La epidemia de coronavirus que afecta a la mayoría de los países del mundo, incluido México, ha impactado de diferentes maneras a la población, incluida la economía. Sin embargo, un aspecto potencialmente peligroso podría causar un problema sanitario más: las prácticas ilegales de renta y reutilización de ataúdes.
Esto se debe a que en muchas ocasiones, los familiares de las personas fallecidas consideran que el precio de los féretros es demasiado elevado, y en otras, no es factible económicamente para los allegados a la persona que murió, por lo que no pueden costearlo.
En esos casos, de acuerdo con Pedro Jaramillo Quintero, accionista de Litomex, una empresa de ataúdes, explicó que en algunas funerarias se ofrece la renta del cajón, a pesar de que es ilegal. “Hay muchas funerarias que no lo hacen, pero muchas otras están a la caza de ataúdes que se rechazan de los hornos crematorios de las alcaldías", declaró al diario El Universal.
De acuerdo con Jaramillo, el problema va de la mano con la cremación. "Una persona que se va a cremar se vela y al día siguiente lo creman, pero el ataúd es suyo, aunque, siendo honestos, nadie quiere llevarse un ataúd a su casa. La alternativa antes era donarlo a los asilos, pero hubo excedentes y se empezaron a vender”, añadió.
He escuchado que hasta en 150 o 200 pesos se compra un ataúd usado y de ese modo no se vuelve un gasto para el funerario, pero sí un riesgo sanitario
Sin embargo, en tiempos de epidemia de coronavirus, este tipo de prácticas podría provocar que el uso de un mismo ataúd para más de una persona, sobre todo con el aumento de contagios y de fallecimientos en el país en los últimos días, se vuelva un problema sanitario.
"Hay un problema grave que ha existido durante mucho tiempo, sobre todo en el centro de la República, en donde la cremación ha desplazado a la inhumación, y en esa condición se ha permitido que los ataúdes entren en un mercado negro (…) que ha permitido fraudes y que en este momento se hace evidente con este mercado negro que se vive actualmente”, explicó Jaramillo.
Sin embargo, todavía no se han registrado un aumento de ventas, pero los empresarios del sector esperan que ocurra tarde o temprano. “Hasta este momento ha sido controlada, pero todo parece que se va a salir de control, esto se va a poner muy feo”, dijo.
He tenido llamadas con amigos del gremio, que no fabrican ataúdes, y para todos han llegado llamadas de pánico solicitando cantidades absurdas de material, que si 3 millones de bolsas para cadáveres en Quintana Roo y que si un millón para el norte…, de ese tamaño, y de manera absurda, está la cosa. De cualquier manera, el panorama no es alentador"; concluyó.
Y es que México inició oficialmente la fase 3, donde se presentan contagios acelerados, este martes. En la actualización de este jueves, las autoridades sanitarias informaron que el número de casos de personas infectadas por COVID-19 aumentó a 11,633 pacientes confirmados y la cifra de víctimas fatales creció a 1,069.
El país superó por lo tanto el millar de decesos desde que el 18 de marzo se presentara el primero de la epidemia. Sin embargo, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, aseguró que se estiman entre 6,000 y 8,000 muertos durante este ciclo de contagios de COVID-19.
El funcionario estimó que esa será la cifra de las personas que podrían perder la vida por el coronavirus en una entrevista con la agencia EFE. Además, adelantó que no se descarta extender las medidas de distanciamiento social, que se implementaron desde el 20 de marzo y por ahora se prolongarán hasta el 30 de mayo, pues la prioridad es “proteger” la vida de las personas.
Además, López-Gatell indicó en la misma entrevista que en algunas localidades como la Ciudad de México o Tijuana, en Baja California y fronterizo con Estados Unidos, los hospitales están “al borde de la saturación”.
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