Un año después de haberse sometido a su propio tratamiento pionero para un tumor cerebral, el médico australiano Richard Scolyer continúa libre de cáncer. Este avance supone un hito en la lucha contra uno de los tipos de cáncer cerebral más agresivos. El australiano, de 57 años, es un patólogo prestigioso que basó su tratamiento en su propia investigación sobre el melanoma, un tipo de cáncer de piel.
En junio del 2023 se le encontró el tumor cerebral luego de sufrir una convulsión en Polonia. Desde entonces, el tratamiento que siguió Scolyer, el primer paciente del mundo en recibir inmunoterapia combinada antes de una cirugía cerebral, mostró resultados prometedores. “Para ser honesto, estaba más nervioso que en cualquier escaneo anterior”, confesó Scolyer a BBC Mundo.
La resonancia magnética más reciente no mostró ninguna recurrencia del tumor, lo que representa un gran alivio para él y su equipo médico. “Estoy simplemente emocionado y encantado. No podría estar más feliz”, añadió.
Scolyer, que también es profesor en la universidad de Sídney, y su colega Georgina Long son codirectores del Instituto del Melanoma de Australia. La investigación sobre inmunoterapia que desarrollaron a lo largo de la última década mejoró significativamente los resultados para los pacientes con melanoma avanzado en todo el mundo. Al tratar el cáncer, utilizan el propio sistema inmunológico del cuerpo para atacar las células cancerosas, un enfoque revolucionario que también aplicaron al caso de Scolyer.
La terapia y los resultados
Para tratar a Scolyer, con su equipo adaptaron su investigación sobre el melanoma. Descubrieron que la inmunoterapia funciona mejor cuando se administra una combinación de medicamentos antes de cualquier cirugía para extirpar un tumor.
Además, Scolyer recibió una vacuna personalizada basada en las características específicas de su tumor. Este enfoque aumentó la efectividad de los medicamentos y permitió un mejor reconocimiento del cáncer por parte del sistema inmunológico.
A pesar de enfrentar complicaciones como ataques epilépticos, problemas hepáticos y neumonía durante los primeros meses de tratamiento, Scolyer asegura sentirse más saludable que en muchos años. “Estoy mejor que lo me he sentido en muchos años”, contó. Además, retomó su rutina de ejercicios diaria, la cual incluye un trote de 15 kilómetros.
Sin embargo, Scolyer es consciente de que esto no significa que su cáncer cerebral esté completamente curado, pero aprecia el tiempo adicional que ganó para disfrutar con su familia. El australiano mantiene la esperanza porque, según él, el tiempo para que vuelva a aparecer el tumor que tenía -de grado cuatro- es de seis meses. Y ya pasó un año sin trastos gracias a su innovador tratamiento.
“Es bueno saber que aún no ha regresado, así que todavía tengo más tiempo para disfrutar mi vida con mi esposa Katie y mis tres hijos maravillosos”, afirmó.
El futuro del tratamiento
Este éxito preliminar despertó gran entusiasmo y esperanza en la comunidad médica. Aunque Scolyer y Long reconocen que las probabilidades de una cura completa son escasas, esperan que su tratamiento experimental prolongue la vida de Scolyer y eventualmente se pueda traducir en ensayos clínicos para pacientes con glioblastoma.
“Hemos generado una gran cantidad de datos para luego sentar las bases para el siguiente paso, de modo que podamos ayudar a más personas”, comentó Long.
Scolyer, por su parte, se siente contento por los datos obtenidos de su tratamiento y agradecido con su familia y equipo médico. “Me siento orgulloso del equipo con el que trabajo. Me siento orgulloso de que estén dispuestos a correr el riesgo de seguir este camino”, señaló.
Y en una publicación en su cuenta de X incluyó un agradecimiento a su familia y equipo. “¡Gracias al fabuloso equipo que me cuidó tan bien, especialmente a mi esposa Katie y a mi maravillosa familia!”, escribió el médico y propio paciente.