La pandemia de COVID-19 ha provocado que millones de mexicanos tengan que resguardarse en sus casas y mantenerse en aislamiento. Algunas posibles consecuencias son el estrés postraumático, la ansiedad por el miedo a la incertidumbre, y una incomodidad general: la situación puede generar una fatiga física, mental, y emocional.
Mientras que cada día aumenta la cifra de contagiados y fallecidos en el país, existen reportes de agresiones contra personal médico, el aumento del desempleo por las medidas de distanciamiento, y la falta de protección en hospitales, también existen casos de sobrevivientes y personas que nos recuerdan que no todo es negativo.
La joven empresaria de Aguascalientes que sobrevivió
Liliana Ortiz, empresaria del estado de Aguascalientes, fue una de las primeras contagiadas por el COVID-19 que hizo pública su historia. Desde una cama de hospital advertía a la gente en sus redes sociales que el coronavirus no era un juego sino un tema real.
En un momento, Lily, como la empezaron a llamar los doctores, estuvo a punto de darse por vencida. Recordó que volteó y le dijo a una de las enfermeras “me quiero morir”. Entonces, la mujer le respondió de manera determinante: “No te puedes morir porque si te mueres, tu cuerpo no se lo van a entregar a tus papás ni a tus hijos. Los que se mueren aquí adentro los mandan a una fosa común, no vas a tener un velorio ni se van a poder despedir de ti”, y entonces la empresaria casada y con tres hijos decidió seguir dando la batalla.
La empresaria se considera ahora afortunada porque síntomas que normalmente la gente tarda seis semanas en superar, ella lo hizo en siete días, por lo que agradeció tanto al personal médico como a las personas que sin conocerla estuvieron atentas a su caso. El 2 de abril abandonó el hospital en medio de aplausos por parte del personal médico.
“Quiero disfrutar otras cosas, viajar más y estresarme menos por cosas que no están en mi control, preocuparme menos por el dinero, por lograr un estatus que cuando me muera a quién le va a importar si logré o no logré la casa de mis sueños. Entendí que la vida se va en un suspiro”.
El refugio trans que abrió sus puertas durante la cuarentena
La Casa Hogar Paola Buenrostro planeaba abrir sus puertas en el 2021. Entonces llegó la pandemia y cambió todo: debido a la crisis sanitaria, la activista Kenya Cuevas organizó rápidamente la apertura del refugio. El cierre de hoteles en la Ciudad de México por las medidas de distanciamiento social provocó que miles de trabajadores sexuales se quedaran sin techo, por lo cual la Casa Hogar alberga a 15 mujeres transexuales.
El refugio, ubicado en un edificio habilitado por el gobierno capitalino, pudo inaugurar operaciones en solamente una semana gracias a donaciones, y otorgar apoyo a mujeres que viven y trabajan en habitaciones de hoteles.
“Se cierran hoteles, se cierran pensiones, a estas mujeres las expulsan a la calle. También el mismo trabajo sexual disminuye por la cuarentena, los mismos clientes les piden tener contacto hasta después”, afirmó Cuevas a Expansión Política. “Estas mujeres no tienen ingresos, no tienen casa y se ven vulnerables, porque es un sector socialmente discriminado y violentado”.
La Casa Hogar Paola Buenrostro fue nombrada en honor a la víctima del primer transfeminicidio reconocido en la Ciudad de México, y tiene el objetivo de que las mujeres puedan conseguir un empleo con ayuda de la Secretaría de Trabajo y vivir de manera independiente.
El “bebé milagro”
Se llama José Luis y es el bebé que sobrevivió al coronavirus. Después de estar internado en cuidados intensivos en el Hospital General 1 de Saltillo, Coahuila, el menor salió en brazos de su padre, completamente recuperado. Su madre falleció debido al COVID-19, días después de dar a luz. Ella se había contagiado cuando estaba embarazada.
La mamá de José Luis era enfermera y formó parte de un contagio masivo que se dio en Monclova. Debido a su condición, se le practicó una césarea con el fin de salvar al bebé de un posible contagio del virus, por lo que el personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tuvo que montar un quirófano especializado.
El padre del menor refirió que el bebé se llamará José Luis, pues así quería su difunta esposa. El bebé tendrá el nombre de su abuelo materno, quien falleció el mes pasado. “Gracias por el esfuerzo sobrehumano que realizaron para permitir el milagro de la vida de mi hijo, José Luis, porque así se llamará”.
La enfermera que entrega cartas
Margarita Hernández, enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) mantiene comunicados a pacientes de coronavirus y sus familiares a través de cartas escritas a mano en el Hospital General Regional de Especialidades No. 1 en Tijuana, Baja California.
Magui, como le dicen sus compañeros de trabajo, recibe y entrega cartas todos los días. “Con apoyo de mis compañeros, se adquirió un teléfono para usar exclusivamente en área COVID y facilitarlo a pacientes para comunicarse con su familia. Sin embargo, al colgar la llamada, percibí que regresaba la angustia. Entonces me remonté a tiempos del uso de cartas redactadas a mano que eran esperadas con emoción y se me vino la idea de ponerlo en práctica en el hospital”, explicó la enfermera en un comunicado del Instituto.
Ante la imposibilidad de visitarse, diario entrega y recibe aproximadamente 40 cartas, las cuales ayudan a los familiares a tener un contacto directo con los pacientes y viceversa y transmitir paz y tranquilidad. El Instituto Mexicano del Seguro Social agradeció y felicitó a Margarita Hernández en el comunicado “por su servicio y esfuerzo extra, en beneficio de la derechohabiencia y sus familiares”.
Sin embargo, este jueves, Hernández interrumpió la entrega y recibimiento de cartas por manifestar síntomas de coronavirus, por lo cual se mantiene resguardada en su domicilio. “Está suspendido el servicio de correos por causas de fuerza mayor”, dijo en un video. “Espero poder recuperarme pronto para continuar”.
La mujer de 84 años que le ganó la batalla al COVID-19
Con 84 años y factores de riesgo en su contra, una mujer se recuperó de COVID-19 en el HGZ No. 4 del IMSS en Nuevo León. El Gobierno de México informó que el caso se clasificó como alto riesgo debido a “la edad avanzada y condiciones de diabetes, hipertensión arterial, sobrepeso y el antecedente de un infarto”.
Además, cuando llegó al hospital la paciente presentó una neumonía atípica, insuficiencia respiratoria severa, dolor de huesos, y fiebre. Durante 17 días estuvo internada y fue dada de alta este 30 de abril. “La paciente es residente del municipio de Guadalupe, donde vive con una nieta, a quien se le realizó también la prueba de COVID-19, pero resultó negativa”, informó el IMSS.
“Estoy muy agradecida con todos los doctores y enfermeras, todos me cuidaron muy bien y gracias a ellos estoy viva. Muchas gracias por haberse preocupado tanto, todos son una maravilla, no tengo con qué pagarles”, expresó durante la emotiva despedida y acompañada de su hija y su nieta.
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