamientos aprendidos en la primera infancia y aspectos como la autopercepción de cómo ‘deberían’ ser las cosas y las personas.

La queja puede tener raíces tanto psicológicas como sociales. Entre las razones principales que estudian las ciencias del comportamiento humano, se encuentran:

1. Búsqueda de validación y empatía: Quejarse puede ser una forma de conectar con otros, buscando que nos comprendan o compartan nuestro malestar. Varios estudios de psicología sugieren que cuando una persona se queja, lo hace en parte para recibir apoyo emocional de los demás.

2. Estrés y frustración: La presión diaria y las frustraciones no resueltas son detonantes comunes de la queja. La incapacidad de cambiar situaciones estresantes hace que las personas se desahoguen, aunque sea solo verbalmente y despotricando, generalmente hacia los demás.

3. Reforzamiento negativo: Para algunas personas, quejarse se convierte en un hábito. El refuerzo negativo se da cuando una queja lleva a recibir atención, llamando la atención o recibiendo palabras que intentan apaciguar. De esta forma, en vez de ayudar a la persona, se refuerza ese comportamiento.

4. Insatisfacción crónica: Algunas personas tienden a ver el lado negativo de las cosas, lo que genera una actitud quejosa constante. La psicología le llama pensamiento catastrófico, cuando continuamente se acentúa lo negativo de la vida, impidiendo que se aprecien matices positivos que siempre existen. La psicología del comportamiento ha investigado que es más propensa en personas con altos niveles de neuroticismo.

Una persona neurótica se caracteriza por experimentar altos niveles de ansiedad, inseguridad y preocupación excesiva, lo que influye en su manera de interpretar y reaccionar ante las situaciones cotidianas. Sin embargo, con estrategias adecuadas como la terapia cognitivo-conductual, es posible mejorar la regulación emocional y la calidad de vida.

5. Condiciones socioculturales: En ciertos entornos, la queja es una forma aceptable de expresión que no está tan mal vista como en otras. Esta permisividad cultural puede fomentar una tendencia mayor a quejarse, a que la persona y su entorno sean apagados y con tendencia negativa permanente.

Algunas personas tienden a ver el lado negativo de las cosas, lo que genera una actitud quejosa constante (Imagen Ilustrativa Infobae)
Algunas personas tienden a ver el lado negativo de las cosas, lo que genera una actitud quejosa constante (Imagen Ilustrativa Infobae)

Estadísticas alarmantes y contras para la salud y relaciones

Sobre la queja hay mucho escrito, principalmente en el ámbito de la psicología del comportamiento. A modo de resumen, algunas investigaciones muestran que:

- El 20% de las conversaciones diarias incluyen alguna forma de queja (Harvard Business Review).

- El 75% de las personas admiten que se quejan regularmente, y el 15% lo hace casi a diario (Revista Time).

- Un estudio del Journal of Social and Clinical Psychology encontró que quejarse de forma crónica se asocia con niveles más altos de ansiedad y depresión.

Las consecuencias de ser constantemente quejosos

Aunque para la persona quejosa este comportamiento pueda tener beneficios aparentes a corto plazo, sus efectos negativos a largo plazo son significativos:

1. Efectos en el cerebro: La neurociencia ha demostrado que quejarse con frecuencia cambia la estructura del cerebro, haciéndolo más proclive a buscar y enfocarse en experiencias negativas. Un estudio de la Universidad de Stanford encontró que quienes se quejan regularmente tienen un hipocampo más afectado, el área del cerebro vinculada a la memoria y el aprendizaje.

2. Estrés y cortisol: La queja constante eleva los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta el sistema inmunológico, aumenta la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Incluso el aumento de cortisol crónico puede reducir la expectativa de vida, según ha investigado la Clínica Mayo.

3. Deterioro de las relaciones personales: Las personas que se quejan constantemente tienden a ver afectadas sus relaciones, ya que los demás tienden a evitarlas. La negatividad persistente crea fricciones, erosiona la confianza y desgasta los lazos emocionales.

4. Problemas de salud mental: Un estudio en el Diario de Investigaciones Psicosomáticas señala que las personas que se quejan de manera constante tienen una mayor probabilidad de desarrollar depresión y ansiedad. Además, las estadísticas refieren que generalmente son aisladas por sus familias y amigos, y es frecuente que terminen socialmente solas.

Test: ¿Qué tan quejoso eres?

Este test te ayudará a evaluar tu nivel de queja habitual. Responde cada pregunta con un puntaje del 1 (nunca) al 5 (siempre).

Hazlo con total honestidad. Este test es sólo referencial. Recuerda concurrir a un psicoterapeuta matriculado para trabajar a fondo los aspectos que consideres necesarios.

  • ¿Sueles quejarte del clima? (Recuerda el parámetro: 1, nunca me quejo – 5, siempre me quejo)
  • ¿Frecuentemente te quejas de tu trabajo o tus estudios?
  • ¿Sientes que los demás no comprenden tus problemas y sueles expresar tus quejas?
  • ¿Te quejas del tráfico o del transporte público, o de lo que ves o vives a tu alrededor?
  • ¿Tiendes a quejarte cuando algo no sale como planeaste?
  • ¿Expresas tus molestias con regularidad en redes sociales?
  • ¿Sientes que quejarte te ayuda a liberar frustración?
  • ¿Te incomoda mucho el comportamiento de otros y lo expresas con frecuencia?
  • ¿Sueles quejarte de cosas que están fuera de tu control?
  • ¿Tus amigos o familiares te han mencionado que tiendes a quejarte mucho?
  • Cálculo de los resultados

Suma el puntaje de todas las respuestas.

  • 10-20 puntos: No eres quejoso. Mantienes una actitud positiva y solo te quejas ocasionalmente. Ves el lado positivo de las cosas y tiendes a adaptarte a las situaciones.
  • 21-35 puntos: Moderadamente quejoso. Tienes momentos de queja, especialmente cuando algo te frustra, aunque también eres capaz de reconocer el lado positivo en algunas situaciones.
  • 36-50 puntos: Altamente quejoso. La queja es una parte importante de tu día a día. Quizás sería beneficioso explorar técnicas para manejar tu frustración y enfocarte en soluciones más que en problemas.

Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 33 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado, Miembro y Mentor en Maxwell Leadership, el equipo de John Maxwell.

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