Tras la aplicación de vacunas contra COVID 19, un gran número de mujeres presentaron alteraciones en su ciclo menstrual. De igual manera el confinamiento y el súbito cambio en la rutina diaria causó alteraciones.
En noviembre de 2021 se dieron a conocer los resultados de una encuesta estadounidense realizada a más de 12.000 mujeres en edad reproductiva. Donde se encontró que 1 de cada 3 había experimentado cambios en sus ciclos y síntomas menstruales durante la pandemia de COVID-19.
En ese entonces se demostró que el estrés crónico a largo plazo produce niveles altos de cortisol, que pueden alterar la endocrinología y la regulación de los ciclos menstruales. El tema se mantuvo en pausa y en ocasiones fue dejado de lado por los médicos, hasta que llegaron las primeras vacunas. Fue entonces que después de recibir la dosis, las mujeres identificaron modificaciones contundentes en su ciclo que tenían que ver más con la inmunización.
El estudio más amplio se realizó hasta este 2022, donde se reveló que efectivamente existía un efecto secundario en los ciclos menstruales de algunas personas, sin embargo los expertos afirman que no existe motivo de alarma pues son temporales.
Casi la mitad de las participantes en un estudio reciente que menstruaban con regularidad en el momento de la encuesta informaron tener un sangrado más abundante durante sus periodos, tras recibir la vacuna contra la COVID-19. Mientras que otras personas que no contaban con un ciclo menstrual, como los hombres transgénero, las que consumían anticonceptivos de acción prolongada y las mujeres en postmenopausia, también experimentaron un sangrado inusual.
La investigación ahondó específicamente en los ciclos menstruales en las mujeres cisgénero que menstrúan. Investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis distribuyeron en abril de 2021 una encuesta en línea a miles de personas de todo el mundo.
Tres meses más tarde, se analizaron más de 39, 000 respuestas de personas de entre 18 y 80 años sobre sus ciclos menstruales. Todas habían sido vacunadas con Pfizer-BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson u otra aprobada fuera de Estados Unidos. Y según la información proporcionada, las participantes no habían contraído coronavirus previo a la vacuna.
Los resultados se publicaron el viernes 15 de julio en la revista Science Advances, donde se muestra que el 42% de las personas con ciclos menstruales regulares experimentaron un sangrado más abundante después de la vacunación, mientras que el 44% no informó de ningún cambio y el 14% informó de períodos más ligeros.
Además, el 39% de las encuestadas con tratamientos hormonales de afirmación de género, el 71% de las personas con anticonceptivos de acción prolongada y el 66% de las mujeres posmenopáusicas experimentaron un sangrado intermitente después de una o ambas vacunas.
“Creo que es importante que la gente sepa que esto puede ocurrir, para que no se asuste, no se escandalice y no se quede sin provisiones”, dijo Katharine Lee, antropóloga biológica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis.
Es importante destacar que de acuerdo al estudio, algunos grupos demográficos pueden ser más propensos a experimentar cambios menstruales. Por ejemplo, es más probable que el flujo menstrual sea más abundante en las personas de más edad, en quienes utilizaban anticonceptivos hormonales, que habían estado embarazadas en el pasado o a las que se les había diagnosticado una enfermedad reproductiva como la endometriosis, los fibromas o el síndrome de ovario poliquístico.
Y por más increíble que parezca, las mujeres hispanas o latinas también tendían a presentar desde un sangrado más abundante, hasta fiebre o fatiga y una mayor probabilidad de experimentar períodos erráticos.
“Nuestros ciclos menstruales no son relojes perfectos”, afirmó Alison Edelman, profesora de obstetricia y ginecología de la Oregon Health & Science University.
¿Por qué se altera el ciclo menstrual?
Estos cambios temporales se deben a que el endometrio, que recubre el útero y que se desprende durante la menstruación, también se relaciona con el sistema inmunitario. “Debido al papel que desempeña en la remodelación del tejido uterino y en la protección contra los agentes patógenos, es posible que cuando las vacunas activan el sistema inmunitario, también desencadenan de algún modo efectos secundarios en el endometrio, lo que provoca una alteración del ciclo menstrual”, aseguró la profesora Edelman.
A partir de este estudio y ensayos clínicos alrededor de las vacunas contra el COVID-19, arrojaron que son seguras y efectivas y que es poco probable que afecten a la fertilidad a largo plazo. Un tema que fue recurrente durante la aplicación de la inmunización por primera vez en todo el mundo.
Con información de The New York Times.
SEGUIR LEYENDO: