Este 2021, junto con la entrada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, se cumplen tres años también del arranque de funciones de la Fiscalía General de la República (FGR), en sustitución de la antigua Procuraduría General de la República (PGR). La nueva institución inició bajo el mando del fiscal Alejandro Gertz Manero.
Sin embargo, muchas son las voces que se han mostrado estrictamente críticas de la labor y los resultados que ha dado la FGR. Entre los principales señalamientos hay uno que se repite constantemente: nada ha cambiado en términos de combate al crimen e, incluso, las cifras al respecto solo intensifican la alerta.
El Dr. Edgardo Buscaglia es uno de los expertos en temas de justicia que ha dado puntual seguimiento a lo hecho por la fiscalía mexicana. De origen argentino-estadounidense, el investigador es experto en economía y leyes, y académico de la Universidad de Columbia. Además es el presidente del Instituto de Acción Ciudadana en México, dedicado a apoyar de manera gratuita a víctimas del crimen organizado.
También filántropo, Buscaglia incluso ha debatido con el fiscal Gertz Manero sobre el desempeño de este como fiscal general de México. En un diálogo con Infobae, el investigador compartió sus impresiones sobre la fiscalía mexicana y su líder.
Pregunta: ¿Cómo ha sido el desempeño de la FGR a tres años de su entrada en funciones?
Respuesta: La Fiscalía General de la República a adolecido de problemas gravísimos desde antes de que se denominara fiscalía. Quizás sí hay diferencias en las relaciones públicas de Gertz Manero hacia el pueblo mexicano, donde él hace muchos shows, enojándose por la crítica, que es una actitud autoritaria. No le gustan las críticas basadas en estadísticas. Pero cuando yo le decía que la SEIDO judicializa solo entre el dos y tres por ciento de sus investigaciones, no lo contradijo. Es una estadística que simboliza un colapso. Y me di cuenta por qué tienen un índice tan bajo: el titular está esperando a que le entreguen las pruebas. Pero las pruebas las tiene que generar él, a través de un proceso penal que su fiscalía debe judicializar. Cambió de denominación esa institución, pero la filosofía autoritaria e incompetente sigue igual que antes.
P: ¿Qué problemas enfrenta la dependencia?
R: Uno de los principales es que coordinan muy mal, muy poco o nada, con las instituciones del Estado mexicano. La UIF le ha entregado denuncias a la fiscalía y el fiscal reacciona diciendo que no le dan pruebas. Bueno, esa es la labor del fiscal. A través del proceso penal, durante el juicio oral, el material potencialmente probatorio que tiene que recabar la fiscalía, se transforma en pruebas durante los procesos. No entienden porque vienen de sistemas políticos autoritarios, del viejo sistema judicial en el que las pruebas había que entregárselas al fiscal. No le echamos la culpa a la FGR, digamos, por las desapariciones forzadas, claramente estas obedecen a muchas causas como corrupción política o la delincuencia organizada. Pero la fiscalía, supuestamente autónoma, le está echando más gasolina al fuego al acentuar su incompetencia ante delitos graves, como el caso de Emilio Lozoya. En la FGR no saben tipificar los delitos.
P: Entonces, ¿cuál es el papel de la Unidad de Inteligencia Financiera?
R: La UIF es como la CIA; solamente tienen que darle a la fiscalía una descripción de hechos que constituyen actividades inusuales o sospechosas. Eso es todo lo que tiene que hacer un órgano de inteligencia. El fiscal tiene que dirigir a la policía, o a la directora o director de las investigaciones del MP para corroborar la información que da la UIF.
P: ¿Gertz Manero es el personaje idóneo para dirigir la fiscalía?
R: En los años 70′s lo hubiese sido, ahí sí hubiera encajado muy bien. No es cuestión de edad, sino de mentalidad. Son figuras que se adaptan a la política, no desafían a la mafiocracia. Porque han estado ahí siempre; han crecido en esta mafiocracia que es el sistema político mexicano. El de López Obrador es un mafio-pacifismo que solo le conviene a la delincuencia organizada. Y él lo hablaba, desde su campaña: la amnistía anticipada. Por otro lado, la actitud del presidente es similar a la de Gertz Manero; no les gusta, se ofenden cuando cuestionas su desempeño. Mas yo nunca conocí a Gertz Manero, no sé quién es. Nunca lo conocí en persona, no tengo nada contra él.
El de López Obrador es un mafio-pacifismo que solo le conviene a la delincuencia organizada
P: Entonces, otro liderazgo encaminaría los resultados de la FGR...
R: No tengo ninguna duda. Si la fiscalía estuviese hoy liderada por una persona como Santiago Nieto, o como la titular de la fiscalía anticorrupción, María Mijangos, sería otra cosa porque esas personas tienen una clara comprensión de cómo se debe coordinar al Estado para desarmar a una delincuencia organizada compuesta por cientos de políticos, cientos de empresarios, cientos de organizaciones de sociedad civil. Se necesita sangre nueva en la política, con una reforma electoral antimafia. Sangre nueva en el liderazgo de la fiscalía, se necesita tener una persona con una visión democrática, llevando adelante una política de seguridad, y no a una persona formada en el autoritarismo del partido único.
P: Los escándalos que en los últimos meses han acompañado a la figura del fiscal, ¿tienen relevancia en su desempeño frente a la FGR?
R: Son todos distractores muy lamentables porque el hombre se debería de dedicar a trabajar continuamente y no a estar lidiando con escándalos que involucran a su familia y herencias y demás. Pero más allá de ese tema, que yo no voy a opinar porque nunca me meto con los problemas familiares de la gente, lo que sí sé es que es un fiscal que no está a la altura de las circunstancias.
P: ¿Qué cambios en la FGR harían que sus resultados fueran los esperados?
R: Las fiscalías que tienen controles internos, controles legislativos, controles sociales, controles de auditorías... cuatro tipos de controles operando sobre los MP’s, son las fiscalías que mejor funcionan. Además de coordinar con otras instituciones del Estado, con otros estados a nivel internacional, con las fiscalías estatales, tienen que existir sistemas de controles. Eso controles en México no existen. Se necesita gente, que sí hay en México, que introduzca reformas para que la policía mexicana se democratice e introduzca los cuatro tipos de controles mencionados. También se necesita que el presidente de la República adopte un tono de liderazgo político antimafia que todavía no ha tenido, porque no todo depende de una fiscalía.
P: ¿Esa fiscalía de ensueño será posible mientras López Obrador siga en el poder?
R: Sí, lo último que se pierde es la esperanza. López Obrador se puede reivindicar y marchar hacia delante con una reforma totalmente democrática, si deja de atender a los malos consejos de las personas autoritarias que lo han llevado al poder. Yo creo en la capacidad de las personas de reformarse a sí mismas, de darse cuenta de que cometieron errores. Y creo que hay una dimensión de bondad, de solidaridad, en todas las personas, que hay que despertar.
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