En un experimento único y cargado de curiosidad científica, los gemelos británicos Hugo y Ross Turner decidieron someterse a un reto alimenticio extremo: uno adoptó una dieta vegana mientras el otro continuó con una dieta omnívora durante 12 semanas. El objetivo era medir cómo sus cuerpos reaccionaban a regímenes alimenticios tan diferentes, aprovechando su genética idéntica para minimizar variables externas.
Conocidos por sus expediciones a algunos de los lugares más inaccesibles del planeta, los hermanos decidieron llevar esta exploración al campo de la nutrición y la salud. Monitoreados por investigadores del King’s College de Londres, los gemelos realizaron el mismo programa de entrenamiento, consumieron la misma cantidad de calorías y se sometieron a análisis de salud periódicos. Al finalizar el experimento, los resultados fueron sorprendentes y ofrecieron una perspectiva única sobre los efectos de las dietas basadas en plantas y en productos animales.
“Queríamos eliminar los sesgos y las opiniones y llevarlo al nivel genético. Podemos involucrar a la ciencia porque somos gemelos y genéticamente idénticos, así que podemos compararnos en entornos extremos”, explicó Ross Turner a la BBC.
Cambios físicos y metabólicos
Los cambios más notorios ocurrieron en la composición corporal de ambos gemelos. Hugo, quien siguió una dieta vegana, perdió peso principalmente en forma de masa grasa, pasando de 84 kg y 13% de grasa corporal a 82 kg y 12% de grasa corporal. Su nivel de colesterol se redujo significativamente, de 5,9 mmol/L (228 mg/dL) a 4,9 mmol/L (189 mg/dL) , lo que podría indicar beneficios cardiovasculares.
Sin embargo, no todo fue positivo para Hugo. Aunque se sintió con más energía y concentración durante sus sesiones de entrenamiento, también notó una caída pronunciada en su libido, un efecto que los investigadores no pudieron explicar completamente debido a la falta de análisis hormonales específicos.
Por su parte, Ross, que mantuvo una dieta omnívora rica en proteínas animales y carbohidratos, ganó 4,5kg de peso, con una mezcla de masa muscular y grasa. Su grasa corporal aumentó de 13% a 15%, mientras que su colesterol permaneció en un nivel elevado de 6,5 mmol/L (más de 240 mg/dL) . Aunque su rendimiento en el gimnasio fue adecuado, experimentó altibajos energéticos durante el día.
Impacto en el microbioma intestinal
Uno de los aspectos más fascinantes del estudio fue el efecto en sus microbiomas intestinales, es decir, las bacterias presentes en sus sistemas digestivos. Contrario a lo esperado, ambos hermanos experimentaron una disminución en la diversidad microbiana, lo que podría reducir la resistencia a enfermedades crónicas.
En el caso de Hugo (vegano), su microbioma mostró mejoras en algunos marcadores relacionados con la reducción del riesgo de obesidad y diabetes tipo 2, según el análisis de muestras fecales realizado por Atlas Biomed. Sin embargo, los investigadores señalaron que 12 semanas es un período relativamente corto para cambios significativos en la flora intestinal.
Ross, en cambio, notó que su microbioma se mantuvo más estable, a pesar de su dieta rica en carnes y productos animales. Según los gemelos, la falta de diversidad en sus microbiomas podría estar relacionada con la transición abrupta a una dieta vegana y la duración limitada del experimento.
Rendimiento en el gimnasio y energía diaria
Ambos hermanos se sometieron a un riguroso entrenamiento de resistencia cinco o seis veces por semana, siguiendo el mismo programa de ejercicios. Hugo, con su dieta vegana, se sintió más estable y con menos caídas de energía, posiblemente debido a que dejó de consumir alimentos ultraprocesados como galletas y patatas fritas, reemplazándolos por frutas y frutos secos.
Por otro lado, Ross experimentó picos y caídas de energía, especialmente después de consumir comidas pesadas en carbohidratos y proteínas animales. “Tenía esos grandes picos de energía y luego me derrumbaba”, admitió Ross en declaraciones a Men’s Health.
Cuál es la combinación ideal
Después de 12 semanas, los hermanos concluyeron que ninguna de las dos dietas superaba claramente a la otra, sino que ambas tenían ventajas y desventajas. Desde entonces, han incorporado más alimentos veganos en su dieta diaria, especialmente snacks, y han reducido el consumo de carne en favor de fuentes proteicas más sostenibles.
“Una cosa que aprendimos es que no comemos suficientes alimentos variados”, comentó Hugo. “A menudo simplemente disfrazamos los mismos alimentos en diferentes formas. Pero la variedad es el condimento de la vida”.
Para quienes se plantean probar una dieta vegana, Ross sugirió no hacer cambios drásticos, sino comenzar por introducir gradualmente alternativas vegetales, especialmente en los refrigerios.
Aunque este experimento no proporcionó una respuesta definitiva sobre cuál es la mejor dieta, muestra que la alimentación no es un enfoque único para todos. Lo que sí quedó claro es que llevar una dieta balanceada y personalizada puede ser la clave para una vida más saludable.
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