México es un país con reconocimiento mundial en la gastronomía. Las mujeres que vivían gran parte de su vida confinadas en conventos fueron muy importantes para enriquecer la gastronomía nacional durante el periodo Novohispano. Se mezclaron ingredientes prehispánicos, técnicas europeas y tenía una gran influencia árabe e incluso africana. Los conventos tenían que alimentar a una gran cantidad de personas y por eso requerían variedad de recursos para la cocina. Las cocinas conventuales eran espaciosas y su importancia dentro del edificio arquitectónico era de suma importancia para la época; gracias a esto hoy tenemos diversos platillos provenientes de ahí.
1. Chiles en nogada
Hay diferentes versiones sobre el origen de los chiles en nogada, algunos cuentan que las creadoras fueron las madres agustinas del Convento de Santa Mónica en Puebla; al saber que Agustín de Iturbide estaría en esa ciudad para celebrar, decidieron elaborar un platillo que le recordara a la bandera del Ejército Trigarante: verde, blanco y rojo. Además de que coincidió en el mes en el que se cosechaban las nueces de Castilla y las granadas. Los chiles se asan, pelan y limpian muy bien por dentro para luego rellenarlos de picadillo, sazonado con jitomate, cebolla, ajo, frutas de la estación, nueces, almendras, piñones y diversas especias.
La salsa está hecha a base de nueces de Castilla, molidas con queso fresco y un poco de azúcar para ese dulce sabor que la caracteriza, también se le agrega un poco de leche. El toque final está en los granos de granada que se le ponen encima al platillo, además de adornarse con hojas de perejil.
2. Mole poblano
Hoy en día el mole es uno de los platillos más populares en nuestro país, y hay varias versiones sobre como surgió este delicioso platillo, pues dicen que tiene raíces prehispánicas; sin embargo la más famosa es la que asegura que el mole fue creado en el Convento de Santa Rosa en Puebla por Sor Andrea de la Asunción en el año 1681. Por otro lado, se cuenta que fue creado por accidente en una cena que se le iba a hacer al obispo. Hasta hoy en día no se sabe con exactitud el origen de este, pero hoy en día es un platillo típico en la mesa de los mexicanos.
Los ingredientes varían y la forma tan diferente de prepararlo entre cada familia es lo que le da ese toque especial. En Puebla suele ser: chile ancho, chile mulato, chile pasilla, chipotle, clavo, pimienta gorda, comino, canela, anís, chocolate, cacahuate, almendra, nuez pecana, pepitas, ajonjolí, pasas, jitomate, tomate, ajo y cebolla. Cada quien lo muele y lo sazona a su manera, es por esto que el sabor de un mole puede variar mucho.
3. Buñuelos
No podían faltar los postres, la historia de este platillo tradicional de la época navideña se conoce porque la misma Sor Juana Inés de la Cruz tenía a los famosos buñuelos registrados en el recetario que se escribía en el virreinato. Pero en ese entonces se les llamaba puñuelos, ya que la masa se extendía con los puños sobre una mesa. Se prepara a base de harina, huevo, leche, mantequilla y se prepara levadura, un poco de sal, aceite y azúcar. Lo importante de este platillo es la manera de amasarlos; se forman pelotitas del tamaño de una pelota de pong pong y se extienden con un rodillo hasta que queden delgadas como tortillas.
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