México atraviesa, como prácticamente el resto de naciones alrededor del mundo, un problema sanitario inesperado que ha exigido a los gobiernos una respuesta radical y sin precedentes: la pandemia de coronavirus, cuya detección cumple 100 días.
En pleno fin de año, el 31 de diciembre de 2019, las autoridades chinas reportaron una “neumonía de causa desconocida” que pronto sería identificada como el nuevo coronavirus, COVID-19, que alcanzó hasta este jueves los 1.5 millones de infectados a nivel mundial, registrados oficialmente en 192 países y territorios, según el balance de la agencia AFP.
La cifra de muertos por coronavirus en todo el mundo superó la barrera de las 90 mil víctimas. En México, hasta el miércoles, ya son 3,181 los casos confirmados por COVID-19 en territorio nacional y 174 las fatalidades debido a este padecimiento.
Por primera vez, además, desde que comenzó la epidemia, la Secretaría de Salud (SSa) presentó una estimación de casos totales: serían 26,519 en todo el país, es decir, ocho veces más de los que se han confirmado. El cálculo se realizó a través de la llamada “vigilancia centinela” que también se usó durante la crisis de influenza H1N1.
El primer caso que se presentó en México data del 28 de febrero pasado. Desde entonces, las autoridades sanitarias y de todos los niveles de gobierno han tomado decisiones inéditas para prevenir y mitigar el impacto de la epidemia, y así ayudar a que el sistema de salud del país no colapse.
Suspensión adelantada de clases
Una de las primeras grandes decisiones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue la suspensión adelantada de clases, aprovechando el receso por Semana Santa, y extendiéndolo, pero siempre aclarando a la sociedad que no se consideraban vacaciones.
La Secretaría de Educación Pública (SEP), por lo tanto, anunció el sábado 14 de marzo que, entre el 20 del mismo mes y el 20 de abril, habría un receso para resguardarse en casa (después extendido hasta finales de abril). Aquel fin de semana, México presentó ya un avance importante de casos, con 41 positivos, 155 sospechosos y todavía ninguna muerte para entonces.
Además, el resto de niveles, sobre todo universitario, decidió seguir el mismo ejemplo, y todas las escuelas comenzaron a cerrar sus instalaciones a partir del 16 de marzo en adelante, incluidas aquellas que son privadas.
Jornada Nacional de Sana Distancia
El 15 de marzo, en anticipación de la entrada en la fase 2 de la epidemia, que consiste en la presencia de contagios locales más allá de los importados de aquellos días, las autoridades sanitarias propusieron una Jornada Nacional de Sana Distancia del lunes 23 de marzo hasta el domingo 19 de abril.
Durante estas semanas, el gobierno propuso cuatro ejes principales: medidas básicas de prevención; suspensión temporal de actividades no esenciales; reprogramación de eventos de concentración masiva; y protección y cuidado de las personas adultas mayores. Incluso el fútbol mexicano suspendió todas sus competiciones.
Para esta situación, las autoridades propusieron que se mantengan e intensifiquen todas las medidas básicas de protección que se han venido sugiriendo a la población. Estas incluen el lavado frecuente de manos, preferentemente con agua y jabón (de preferencia líquido) y que al menos dure unos 40 segundos.
El 19 de marzo, un hombre de 41 años fue la primera víctima fatal de COVID-19. La SSa informó que el fallecido padecía diabetes, además según información proporcionada por familiares, había asistido a un concierto de rock el 3 de marzo en el Palacio de los deportes de la Ciudad de México
Suspensión de actividades gubernamentales no esenciales
Después de que el Poder Legislativo y el Judicial detuvieran sus actividades no esenciales, el gobierno federal mexicano suspendió a partir del jueves 26 de marzo todas sus actividades, con excepción de los rubros esenciales, como seguridad, salud, energía y servicios de limpieza.
El susbsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, confirmó la determinación, un día después de que las autoridades sanitarias anunciaran la entrada de México en la fase dos de la epidemia de COVID-19.
El Ejecutivo fue el último poder en tomar esta medida. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el resto del Poder Judicial tomaron esta decisión el 17 de marzo. La Cámara de Diputados, por su parte, suspendió sus sesiones de manera indefinida a partir del 20 de marzo. El Senado hizo lo propio el 25 de marzo.
Declaración de emergencia sanitaria
Sin embargo, el 30 de marzo, unas semanas antes de que la Jornada Nacional de Sana Distancia concluyera, el gobierno federal aprobó la declaratoria de emergencia sanitaria nacional por causas de fuerza mayor ante un aumento considerable de casos de coronavirus.
Además de las medidas que están en marcha como parte de la Jornada Nacional de Sana Distancia, se exhortó a todos los sectores en el país, principalmente a las empresas privadas, a que detengan la mayor parte de sus actividades. La decisión se tomó luego de la reunión del Consejo de Salubridad en Palacio Nacional.
En las últimas dos semanas, con la entrada de la fase 2 de la epidemia y a la espera de la fase 3, donde los contagios se acelerarán, la actividad prácticamente se ha reducido en todo el país. Mientras tanto, se espera que en las próximas semanas, de acuerdo con la respuesta de la población, se definan los pasos a seguir a partir del 30 de abril.
Cuando se acerque el final de abril, la SSa adelantó, se tiene contemplado que, junto a la Secretaría de Economía (SE) y la del Trabajo y Previsión Social (STPS), definan “las modalidades específicas para continuar con las medidas de sana distancia en otras vertientes”.
Es temprano para saber si serán medidas más estrictas o menos estrictas
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