La relación entre México y España es complicada por su pasado histórico (como el de cualquier otra nación) debido a la llamada Conquista de México, proceso en la que se buscó destruir los vestigios de las costumbres y creencias de los indígenas para sumar más territorios a la corona española.
Pero lo que es innegable es que gracias a ello -de entre lo bueno de este violento proceso- fue quizá los aportes gastronómicos de una civilización y la apropiación que de ella hicieron los antiguos mexicanos. El intercambio entre las formas de alimentación entre unos y otros ha desembocado en el México que hoy conocemos para bien o para mal.
Los invasores trajeron a nuestras tierras animales de ganado como los cerdos, las vacas, los caballos y los bovinos, entre otros, que fueron integrándose a la alimentación de los nuevos mexicanos a través de mezclar la carne con las tortillas, el chile, el maíz, las distintas plantas, las especias traídas del extranjero... todo ello beneficiaría a la cocina mexicana.
Lácteos
Con los españoles también llegaron las vacas y aparte de consumir su carne, con ellas también vinieron los lácteos. Alimentos como la leche, la crema y los quesos no eran conocidos en la tierra del maíz. La leche se comenzó a mezclar con el chocolate para adoptar un nuevo sabor, así como con las mieles de agave y otras frutas para dulces y postres hechos en los conventos.
Los quesos con las tortillas, las verduras y flores que aquí se consumían e incluso también los platos como las enchiladas para acompañar junto con la crema los chiles rellenos, los huazontles capeados, entre otras cosas.
Los tacos de carnitas
Los tacos cómo tal ya existían pues se alimentaban de las abundantes aves naturales, como las que describe Bernal Díaz del Castillo: “grandes de aves, gallos, gallinas (...) codornices, palomas y otras aves de volatería”. También estaban los cerdos de tierra, mejor conocidos como jabalíes, pero al llegar los españoles al “nuevo” mundo, trajeron con ellos los cerdos.
Hernán Cortés celebrando la victoria sobre los mexicas, dio un banquete en el que se trajeron a los primeros cerdos con los que se agasajaron. Al no haber pan para acompañar la carne, se utilizaron las tortillas, dando nacimiento a los tacos de carnitas. Y de forma similar, nació otro alimento famoso en el territorio mexicano que ha despertado discusiones entre los mexicanos.
Las quesadillas
Este platillo es querido por todos, sea con queso o sin él. Y sí, las quesadillas vienen de una combinación o reemplazo de un ingrediente por otro. Al igual que los tacos de carnitas, la falta de pan orilló a los españoles a utilizar la tortilla con algunos alimentos que en este caso dio paso a la quesadilla.
Viene del platillo quesada, que es una especie de pastelillo con queso. Así que originalmente se le nombró por el queso y no por estar doblada la tortilla. Aunque en realidad da igual si la acompañas o no con queso. Coman y dejen comer en paz.
La barbacoa
En general las carnes de cerdo, res y borrego fueron uno de los mayores aportes, pues gracias a estos animales podemos degustar platillos como la birria, los tacos de pastor, entre otras como la barbacoa. Con la carne de los borregos envuelta en pencas de maguey y enterrada en la tierra para su preparación (aportación de México) que deja trozos de carne suave y lista para el deleite de las personas.
Las garnachas
Ahora se tiene el aceite, pero antes para freír y cocinar lo que sea se utilizaba la manteca de los cerdos. Se utilizaba para los panes, postres, para la carne y para las tortillas. Las tortillas freídas en manteca acompañadas con salsa, carne y frijoles dieron paso a las chalupas, representante de las garnachas por antonomasia. Sin embargo dentro de esta categoría también entran a las gorditas, los sopes, los huaraches, los molotes, las tostadas, los tlacoyos, las flautas, entre otras.
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