Confusión y ansiedad: los primeros impactos del regreso a clases presenciales en padres de familia según la UNAM

Después de pasar más de un año con sus hijos en casa, resulta impactante dejarlos ir a la escuela mientras la pandemia de coronavirus continúa activa

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El retorno a clases presenciales ha generado altos niveles de ansiedad en padres de familia (Foto: Karina Hernández / Infobae)
El retorno a clases presenciales ha generado altos niveles de ansiedad en padres de familia (Foto: Karina Hernández / Infobae)

Luego de dos semanas del retorno de estudiantes de educación básica a las aulas, especialistas comienzan a identificar los primeros impactos de dicho cambio tanto en los menores como en los padres, madres y tutores. De acuerdo con Alfredo Contreras Valdez, investigador de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en estas dos semanas se ha observado un aumento en los niveles de ansiedad en los adultos.

Después de pasar más de un año con sus hijos en casa, resulta impactante dejarlos ir a la escuela mientras la pandemia de coronavirus continúa activa.

En este sentido, el regreso a las aulas de manera presencial de niñas y niños también genera en los padres de familia una especie de confusión y ansiedad ante la indecisión de si llevar o no a sus hijos a clases, detalló el especialista.

Qué es la ansiedad

El regreso a las aulas de manera presencial de niñas y niños también genera en los padres de familia una especie de confusión y ansiedad ante la indecisión de si llevar o no a sus hijos a clases (Foto: Karina Hernández / Infobae)
El regreso a las aulas de manera presencial de niñas y niños también genera en los padres de familia una especie de confusión y ansiedad ante la indecisión de si llevar o no a sus hijos a clases (Foto: Karina Hernández / Infobae)

Se trata de un estado emocional que se caracteriza por una combinación de preocupación y miedo, constante y excesiva. Aunado a esto, es común experimentar episodios de taquicardia, dificultad en la respiración, sudoración, sensación de ahogo, falta de aire, bochornos o escalofríos, entre otros.

Y es que, la pandemia de coronavirus nos ha obligado a crear nuevos hábitos sociales y familiares. Lo que antes parecía tan común, como lo es ir a la escuela o a trabajar, ahora es impensable. Es por esto que es previsible que la ansiedad se manifieste como una respuesta en una persona o un grupo cuyos proyectos y rutinas diarias se han visto afectados por la contingencia, y lo peor de todo es que es incierto el futuro, porque no sabemos si esta terminará pronto o no.

No obstante, Contreras Valdez advirtió que es importante diferenciar cuando se trata de una respuesta esperada o de un problema patológico. En el primer caso, la mayoría puede presentarlo, la intensidad de esta reacción no es incapacitante y no causa un deterioro significativo, ya que después de algún momento, la persona lograría regresar a su estado de equilibrio y retomar sus actividades.

Por el contrario, el transtorno de ansiedad “se manifiesta cuando los indicadores de ese estado mental son constantes y por mucho tiempo, e impiden a las personas continuar con las actividades cotidiana o les ocasiona algún tipo de incapacidad para lograr sus metas, continuar laborando y estar bien con los suyos”, explicó el investigador de la UNAM.

Cómo combatir la ansiedad

De acuerdo con la secretaria de Educación (SEP), Delfina Gómez, 13,220,916 estudiantes han regresado a clases presenciales (Foto: Karina Hernández / Infobae)
De acuerdo con la secretaria de Educación (SEP), Delfina Gómez, 13,220,916 estudiantes han regresado a clases presenciales (Foto: Karina Hernández / Infobae)

Dentro de las principales recomendaciones se encuentran realizar alguna actividad deportiva, incentivar el aprendizaje, la convivencia familiar, etcétera, las posibilidades son personales e ilimitadas.

Asimismo, añadió el especialista, debemos mantener una higiene del sueño, pues los malos hábitos tiene una relación importante con la ansiedad; practicar la relajación y la meditación; evitar el consumo de sustancias, mantener conductas de autocuidado y alimentación saludable, así como establecer espacios adecuados para realizar home office.

Por otro lado, las redes de apoyo entre la familia, amigos, conocidos, familiares lejanos, etcétera, permitirán al individuo recibir ayuda directa o indirecta, “si tengo con quien expresar mis miedos y preocupaciones por el regreso a clases de mis hijos o por la excesiva carga de trabajo que he tenido últimamente, lo más probable es que reciba una retroalimentación objetiva de alguien que percibe la situación desde otra perspectiva y me sienta apoyado”, dijo Contreras Valdez.

De acuerdo con la secretaria de Educación (SEP), Delfina Gómez, 13 millones 220 mil 916 estudiantes han regresado a clases presenciales. Esto significa un incremento, pues el 30 de agosto, día en que inició el ciclo escolar, se contabilizaron 12 millones 782 mil 555.

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