Todo lo que se esconde detrás de la “ropa de paca”: un negocio que deja hasta 500% de ganancia a los comerciantes

La ley prohíbe la comercialización de este tipo de prendas debido a que no cumplen con las regulaciones sanitarias establecidas

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La compra de ropa de
La compra de ropa de paca se volvió algo común a partir de los años ochenta cuando cargamentos de estas prendas llegaron a nuestro país a precios muy bajos (Foto: Twitter @MarceloHCabrera)

En todo México es común encontrar en cualquier tianguis o mercado sobre ruedas puestos de ropa de “paca”. La procedencia de este tipo de productos es desconocida, pese a que implican riesgos para la salud.

La ropa proviene del mercado de Estados Unidos. Las pacas son toda esa ropa que queda en los grandes almacenes, "como los outlets”,

Otro tanto de la ropa tiene su origen en las ventas que realiza el ejército de salvación en ese país, resultado de donaciones diversas de la gente interesada en apoyar a los necesitados. Subrayó que en este caso, no todas las prendas son colocadas a la caridad y terminan en ventas de garage.

Las personas que se dedican a la venta de este tipo de vestimentas refieren que el precio de las pacas depende de la cantidad y calidad de los artículos que contengan. Cada paca tiene un costo promedio de 100 pesos y llegan a alcanzar precios de hasta 800 pesos.

Hay pacas consideradas de primeras calidad, se trata de costales donde toda la mercancía es nueva y las prendas viene con sus etiquetas originales. Sin embargo, la mayoría de las pacas que se comercializan en México son de cuarto nivel, es decir, toda la ropa es usada; aunque también hay casos en los que hay una mezcla de ropa nueva y usada.

Normalmente una prenda de la paca tiene un costo de 5 a 20 pesos, pero si es nuevo y de alguna marca reconocida, puede alcanzar hasta los 150 pesos, por lo que se estima que los comerciantes pueden lograr hasta el 500% de ganancia.

La venta de ropa de
La venta de ropa de paga es una actividad no regulada por lo que no cumple con ningún filtro sanitario de parte de las autoridades (Foto: Victoria Valtierra/Cuartoscuro)

En nuestro país, la ley prohíbe la comercialización de este tipo de ropa debido a que no cumple con ninguna de las regulaciones sanitarias establecidas.

Como este tipo de mercancías no pasa por ningún tipo de control sanitario por parte de las autoridades y los comerciantes hacen un manejo descuidado de la mercancía, representan un foco de infección para la población en general.

Muchos vendedores realizan la venta desde la cajuela de sus autos, mientras que otros recurren a poner sábanas o cobijas en el suelo donde ponen las prendas. Evidentemente, este tipo de prácticas deja las prendas expuestas a todo tipo de parásitos que se pueden encontrar en el ambiente y en los animales callejeros que normalmente rondan los tianguis.

Dentro de las pacas también
Dentro de las pacas también se pueden encontrar artículos de calzado de segunda mano (Foto: Mireya Novo/Cuartoscuro)

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) señaló “que existe una variedad considerable de infecciones, alergias y enfermedades contagiosas por el contacto con ropa contaminada por parásitos como los piojos, pulgas, ácaros, chinches y garrapatas”.

La COFEPRIS también menciona que “las prendas adquiridas de pacas pueden ocasionar enfermedades como la “escabiasis”, la cual resulta ser sumamente contagiosa por la infestación de ácaros en la tela; de igual manera, la sarna es frecuente en la gente que acostumbra adquirir ropa de segunda mano. A pesar de que no toda la ropa de paca es usada, el problema es que puede estar tratada con químicos que afectan la piel en personas con piel delicada, provocando salpullido”.

La adquisición de ropa usada y el consumo de fayuca son prácticas muy arraigadas en la cultura mexicana, desde la década de los 80, cuando comenzaron a llegar los primeros envíos de paquetes de ropa a bajo costo. Y aunque la mayoría de las personas que compra estas prendas de segunda mano son de escasos recursos, en la actualidad hay un número importante de personas en mejores condiciones que también recurren a esta opción más económica.

Debido a su naturaleza ilegal es difícil cuantificar las pérdidas que representa este tipo de mercado para la industria de la ropa en México, pero se calcula que son varios millones de pesos al año.

FE DE ERRATAS: En esta información se mencionó a José Manuel Martínez como director general de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive), quien desde hace dos años dejó de trabajar para la esta cámara, por lo tanto se omitió su nombre.

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