Este miércoles por la tarde, el Senado de la República aprobó la iniciativa que reforma los artículos 20 y 34 de la Ley del Banco de México en materia de captación de divisas.
El razonamiento detrás de la iniciativa, propuesta por el senador Ricardo Monreal, es que los mexicanos que reciben dólares en efectivo por alguna fuente podrán venderlos por pesos al mejor precio posible.
“Tiene como objetivo apoyar a los mexicanos que han migrado y a las familias [...] brindando una solución del problema de destino de los dólares en efectivo que se captan a través del sistema bancario. Asimismo, fortalecer la economía de las familias mexicanas que reciben remesas en efectivo y la de quienes dependen de la actividad turística”, establece el documento.
En primer lugar, modifica el artículo 20, que establece que “las divisas susceptibles de formar parte de la reserva (federal del Banco de México) son los billetes y monedas metálicas extranjeros”, y aprueba que puedan adicionar, además, todo el efectivo que no pueda ser repatriado a su país de origen. Es decir, todo el efectivo que no esté contemplado en alguno de los parámetros establecidos por los contratos de corresponsalía entre Banxico y los Bancos Centrales de otros países.
Además, adiciona el Artículo 20 Ter, que establece una serie de obligaciones para el banco central, principalmente lo responsabiliza de verificar el origen lícito del efectivo.
Luego, la reforma al artículo 34 establece que las divisas sean vendidas directamente a Banxico. En otras palabras, obliga al banco central a comprar el efectivo extranjero.
La reforma tiene dos implicaciones principales. La primera es que, al obligar a Banxico a verificar si el dinero es legal, le impone una tarea que está por encima de sus facultades. La segunda es que, al obligarlo a comprar el efectivo excedente, lo vuelve vulnerable ante la recepción de dinero ilícito.
La iniciativa fue calificada como una violación a la autonomía del Banco de México, porque le asigna obligaciones que, constitucionalmente, no están contempladas en su misión “de preservar el valor de la moneda nacional a lo largo del tiempo y, de esta forma, contribuir a mejorar el bienestar económico de los mexicanos”.
En un comunicado del 7 de diciembre, la Asociación de Bancos de México argumentó que las obligaciones que la bancada de Morena intenta asignar al banco central ya están contempladas en los reglamentos operativos de las instituciones bancarias privadas.
Por su parte, Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México escribió en su cuenta de Twitter que es “lamentable que se hayan aprobado en el Senado reformas que ponen en riesgo a las reservas internacionales y que atentan contra la autonomía del Banco de México. Espero que en la Cámara de Diputados se corrija esta situación”.
Y es que, además de la cuestión de autonomía, si la reserva federal recibe dinero que tenga sospechas de origen ilícito, esto podría causar que otras entidades bursátiles con las que negocia veten el dinero de la institución.
En la discusión del Senado, los legisladores cuestionaron la reforma y el senador Emilio Álvarez Icaza denunció que podría convertir al Banco de México en una “lavadora de dinero para el narcotráfico”. Porque, en la práctica, los grupos del crimen organizado no necesitarían negocios que sirvan de fachada para que circule el dinero de los negocios ilegales, sólo tendrían que asegurarse de que un banco lo compre para que vaya a las reservas federales.
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