Consumir carne y verduras asadas es una exquisitez. Sin embargo, abusar de esta forma de cocción puede ser nocivo para la salud.
Durante la pandemia del COVID-19, muchos han optado por mejorar su alimentación, y llevar una dieta equilibrada. Consultar el etiquetado; reducir la ingesta de calorías y azúcares; o evitar los productos ultraprocesados, son algunas de las decisiones que han tomado muchos mexicanos.
Dentro de estos hábitos saludables, también se buscan alternativas para cocinar los ingredientes. Una de ellas es asarlos a fuego directo, y así evitar el uso de grasas, -como el aceite, o la mantequilla-.
Sin embargo, según un artículo publicado en la revista mensual de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), realizar esta técnica con frecuencia causa problemas a nuestro organismo. Y es que cocinar habitualmente la carne, las verduras o algunos cereales a la parrilla, -a temperaturas superiores a 150ºC-, puede aumentar las posibilidades de sufrir cáncer en el futuro.
“Se producen compuestos químicos que, en exceso, pueden ser perjudiciales a la salud, pues están relacionados con un aumento en el riesgo de padecer cáncer”, indicó el organismo.
Este no es el único peligro que se asocia a este tipo de cocción. La Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) de EEUU, publicó un estudio que demostró que ingerir de forma regular carne a la parrilla también desencadena un aumento de la presión arterial.
“Se descubrió que quienes consumieron carne asada a la parrilla a altas temperaturas, más de 15 veces al mes, tenían 17% más riesgo de padecer presión arterial alta que aquellas que lo hicieron menos veces al mes”, agregó Profeco.
Recomendaciones para asar a la parrilla
Los expertos aclaran que quienes ingieran esporádicamente alimentos a la parrilla, no deben preocuparse por sus efectos adversos. No obstante, sí recomiendan una serie de medidas para que el platillo sea más saludable, y no se liberen toxinas cancerígenas.
* Cocinar durante más tiempo, a menos temperatura
Cuando se cocina a más de 150ºC, la carne expulsa sus toxinas. Por ello se recomienda hacerlo a una temperatura más baja, para reducir la liberación de estas sustancias.
* Retirar el exceso de grasa
La grasa es uno de los componentes que libera más toxinas al infligir a la carne fuego directo -sin aceite, mantequilla ni otras grasas-. Por eso, se recomienda retirarla.
* Marinar las piezas
Los adobos y marinados también ayudan a disminuir la liberación de sustancias tóxicas durante el asado. Además de agregar un toque sabroso.
* No ingerir las partes carbonizadas
También se aconseja quitar las partes de la carne que se hayan carbonizado.
* No cocinar la carne en exceso
Para evitar desencadenar las reacciones químicas que generan las toxinas, se recomienda no alargar la cocción.
Las tostadas y la acrilamida
¿A quién no se la ha calcinado alguna vez una tostada? Ya sea por despiste, o por exceso de temperatura del hornillo, a todos se nos ha chamuscado alguna vez una rebanada de pan que termina de un intenso color negro.
A veces, para no desperdiciarla, rayamos superficialmente la parte carbonizada, y la ingerimos. Sin embargo, los expertos recomiendan no abusar de los alimentos tostados, y menos si se calcinaron, porque se genera acrilamida, una sustancia química que surge por la reacción entre aminoácidos y azúcares, y que se ha relacionado con la aparición de tumores en los animales, según la Agencia de Normas Alimentarias de Reino Unido (FSA, por sus siglas en inglés).
Con respecto a los efectos adversos que la acrilamida puede causar en los seres humanos, hay división de opiniones, detalló Profeco.
“La organización británica Cancer Research indica que no hay pruebas de la relación entre cáncer y acrilamida en humanos, pero los científicos de la FSA y la Organización Mundial de la Salud (OMS) piensan que ese potencial cancerígeno podría afectarnos también, por lo que recomiendan reducir la exposición a la acrilamida”, aclaró el organismo.
Cuanto más negro es el color de la tostada, más cantidad contiene de esta sustancia, que también aparece al freír, asar y tostar papas o vegetales. Se recomienda que al cocinarlos, nunca pasen de un color dorado.
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