Luego de poder controlar la pandemia de COVID-19, las autoridades sanitarias del país ahora están en alerta por la detección de primeros casos de hepatitis aguda en menores de edad.
Y es que esta enfermedad que ocasiona la inflamación del hígado “no es algo que se produzca de manera habitual” entre las niñas y niños, de acuerdo con el Dr. Roberto Vázquez Campuzano, investigador del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A través de un boletín de prensa publicado este sábado por la universidad, el experto argumentó que la hepatitis infantil que surgió a principios de abril en Reino Unido, no es de ninguno de los virus conocidos o de los más frecuentes como hepatitis A, B, C y E.
“Ellos no son la causa de la enfermedad”
Cabe mencionar que el pasado 12 de mayo, la Secretaría de Salud de Nuevo León confirmó los primeros cuatro pacientes enfermos en México: de edades diferentes y todos estables hasta el momento.
“Hasta el momento de los cuatro contagios detectados en México, en el estado de Nuevo León, dos son de hepatitis A (la más común en niños); otro es negativo a todos los virus conocidos para esa enfermedad; y el cuarto todavía está en investigación”
Además, hay otro posible caso que se está estudiando en el estado de Tamaulipas, lo que podría llegar a ser el quinto.
Si bien aún se desconoce cómo surgió en Reino Unido, Vázquez Campuzano comentó que se manejan varias hipótesis: una indaga si está relacionado con el SARS-CoV-2; otra lo asocia con el adenovirus 41, que se ha aislado en la mayoría de los casos y está vinculada a gastroenteritis.
“En el caso del nuevo brote, se analiza si la hepatitis es causada por la intoxicación con algún medicamento; hasta ahora se manejan varios, como paracetamol, de uso muy frecuente en la pandemia”, pero insistió que se continúa indagando.
También se estudia la relación con el adenovirus 41 que se ha identificado en la sangre, pero todavía no en el hígado.
Otro dato que llama la atención de los especialistas es que en la hepatitis infantil no hay transmisión entre familias; el enfermo no contagia, por ejemplo, a sus hermanos.
“Esto es raro e implica que tenemos que seguir investigando”
El académico recordó que existen diversas causas que producen la inflamación del hígado: la hepatitis medicamentosa es por el consumo de medicinas; la obstructiva por piedras en la vesícula; la alcohólica, debido al abuso de las bebidas alcohólicas; y la infecciosa.
En el caso de los infantes, la mayoría de las hepatitis son producidas por el virus de la hepatitis A, que en nuestro país es común y la principal causa que ataca a menores de cinco años; su prevalencia es alta, del 70 por ciento.
“Es importante que los papás y mamás estén atentos: si los niños tienen diarrea, vómito o un tono amarillo en la piel o en los ojos. En esos casos hay que buscar atención médica”
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los menores de edad con este nuevo brote de hepatitis desarrollan en forma asociada a diarrea y vómito, dolor abdominal y una coloración amarillenta tanto en la piel como en las mucosas.
El doctor también sugirió seguir las medidas básicas de higiene como lavado de manos, cubrirse con el antebrazo al toser o estornudar, además de mantener las precauciones contra la COVID-19, que también sirven para esta enfermedad.
Asimismo, aseguró que la hepatitis no deja secuelas en los niños, al menos la generada por los virus conocidos.
“Atacamos la infección rápidamente; solamente con el virus de hepatitis B, si se adquiere la infección durante los primeros cinco años de vida, la persona se vuelve portadora crónica, lo que significa que vamos a tener la infección toda nuestra vida y podemos desarrollar alguna complicación. Por eso se recomienda que todos los niños menores de un año se vacunen contra la hepatitis B”, subrayó.
Estos cuatro casos se suman a los ya reportados en más de 20 países donde se han presentado pacientes con la misma afección. Hasta inicios de esta semana ya se habían registrado más de 300 casos en todo el planeta, sobre todo en Estados Unidos.
Algunos otros han sido Israel, Bélgica Dinamarca Irlanda, Italia, Francia y Noruega e Indonesia. Fue en este último país donde se registraron las primeras víctimas fatales: tres menores murieron después de ser diagnosticados con la enfermedad.
En cuanto a América Latina, el primer caso fue en Argentina. La OMS también informó que una décima parte de los pacientes de esta enfermedad habían requerido un trasplante de hígado.
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