Pesaba 595 kilos, ahora, Juan Pedro ya camina, se mueve por sí solo y sueña con viajar

En 2016, Franco ganó el récord Guinness como el hombre más obeso del mundo, y en los últimos tres años consiguió bajar unos 335; ahora, espera por las cirugías que le retiren la piel excedente, pero ha ganado independencia e incluso trabaja haciendo granola en su Aguascalientes natal

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(Video: Steve Allen/ Infobae México)

Juan Pedro Franco, el mexicano que apenas hace dos años ostentó el récord Guinness como el hombre más obeso del mundo, vive una nueva vida: después de pasar postrado en su cama durante una década, el hombre de 35 años ya se puede levantar, caminar y bañar por sí solo, y ahora sueña con “viajar y conocer más gente”.

“Antes siempre estaba en un banquillo especial, ahora ya me puedo sentar en sillones normales. Antes traía andadera, ahorita puedo caminar con bastón; antes no me podía bañar de pie, lo hacía sentado, y ahora ya lo hago solo”, declaró Franco en una entrevista con Infobae México.

“A lo mejor para la gente es algo 'equis’ (sin importancia), pero para mí es algo muy grande, porque yo ya tenía alrededor de 10 años que no me podía bañar de pie”, añadió.

Franco llegó a pesar 595
Franco llegó a pesar 595 kilos en 2017 (Foto: Cortesia)

Juan Pedro ha recorrido “un viaje largo, complicado”, según sus palabras. “Mi obesidad estuvo desde que estaba chiquito”, explicó. Desde que tenía un año de vida, le puso 10 kilos a cada cumpleaños y para los seis años ya pesaba 70 kilos. “A los 17 años, cuando pesaba como 250 kilos, tuve un accidente que me mantuvo en cama un año y medio, eso hizo que se agravara más”, relató.

Franco aumentó el doble de peso y, para 2017, llegó a los 595 kilos, una cifra récord, que fue certificada por Guinness, la empresa que se dedica a certificar marcas a lo largo del mundo. “La obesidad siempre ha estado en mí y lo que tuvo que pasar es que no había conocido a la persona correcta que me apoyara y que me quisiera ayudar”, señaló.

El hombre se encuentra en la Ciudad de México, a donde llegó por carretera en una camioneta que por primera vez no necesita adaptaciones de ningún tipo.

El camino para salvar su vida

Franco, junto a Castañeda, el
Franco, junto a Castañeda, el médico que lo ayudó a salvar su vida (Foto: Steve Allen/Infobae México)

Esa persona, acota Juan Pedro, es el doctor que lo asiste desde 2016, Juan Antonio Castañeda, y el equipo de médicos interdisciplinarios que diseñaron una estrategia para salvar la vida de Franco.

“Hace tres años, una televisora extranjera nos abordó para ver si podíamos ayudar a Juan Pedro. Nos dimos a la tarea de conocer el caso y viajar a la ciudad de Aguascalientes, donde vivía, y encontramos un paciente en malas condiciones generales, delicado, postrado en cama desde hacía una década, y si soy honesto, inicialmente consideramos la posibilidad de no hacer nada”, explicó Castañeda a Infobae México.

El originario de Aguascalientes pesaba
El originario de Aguascalientes pesaba unos 70 kilos a los seis años (Foto: Cortesia)

Sin embargo, el médico explicó que decidieron tomar el caso y dar el primer paso: una dieta mediterránea para comenzar a bajarlo del peso récord y reducir los riesgos intra y post operatorios.

“El primer año se le sometió a una cirugía de banda gástrica: se le quitó el 75% u 80% del estómago y se le dejó uno pequeño para que coma poco y vaya perdiendo peso”, explicó. Después, fue una cirugía de conversión de manga bypass gástrico, “donde ya se pudieron ver los resultados con mayores pérdidas de peso”, explicó el experto.

Franco, junto a su madre,
Franco, junto a su madre, en Ciudad de México (Foto: Steve Allen/ Infobae México)

Tras dos cirugías, las enfermedades de las que Franco sufría (diabetes, hipertensión y problemas pulmonares) empezaron a mejorar. Con la última cirugía, de banda gástrica, llegó a los 260 kilos en los que hoy se encuentra Juan Pedro: el nativo de Aguascalientes perdió 335 kilos en tres años.

“Todo esto se cuenta de manera resumida, pero implicó mandar a hacer una cama especial, una mesa de quirófano, que no existía en ninguna parte del mundo. No existía una mesa quirúrgica que soportara sus condiciones, además de una serie de cambios, como ampliar ciertas estructuras del hospital, como las puertas”, detalló su doctor.

Franco tuvo que se intervenido
Franco tuvo que se intervenido en varias ocasiones, además del apoyo de nutriólogos, psicólogos y expertos que le ayudaron a establecer una rutina de ejercicio (Foto: Cortesía)

Para ello, Franco tuvo que abandonar Aguascalientes y mudarse a Guadalajara, capital de Jalisco, y ahí llevar su proceso los primeros dos años. Además de las dietas y las intervenciones médicas, Juan Pedro también trabaja con un equipo de nutriólogos, psicólogos y otros expertos, incluidos aquellos que crean sus sesiones de ejercicios. Sin embargo, tras el gran esfuerzo, Castañeda considera que, más allá de la piel sobrante que todavía tiene su paciente, ya pasó la etapa de sobrevivencia:

Estamos contentos porque ya Pedro no toma medicamento para la diabetes, la presión ni los problemas pulmonares (...) Lo único es el excedente de piel, que son unos 80, 85 kilos que es lo que limita todavía un poquito la movilidad y el funcionamiento para recorrer grandes distancias; eso en cuanto a movilidad, en cuanto a salud, tenemos ya a un paciente sano

Ahora, de acuerdo con Castañeda, siguen las operaciones para remover la piel. “El próximo año, a lo largo de 6 o 7 meses”, de acuerdo con el estimado. “Ya hay que considerarlo porque una parte de su cuerpo tiene más piel redudante que la útil y a la larga fecta su columna, su cadera y sobre todo sus rodillas”, señaló Castañeda.

El médico dejó una invitación abierta para que un grupo de especialistas en cirugía plástica y reconstrucción “se sumen al proyecto de ayudar a Juan Pedro a que no tenga más limitantes para hacer su vida día a día”.

La nueva vida

Castañeda muestra la piel excedente
Castañeda muestra la piel excedente de Franco, que se calcula pesa entre 80 y 85 kilos (Foto: Steve Allen)

Para Franco todo ha cambiado. No sólo sobrevivió a un proceso en el que otros han muerto, sino que pudo volver a su tierra natal y comenzar a vivir por primera vez su vida. “Antes tenía una rutina de levantarme y estar en cama 100%, sin moverme, sin pararme. Ahora es despertar, me levanto de la cama, voy a desayunar, me pongo a hacer lo que tengo que hacer, hago ejercicio en la tarde”, explicó Juan Pedro.

El hombre trabaja en su casa de Aguascalientes desde hace un año haciendo granola, alegrías (un dulce hecho a base de amaranto) y panes para los vecinos. “Cada cambio que uno va viendo le va dando gusto, se va emocionando, van dando más ganas de seguir adelante y le da aliento de seguir y no parar”, completó.

Franco ya puede caminar por
Franco ya puede caminar por sí solo, aunque con la ayuda de un bastón por el peso de la piel excedente (Foto: Steve Allen)

El esfuerzo, contó, no es sólo médico. “Es muy importante todo lo que hago, que yo tengo que estar bien para que el proceso siga avanzando, gran parte del proceso es la mentalidad y ganas que le pone uno”, dijo.

Sin embargo, no se considera un ejemplo de superación. “No, todos somos humanos y cometemos errores, pero igual si la gente así lo considera, lo agradezco, espero que les sirva para que vean que sí se puede y que sigan adelante”, sentenció. Su familia, y sobre todo su madre, han sido su apoyo principal, en los peores y en los mejores momentos.

Para Castañeda, el caso de Juan Pedro es también para demostrar “que son pacientes rescatables”, y que hace falta infraestructura en México para tratar a estos pacientes a pesar de que el país es líder en obesidad y también en obesidad infantil.

Juan Pedro sueña con viajar
Juan Pedro sueña con viajar y con conocer a más gente (Foto: Steve Allen)

“En el ambiente médico, se trata a pacientes con obesidad y sobrepeso como si ellos tuvieran la culpa, pero también es para informar a la gente y a las familias para evitar llegar a este tipo de situaciones. Y, por último, esto lo hicimos para cambiar la vida de Juan Pedro”, concluyó.

Juan Pedro, por su parte, sueña con su futuro. “Quisiera viajar un poco, conocer a más personas, platicar, que vean que sí se puede, que vean que no soy un ejemplo pero si tienen un problema y no tiene oportunidad, pidan ayuda, se vale, quizás muchas puertas se van a cerrar, pero alguna se va a abrir, nada más es cuestión de tiempo y de que llegue la persona indicada”, concluyó.

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