El incremento de precios de las alitas de pollo en los últimos días ha desencadenado preocupación entre las cadenas comerciales de este alimento y entre los amantes de esta pieza de pollo, pues el kilo se ofrece hasta en 62 pesos, sin duda, un alto costo en comparación con el año pasado.
Y es que el precio promedio actual tumba al registrado en 2020, pues durante el sexto mes de ese año el kilo de alitas se ubicaba en 49.62 pesos, lo que marca un alza de hasta 25% a la fecha.
De acuerdo con el presidente ejecutivo de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), Arturo Calderón, la causa de este precio alto se debe a la pandemia de COVID-19, enfermedad que sigue mermando la vida y economía de millones de personas.
“Debemos tomar en cuenta que el pollo solo tiene dos alas y no se puede producir más pollo porque el resto de las piezas (como la pechuga y piernas) no elevaron su demanda al mismo nivel. Mi expectativa es que eventualmente los mercados encontrarán su balance”, reiteró el presidente de UNA en una entrevista con un medio nacional.
De acuerdo con algunas cadenas restauranteras, los precios de este producto consentido por cientos de personas se debe a la falta de oferta de esta proteína a nivel mundial, y a raíz de la pandemia de COVID-19.
Y es que al inicio de año, la ola de coronavirus obligó a las autoridades a ordenar el cierre de restaurantes, hoteles, cines, entre otros. De ese modo, la situación impulsó la actividad de pedir alimentos a domicilio, siendo las alitas las más solicitadas por el público.
“La demanda por este producto es tan brutal por la pandemia, que no existe la capacidad en el planeta para cubrir esta situación”, expresó por su parte Gustavo Barraza Miller, director de operaciones de Grupo HEMA a el diario El Financiero.
NUEVAS OPCIONES
A raíz de este problema, restauranteros deberán pensar en nuevas estrategias. De ahora en adelante, a lo que le apuestan las industrias restauranteras de estos alimentos es dar un giro en las propuestas de su menú y tratar de ofrecer mejores precios.
Es decir, buscarán hacer más atractivos los menús y precios en otros productos como hamburguesas y papas, con el fin de mantener las ganancias a pesar del alza en los costos de esta parte del pollo.
Incluso, algunos otros buscarán más opciones como es probar con algunas otras piezas de pollo o costillas de cerdo.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en junio, el costo de la pierna y muslo subió 11.9% anual. En cuanto a la pechuga de pollo tuvo un alza de hasta 17.9% anual.
Por su parte, hay que recordar que de acuerdo con la Unión Nacional de Avicultores, el pollo y el huevo se convirtieron en los favoritos de 2020, pues ante la caída de ingresos que provocó la pandemia por Covid-19, se debilitó el consumo de proteínas de precio elevado y subió la demanda de las más accesibles, según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Juan Carlos Anaya, director General de GCMA, recalcó que dichos productos son considerados “las proteínas más democráticas”, pues se consumen en todos los niveles económicos.
El año pasado el cárnico que ocupó el primer lugar de consumo aparente fue el pollo, con cuatro millones 408,000 toneladas, y le siguió el puerco, con dos millones 468,000 toneladas. En tanto, la carne de bovino tuvo el tercer lugar, con un millón 945,000 toneladas métricas.
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