Mientras que en las caricaturas se plasma el disfrutar de un buen platillo haciendo que los personajes vean diferentes colores y formas, en la vida real hay gente que tiene la habilidad de ver olores o saborear ruidos, a lo cual se le llama sinestesia.
La primera vez que se registró un caso de sinestesia fue en 1812, cuando un estudiante austriaco de medicina llamado George Tobias Ludwig Sachs escribió que los días tenían su propio color, “el jueves es verde tirando a amarillento”.
Pese a que desde entonces se ha estudiado a qué se debe este tipo de conexiones sensoriales, hasta hoy existen dudas sobre cómo algunas personas pueden percibir su entorno de forma diferente a lo que la mayoría de la población es capaz.
Para entender esto, Infobae México platicó con la neuropsicóloga Mariana Cervantes Carsolio; Azul, una joven que mezcla sentidos en algunas ocasiones; y Argentina Durán, pianista de la Orquesta Sinfónica Nacional de México, quien desde su juventud se dio cuenta de que tiene sinestesia.
Así como George Tobias era capaz de definir a un día con un color, Argentina puede saborear el sonido de las melodías que toca en los diferentes recintos en los que se presenta en concierto, aunque lo que principalmente llena su mente a la hora de escuchar música son los colores.
Según explicó, fue consciente de su sinestesia hasta un día en que estaba estudiando música, cuando apenas comenzaba su vida como joven adulta. Para ella, fue extraño darse cuenta de que solamente cuando escuchaba los agudos del piano saboreaba algo muy dulce en su boca.
“Los agudos del piano tienen para mí un sabor súper dulce, pero dulce dulce, y la primera vez que fui consciente de ello me saqué de onda porque dije: ‘¿Qué es esto?, ¿de dónde viene?’, es un sabor que jamás en mi vida he comido, es entre azúcar y miel”
Después, mientras investigaba a qué se podía deber esto, se encontró con que existe la sinestesia y hay diferentes formas en que ésta se presenta, no solamente en sabores. Hasta ese momento se dio cuenta de que no todas las personas eran capaces de ver la música, como ella siempre lo había hecho.
“Como si lo estuviera viendo con mis ojos, pero no lo estoy viendo. Es muy difícil de explicarlo. Es como si mi mente de repente fuera azul, azul”
Las piezas que toca tienen diferentes color y sabores. “Un acorde de Sol menor lo veo azul, pero un acorde de Re mayor lo veo verde. Un acorde de La mayor, o todo lo que esté dentro de esa armonía o de ese acorde, lo veo todo en amarillo”, comentó.
Las palabras, principalmente títulos y nombres con lo que está familiarizada, resaltan en su mente según diferentes colores, mientras que Frederic Chopan es rosa, el nombre de su mamá es rojo.
En el caso de Azul, ella sentía que su percepción era a través de diferentes “canales”, pues un sonido no solamente estimulaba sus sentidos, sino también sus ojos. “Era como nunca estar sola, como si tuviera una extensión del cerebro que me dejaba ver cosas más allá”. compartió.
¿Qué es la sinestesia?
Para poder entender a qué se debe lo que Argentina es capaz de percibir, así como lo que George Tobias, es necesario comprender que todas las personas somos capaces de “sentir” gracias a conexiones neuronales, pero hay quienes asocian todo lo que los rodea de diferente forma.
Según explicó a este medio la neuropsicóloga Mariana Cervantes Carsolio, la sinestesia se deriva de una conexión inusual que se presenta en el cerebro.
Hasta hoy, los estudios para entender esta habilidad siguen llevándose a cabo, pero se puede describir de la siguiente forma, según ahondó la experta:
“Una respuesta automática e involuntaria de la persona a diferentes estímulos concretos como pueden ser estímulos sensoriales o bien cognitivos que se mezclan entre sí provocando una alteración en ciertas conexiones del cerebro”
Es decir, a nivel neurológico, dos sentidos se interconectan, por lo que si uno percibe algo, posiblemente pueda transmitir este estímulo al otro.
Y aunque para algunas personas esto pueda sonar extraño o inusual, en realidad expertos piensan que puede ser algo más común de lo que se cree, pero existe un problema para que quien tenga sinestesia se dé cuenta de ello, pues desde su nacimiento viven con esta habilidad.
Tal como le sucedió a Argentina, que para darse cuenta de que tiene sinestesia tuvo que leer que no es común ver colores al escuchar canciones, las personas con esta forma de percibir tienen que comparar sus capacidades con las de otras personas. Para esto, cabe destacar que todos percibimos de diferente forma.
Además, también existe el obstáculo de la credibilidad, ya que hay personas como Azul, quien compartió con su familia que “ciertos sonidos producían un efecto visual, ciertos colores me remitían sonidos”, pero pensaron que estaba mintiendo y eso la llevó a externarlo solamente con algunas personas.
Aunado a ello hasta hoy se tiene conocimiento de más de 80 tipos de sinestesia y varios niveles de intensidad. Entre los más conocidos están la sinestesia tacto-emoción, que percibe de forma física un sonido; la cromestesia, que es la capacidad de escuchar melodías al ver colores y la grafema-color, que es la más frecuente, la cual consiste en ver de algún color símbolos, letras y números.
En el caso de Argentina, los tipos de sinestesia con los que está dotada sería la sinestesia auditivo-gustativa, que es la capacidad de saborear algunos sonidos. Éste en específico, aunque no es de los más raros, tampoco se le puede considerar común ya que según el investigador Sean A. Day el 6% de los sinestésicos perciben de esta forma.
Por otra parte, también está la sinestesia música-color, también llamada audición coloreada o sinestesia musical, la que prepondera en la forma de percibir de la pianista, que consiste en tener la capacidad de ver mentalmente a las notas o melodías de cierto color.
“Yo el Danzón No.2 de Márquez lo veo de un color verde y de amarillo, al mismo tiempo”
Argentina compartió con Infobae que su sinestesia le permitió estudiar de una forma única la música, pues considera que para ella es muy útil el inmediatamente relacionar ciertos sonidos con algún color para memorizar. Inclusive, al momento de sus ensayos el cómo ve a cada melodía le permite saber si está interpretándola según lo que busca sonoramente.
Por su parte, Azul piensa que tener sinestesia en su niñez incentivó su creatividad, algo que actualmente es beneficioso en el área profesional en el que se desarrolla.
¿Hay algo de qué preocuparse por la sinestesia?
Según explicó la neuropsicóloga consultada por este medio, no existe motivo alguno para preocuparse por la sinestesia ya que es simplemente una forma de percibir, diferente a lo común. Por tanto, no es una enfermedad ni un padecimiento, es la capacidad que resulta de la estimulación —al mismo tiempo— de dos sentidos.
“No puede desencadenar ninguna enfermedad, es más bien una forma diferente de percibir las cosas y eso puede llevar a la persona a grandes descubrimientos”
Según estudios de la revista Developmental Psychology, a nivel mundial alrededor del 4.4% de la población es sinestésica; algunas personas presentan este tipo de percepción cuando están bajo la influencia de alguna sustancia psicodélica, también es común en personas con autismo.
En el caso de Azul, ella “perdió” esta habilidad a los 7 años con la muerte de su abuela, pero con el consumo recreativo de dextrometorfano (fármaco antitusígeno) logra sentir nuevamente como antes lo hacía.
Algunos de los artistas famosos con sinestesia son el pintor Kandinsky, el violinista Alexandr Scriabin, las cantantes Lorde y Lady Gaga, entre muchos otros. Algunos historiadores del arte consideran que Vincent Van Gogh también lo fue.
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