¿Te has preguntado qué le pasa a tu cuerpo cuando tomas bebidas energizantes?, éstas son consumidas por deportistas, por aquellos que no tienen suficiente energía, para eliminar el sueño, reducir el cansancio, mejorar la concentración, entre otras. Y es que aunque su sabor es dulce y agradable al paladar, lo cierto es que estas bebidas tienen sustancias que en exceso pueden provocar problemas serios de salud.
La Facultad de Medicina de la UNAM publicó un texto donde explicó que dichas bebidas tienen los dos ingredientes potencialmente energéticos para el cuerpo humano: el azúcar y la cafeína. Aunque también pueden utilizar otras sustancias como la taurina, vitaminas del complejo B, ginkgo biloba y guaraná. Estas sustancias incrementan el estado de alerta porque interfieren con el proceso biológico del sueño, bloquean los receptores de adenosina y favorecen la liberación de catecolaminas (hormonas producidas por las glándulas suprarrenales como respuesta al peligro y que estimulan la respuesta de lucha o huída).
Las bebidas conocidas como energizantes son preparados estimulantes, compuestos de cafeína e hidratos de carbono (glucosa, glucoronolactona, fructosa o sacarosa), acompañados de suplementos dietarios (taurina, vitaminas, minerales) o extractos vegetales y aditivos acidulantes (ácido cítrico y citrato de sodio), conservantes (benzoato de sodio), saborizantes (cítrico) y colorantes. Aunque los fabricantes defienden que estas bebidas son seguras y muchos consumidores las perciben así, hay preocupación por la posibilidad de que se presenten eventos adversos al consumirlas.
Además, estimulan el Sistema Nervioso, mejoran los reflejos, incrementan el pulso cardíaco y la circulación sanguínea. Por esta razón, están contraindicadas en personas que tienen problemas de ansiedad, pues sus efectos pueden detonar ataques de pánico, estados de agitación y crisis nerviosas, así como empeorar el insomnio y otros trastornos del sueño.
De acuerdo a la Secretaría de Salud, estas bebidas no contienen por sí solas sustancias que proporcionen un verdadero contenido energético sino que, al ser una serie de sustancias combinadas, provocan una hiperestimulación del sistema nervioso, provocando signos como alerta, excitación, insomnio, ansiedad, entre otros.
La dependencia resaltó que las consumen principalmente los jóvenes y en muchas ocasiones se ingieren en combinación con alcohol, lo que puede poner en peligro la salud. Cuando se mezclan, se pueden presentar síntomas en el organismo como:
* Elevación de la presión arterial, arritmias cardíacas
* Si existe un consumo excesivo se pueden llegar a presentar convulsiones, infartos y accidentes cerebrovasculares; y no sólo se consumen en las fiestas, también los estudiantes las ingieren para aguantar una desvelada ante la carga de trabajos escolares.
Si bien, el consumo esporádico de una sola lata de bebida energética no representa un problema a la salud, cabe mencionar que cada organismo reacciona de manera distinta, pues mientras algunos no presentan mayores síntomas, otros con una lata podrían sentir sudoración excesiva o taquicardia.
Las personas sanas también pueden presentar estos efectos si exceden la cantidad recomendada de cafeína (400 miligramos al día). Las y los infantes son más propensos a sufrir una sobredosis, ya que la cantidad recomendada se reduce a 2.5 miligramos por kilogramo de peso corporal (menos de 50 mg), misma que es muy fácil de exceder si se desconoce la proporción contenida en el envase.
Otros riesgos, asociados con el consumo son: las hipervitaminosis. Además, el alto contenido de azúcar de estas bebidas incrementa las probabilidades de padecer enfermedades asociadas con los altos niveles de glucosa en la sangre, como diabetes y obesidad.
Las consultas a urgencias por usar bebidas energizantes son más frecuentes cuando se presenta ingestión de etanol y otras drogas. La principal causa de consulta cardiovascular a urgencias fue la arritmia y la neurológica, la convulsión.
Las bebidas conocidas como energizantes son preparados estimulantes, compuestos de cafeína e hidratos de carbono (glucosa, glucoronolactona, fructosa o sacarosa), acompañados de suplementos dietarios (taurina, vitaminas, minerales) o extractos vegetales y aditivos acidulantes (ácido cítrico y citrato de sodio), conservantes (benzoato de sodio), saborizantes (cítrico) y colorantes.
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