Todo empezó con una autorización judicial y un celular intervenido. Las imágenes y fotografías guardadas en aquel dispositivo permitieron a las autoridades establecer un cerco alrededor de uno los principales generadores de violencia en Hidalgo, Querétaro y el Estado de México.
Los radares de la policía apuntaron primero a una colonia en el municipio de Naucalpan. Sin embargo, el pasado 13 de octubre, personal de la Comisión Nacional Antisecuestros ubicó al objetivo en un bar de Plaza Garibaldi de la Ciudad de México. El Eje Central Lázaro Cárdenas se encontraba semivacío. Las circunstancias eran más que propicias para dar el último golpe.
El objetivo fue detenido a la salida del estacionamiento de la famosa plaza del mariachi. Una licencia falsa expedida en Juchitán con una identidad usurpada casi le ayuda a tomarle el pelo a las autoridades. Sin embargo, una de las personas que lo acompañaban firmó involuntariamente su sentencia al revelar su verdadero nombre a los policías: Salvador Reséndiz Hernández.
Ese mismo día el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, confirmó en sus redes sociales la cumplimentación de la orden de aprehensión del Rex, líder del grupo criminal Los Hades, por los delitos de homicidio, delincuencia organizada, robo de hidrocarburos y secuestro.
A él se le atribuye haber ordenado y participado en el asesinato de cuatro guardias de seguridad de Petróleos Mexicanos (Pemex) la madrugada del 13 de agosto de 2020. Esa noche los trabajadores habían salido a recorrer en una camioneta de Salvaguarda Estratégica los ductos en la zona de San Juan del Río, Querétaro.
Los emboscaron y acribillaron desde varias camionetas. Probablemente habían detectado un robo en flagrancia de hidrocarburos. Según quedó registrado, los agresores huyeron hacia el estado de Hidalgo y ahí se perdió su rastro por completo.
Precisamente en Huichapan e Ixmiquilpan se hallaba la sede de una organización que, a la manera del Cártel de Santa Rosa de Lima en Guanajuato, estaba intentando convertirse en el grupo predominante de la zona. Aquel grupo se autobautizó como Los Hades, la Nueva Empresa y/o el Cártel de Palmillas.
Nacidos en 2018, los pobladores de la zona advirtieron desde ese momento un incremento importante en la inseguridad, lo cual se traducía en un despegue de delitos como el robo de hidrocarburos, narcomenudeo, producción de metanfetaminas, robo de autotransporte y robo a casa habitación en Huichapan, Nopala, Tecozautla, Zimapán, Tasquillo e Ixmiquilpan.
En estos municipios Los Hades realizaron una “limpia” de bandas antagónicas. Del lado de Querétaro actuaron sobre todo en Palmillas y San Juan del Río. Entre otras regiones del Estado de México establecieron su presencia en Polotitlán.
Tan solo ente junio y septiembre de 2019 se llevaron a cabo 23 ejecuciones en Ixmiquilpan, presuntamente bajo el amparo del alcalde de dicho municipio y también del de Zimapán. Los Hades aprovecharon las pugnas entre las bandas locales para absórbelas y descentralizar su poder en varias células violentas.
En cuestión de menos de un año llegaron a la cúspide de su poder. Sin embargo, el Rex y el Fénix —el otro cabecilla de la organización— entraron en pugna y se separaron. El primero entró en tratos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y comenzó a actuar como su franquicia en la zona. El segundo se alió con la Familia Michoacana, según informes de inteligencia del gobierno federal consultados por el periodista Héctor de Mauleón.
En varias ejecuciones el Rex firmó narcomantas con las siglas del cártel de las cuatro letras. Para entonces, la Marina, la Comisión Nacional Antisecuestros, la Unidad de Inteligencia Financiera, la fiscalía de Querétaro y la procuraduría de Hidalgo, así como el CentroNacional de Inteligencia Financiera, se hallaban tras sus pasos.
La captura del Rex supuso un fuerte golpe a la organización, pero su ex socio — y actual líder absoluto— aún sigue libre y operando, probablemente también bajo el amparo de los políticos y con identificaciones falsas que le permiten moverse libremente. Le dicen el Fénix, pero su verdadero nombre es Orlando Medina Velázquez.
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