Este martes, durante la conferencia de prensa matutina desde Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, explicó que los aguinaldos de los funcionarios públicos no serán retenidos a la fuerza, sino que serán donados por los que están “hasta arriba de la pirámide”. El dinero recolectado irá al fondo para la atención médica en los hospitales Instituto Mexicano del Servicio Social.
“Ese dinero, que son como 80 o 100 millones de pesos se va a destinar a la compra de ambulancias. Es dinero que nosotros los funcionarios de alto nivel estamos aportando. Se van a adquirir 80 ambulancias para 80 hospitales del IMSS Bienestar, porque son los que están ubicados en las zonas más pobres y marginadas del país”, adelantó el mandatario.
También explicó el razonamiento que justifica por qué estos centros de salud necesitan ambulancias. Dijo que, en muchas ocasiones, son hospitales que no tienen la infraestructura ni el personal especializado para atender ciertos padecimientos y, por lo tanto, los pacientes necesitan ser llevados a otro hospital.
“Transportar enfermos de esos hospitales a donde hay atención especializada, por ejemplo, para la atención de un infarto, son 3, 4, 5 horas y no había ambulancias, o había una ambulancia que permanecía mucho tiempo en el taller y que, cuando llegaba una gente que requería ser trasladada, pues no había cómo trasladarlos y se morían, si no tienen la posibilidad de llegar a tiempo”, describió el presidente.
Tras el decreto presidencial del jueves 5 de noviembre, el tema de los aguinaldos de funcionarios públicos ha causado polémica entre el presidente, los medios y los trabajadores. De acuerdo con el mandatario, los aguinaldos de “altos funcionarios” serán pagados en su totalidad, y la donación de un porcentaje de los mismos será voluntaria. “No hay ningún descuento por parte de la Tesorería de la Federación. A todos nos llega nuestro sueldo completo y la parte proporcional del aguinaldo. Y el que voluntariamente quiere, deposita en una cuenta especial su aportación”.
Por otra parte, las denuncias de diversos medios y trabajadores dicen que la medida no fue voluntaria y se quejan de que aún no reciben el depósito que Arturo Herrera, el secretario de Hacienda y Crédito Público, prometió para el lunes 9 de noviembre. Aunque el retraso puede ser sólo eso y no una retención, los funcionarios expresaron preocupación.
Tanto el presidente como Arturo Herrera celebraron que hay más de 80 millones de pesos acumulados entre el dinero que dejó la reducción de los salarios públicos y las primeras donaciones voluntarias de aguinaldos. El presidente aseguró que las donaciones, además de voluntarias, son anónimas.
Los trabajadores recibirán el equivalente a 40 días de salario, de los cuales la mitad debería haber sido depositada desde hace una semana. El adelanto estuvo justificado por el inicio del Buen Fin, que termina el próximo viernes 20 de noviembre.
De acuerdo con el decreto presidencial sobre los aguinaldos, publicado en el Diario Oficial de la Federación "el aguinaldo será de veinte días, sobre la base de cálculo de los sueldos y salarios autorizados, mismo que se incrementará hasta alcanzar un máximo de cuarenta días, sobre la misma base de cálculo, en los niveles que menor percepción tengan en el tabulador de sueldos y salarios, para “el personal de enlace y de mando de las Dependencias y Entidades, así como el personal del Servicio Exterior Mexicano que se encuentre cumpliendo funciones en territorio nacional; comenzará a percibir”.
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