La obesidad se está convirtiendo en una de las peores pandemias no contagiosas en la historia de la humanidad. El Atlas Mundial de la Obesidad (World Obesity Atlas) dio a conocer que en el 2020 había 1,079 millones de personas con algún tipo de obesidad en todo el mundo, cifra que se prevé pueda agravarse y llegar a los 1,469 millones para el año 2030.
México ocupa el quinto lugar en la tabla de países que tienen mayor población con este problema en el mundo y se espera que en una década el 36.8% de la población adulta mexicana padezca este trastorno, es decir, más de 35 millones de personas, según el Atlas.
Este estudio presentado en marzo de 2022 ha revelado que la mayor cantidad de población con obesidad se concentra en cinco países: Estados Unidos, China, Brasil, India y México.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2021 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señaló que, por grupos de edad y sexo, las personas que presentan más esta enfermedad son los mexicanos que se encuentran entre los 30 a 39 años de edad, con el 39.6% de esa población con obesidad.
A este grupo le sigue el de las personas de 50 a 59 años, de los cuales el 37% tiene obesidad; seguido de los que tienen entre 40 a 49 años, en donde el 35.5% de la población tiene obesidad.
En la lista le siguen los de 60 a 69 años (28.4%); de 20 a 29 años (25.8%); 5 a 11 años (20%) de 70 a 79 años (19.4%) y 80 años o más (11.1%).
¿Cuestión geográfica?
Según las estadísticas del Inegi, en conjunto con el Instituto Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Salud, México está inmerso en un proceso en el cual la población experimenta un aumento de sobrepeso y obesidad que afecta en mayor medida a la población que reside en zonas urbanas.
Por ejemplo, en las zonas urbanas la obesidad en la población de 5 a 11 años representa 20%; mientras que en las rurales es de 12 por ciento.
Para el grupo de 12 a 19 años, la prevalencia de obesidad también es más alta en localidades urbanas por un punto porcentual; y lo mismo sucede al ver a los grupos de 20 años o más con una diferencia de 5%, al ser de 37% en las zonas urbanas y 32% en las zonas rurales.
En cifras totales, la ENSANUT apunta que en las localidades rurales hay un 14.6% de población con obesidad, mientras que en las urbanas la cifra crece a 19.3 por ciento.
En la zona rural el 16.1% son mujeres y el 13.1% son hombres; en tanto, en la urbana el 23.1% son mujeres y el 15.5% son hombres.
Panorama desalentador
La falta de políticas públicas que puedan hacer frente al aumento de la población con obesidad podrían traer un futuro no muy alentador y, en el peor de los casos, se cumpliría el pronóstico de los especialistas del Atlas Mundial de la Obesidad, quienes señalan que el panorama para el 2030 no pinta nada bien.
Los analistas recurren al Índice de Masa Corporal (IMC) para determinar cuando una persona tiene sobrepeso al calcular la estatura y el peso de la persona; mientras más arriba esté mayor será el riesgo a la salud.
Si el IMC se encuentra entre 25 y 29 entonces se habla de sobrepeso; cuando el IMC va de 30 a 34.9 entonces se encuentra en obesidad tipo 1; si entra entre los 35 y 39.9 se habla de tipo 2 y si es igual o mayor a 40 se trata del tipo 3.
Datos del ENSANUT 2021 arrojan que el 35.7% de la población nacional mexicana tiene sobrepeso, mientras que el 23.6% tiene obesidad tipo 1, el 9.3% tiene del tipo 2 y el 3.8% del tipo 3.
En un escenario futuro, el 36.8% de la población mexicana adulta tendría obesidad en el 2030, es decir, un aumento de 1.6% anual.
De los más de 35 millones de personas que tendrían obesidad en el 2030, al menos 22.5 millones serían del tipo 1 (de bajo riesgo); 7.5 millones serían del tipo 2 (riesgo moderado); en tanto que 5 millones serían de tipo 3 (alto riesgo para la salud).
Además, según el Atlas, para el 2030 las muertes prematuras asociadas a la obesidad serían de un 45 por ciento.
La peor parte para los niños
Según el análisis del Inegi, en los últimos 20 años el país ha visto un aumento en la obesidad en la población adulta, lo cual se explica por la falta de control que hay para combatir la prevalencia de este padecimiento en los niños y jóvenes.
La ENSANUT reporta que en el país poco más de una quinta parte (22%) de niñas y niños con menos de 5 años tiene riesgo de padecer sobrepeso, en tanto que de 5 a 12 años el 20% tiene obesidad.
El sobrepeso y la obesidad son considerados un problema relacionado con aspectos genéticos, pero en especial con el estilo de vida. Se ha documentado que la ingesta de alimentos de alta densidad energética, bebidas azucaradas y la inactividad física tiene una relación directa con estos padecimientos.
Asimismo, la alta disponibilidad de alimentos procesados, fritos y con azúcares en las escuelas generan consumos por arriba del promedio recomendado y en periodos cortos de tiempo, según Juan Rivera en el libro Obesidad en México: recomendaciones para una política de Estado.
Este panorama se suma al de la reciente pandemia de coronavirus, en donde los niños dejaron de hacer actividades físicas al aire libre, se redujeron las caminatas a la escuela o a la casa y se incrementó el tiempo que pasaron sentados frente a las pantallas ya sea para tomar clases, estudiar o para entretenerse.
El Atlas Mundial de la Obesidad menciona que en el continente americano se prevé que el 23.12% de los niños de entre 5 y 9 años y el 18.60% de los jóvenes de 10 a 19 años se vean afectados en el año 2030, lo que sumaría un total de 44 millones de personas de 5 a 19 años con este padecimiento.
Si México continúa con la misma tendencia, para el 2030 el 42.9% de los niños y jóvenes de entre 5 y 19 años de edad vivirán con obesidad, es decir, que al menos 6.7 millones de niños y adolescentes tendrían obesidad, lo cual significaría un incremento anual de 2.5 por ciento.
Impacto en el PIB
La obesidad no sólo puede afectar en lo social, sino también en el factor económico, pues el no poder afrontar la enfermedad de raíz tiene grandes repercusiones como los gastos médicos, así como los gastos indirectos, aquellos que consideran las afectaciones en la pérdida de productividad y reducción de capital humano por mala salud o por muertes prematuras.
De acuerdo con el Atlas de la Obesidad, en el 2019 la obesidad y el sobrepeso tuvieron en México un impacto negativo de 26 billones de dólares (520 mil 039 millones de pesos) o 2.05% del Producto Interno Bruto (PIB).
Sin embargo, la cifra no parece nada alentadora para los especialistas del Atlas Mundial de la Obesidad, que esperan que para el año 2060 la cifra para México crezca a 160 billones de dólares (3 trillones 200 mil 240 millones de pesos), es decir, una pérdida del 4.67% del PIB.
Ya sea por las diferencias en la solidez de los sistemas de salud y empleo, así como otros factores, México es el segundo país que tendría el porcentaje más alto del PIB de pérdidas debido a la obesidad en 2019 sólo superado por Tailandia, con 4.88% del PIB, y por delante de Brasil (4.54%), Arabia Saudi (4.16%), la India (2.75%), Sudáfrica (2.6%) y España (2.43%).
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