La historia del peligroso líder del CJNG que se hizo pasar con éxito por un acaudalado empresario en Bolivia

José González Valencia vive actualmente en la Penitenciaría Federal de Mossoró, una prisión brasileña de máxima seguridad, sin que todavía haya una fecha para resolver la solicitud de extradición a Estados Unidos

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José González Valencia (Foto: Archivo)
José González Valencia (Foto: Archivo)

José González Valencia vive actualmente en la Penitenciaría Federal de Mossoró, una prisión brasileña de máxima seguridad. Sin que todavía haya una fecha para resolver la solicitud de extradición a Estados Unidos, el mexicano vive en condiciones que le han moldeado un carácter taciturno y nostálgico, casi sensible.

"Mi familia vive muy lejos, cuando ellos vienen acá, cogen cuatro aviones y solo para hablar conmigo frente a una ventana por 10 minutos. Eso es muy cruel para mí y para ellos. Y la comida allá (cárcel) es muy repetitiva, yo no consigo comer bien porque es mucho de lo mismo. No tengo un baño de sol. Solo una vez pude salir a caminar 10 metros. Salí afuera, pero para mi mala suerte estaba lloviendo", confesó en una de sus audiencias al juez.

Sin embargo, cuando tenía esa libertad que tanto echa de menos, González Valencia era mejor conocido como "La Chepa", cuñado de El Mencho y operador financiero del Cártel Jalisco Nueva Generación, grupo considerado por el Departamento de Justicia como una de las "cinco organizaciones criminales transnacionales más peligrosas de la faz de la Tierra".

El Gobierno de México responsabiliza a este grupo criminal de derribar, en 2015, un helicóptero militar con granadas propulsadas por cohetes. Nunca antes las fuerzas armadas mexicanas habían sufrido un ataque de ese tipo. El saldo oficial fue de seis efectivos muertos.

El fiscal de Estados Unidos Jeff Sessions acusa al CJNG de transportar mensualmente al menos cinco toneladas de cocaína y cinco toneladas de metanfetamina a su país vecino del norte. Desde su origen en México en 2011, donde tienen presencia en el 75% del territorio, han procurado expandir sus tentáculos hasta donde les sea posible. Se sabe que han tenido negocios en países lejanos de Asia, Europa y Oceanía.

“La Chepa” (Foto: Archivo)
“La Chepa” (Foto: Archivo)

Dos años antes de que la Policía Federal brasileña lo detuviera en un parque acuático y turístico en Aquiza, al noreste de Brasil, el narcotraficante empacó sus cosas y dejó la vida que tenía en Guadalajara, la única ciudad de su país en la que por primera vez sintió miedo de ser capturado por las autoridades.

Su temor se fundaba en las detenciones de sus hermanos Abigael González Valencia (antiguo operador financiero), Gerardo González Valencia (aprehendido en Montevideo) y de su sobrino Rubén Oseguera González, mejor conocido como "El Menchito", hijo de El Mencho y de su hermana Rosalinda González Valencia. 

Su destino lo fijó en Boliviatercer productor de coca del mundo, donde con una identidad falsa se hizo pasar como un próspero ganadero mexicano impulsor de la alta calidad genética cebuina. De los nueve departamentos de este país, eligió Santa Cruz de la Sierra, que es donde se concentran el 50% del hato ganadero y las instituciones ganaderas más respetadas.

Con la identidad falsa que consiguió en México "La Chepa" se movió sin ningún tipo de complicación por Bolivia y también a lo ancho de Brasil.

Carlos Romero, Ministro de Gobierno y Migración en Bolivia, detalló que el capo de la droga obtuvo de Migración dos certificaciones de residencia temporal. La primera de un año y la segunda de dos años, desde el 22 de marzo de 2017 hasta el 22 de marzo de 2019, después de haber acreditado un trabajo y no tener notificación de antecedentes en Interpol. Romero también dijo que el siguiente documento auténtico al que accedió fue la cédula de extranjero, extendida por el Segip.

El acusado portaba un documento expedido por Bolivia y en el que se identificaba como ciudadano mexicano pero con el falso nombre de Jefett Arias Becerra (Twitter @gzuppy)
El acusado portaba un documento expedido por Bolivia y en el que se identificaba como ciudadano mexicano pero con el falso nombre de Jefett Arias Becerra (Twitter @gzuppy)

Con el nombre falso de Jaffet Arias Becerra, incursionó en el mundo de la crianza de Cebú (Asocebú) y adquirió un terreno de 1.355 metros cuadrados en una exclusiva urbanización cerrada de la zona del Urubó, pese a que los Estados Unidos había ofrecido 5 millones de dólares por información que condujera a su aprehensión. De acuerdo con los datos de agencias de bienes raíces, el costo de un predio con esas características y en ese lugar es de aproximadamente USD 200.000.

Cuando el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación fue aprehendido en Brasil, se supo que había ingresado como turista procedente de Bolivia para vacacionar con su familia en un complejo turístico en Fortaleza. Ahí había alquilado una exclusiva residencia con vista y acceso privado a la playa de Taiba. Los agentes habían actuado en base a una orden de arresto expedida por la justicia de ese país, ante una petición de extradición de Estados Unidos por narcotráfico. Se desconocía que un empresario cruceño lo acompañaba, menos aún que era el que pagaba las cuentas y que mostraba su identidad para evitar que el capo mexicano se expusiera.

"Recibí una llamada de Brasilia y me dijeron que el tipo, que era buscado por la justicia estadounidense, tenía una orden de prisión, que era buscado por la Interpol. También dijeron su nombre correcto y dijeron que él estaría en Fortaleza. Solo eso, nada más. Y nos preguntaron si podíamos arrestarlo", relató Aldai da Rocha, el oficial de la policía responsable de la operación que condujo a su arresto. Desde su llegada al aeropuerto, la Policía Federal lo captó a través de las cámaras caminando junto a un empresario boliviano. Ambos se dirigían al área del aeropuerto donde se rentan autos. Pero pese a que la policía identificó las placas del vehículo, al poco tiempo perdieron su rastro.

"Afortunadamente, una cámara mostró que su automóvil iba en la misma dirección en dos o tres días diferentes. Era la dirección de Taíba", recordó Rocha.

Sin descanso, ni siquiera en Navidad, los agentes le siguieron el rastro hasta que una mañana cálida de un 27 de diciembre lo detuvieron en la entrada de un parque acuático, al que había ido con su familia y su amigo cruceño. Vestía bermudas, camiseta blanca y no se resistió en lo absoluto. La Policía Federal supo después que el amigo cruceño fue quien alquiló la propiedad en Taíba para una estadía de 15 días, así como el automóvil que utilizaron durante el viaje.

Una de las vistas desde la casa que rentó ‘La Chepa’ en Brasil. Allí pasó Navidad junto a su esposa e hijos, además de su amigo de Santa Cruz (Foto: Especial)
Una de las vistas desde la casa que rentó ‘La Chepa’ en Brasil. Allí pasó Navidad junto a su esposa e hijos, además de su amigo de Santa Cruz (Foto: Especial)

La ostentosa vivienda tiene acceso directo al mar, con escaleras privadas que conectan la casa con la playa. Tiene cuatro chalets pequeños, un área común con sala de estar, una pequeña piscina y una cancha de básquetbol. Una gran área verde cubre la propiedad y altas palmeras se alzan para darle un ambiente totalmente tropical.

Bajo su fachada de ganadero, "La Chepa" entró y salió de Bolivia con destino a Brasil al menos tres veces, sin levantar ninguna sospecha. En su primer viaje recorrió en carro los más de 2.000 kilómetros que separan a Santa Cruz de Sao Paulo, ciudad a la que fue para asistir a una exposición de caballos.

A principios del presente año, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNUDC) sostuvo que entre 2017 y 2018 fueron detenidos en Bolivia 469 extranjeros por delitos relacionados con el narcotráfico, entre ellos 142 colombianos, 121 peruanos, 83 argentinos, 58 brasileños, 46 chilenos y 19 paraguayos.

Carlos Romero reconoció que muchos narcos han encontrado en aquel país el lugar idóneo para lavar dinero simulando que sus ganancias provienen de "emprendimientos productivos, ya sea de agricultura o ganadería".

Con sus 1.098. 581 kilómetros cuadrados de superficie y su ubicación geográfica -en el corazón de Sudamérica- el ministro de Gobierno aceptó que Bolivia puede ser una opción atractiva para las organizaciones criminales, más si se toman en cuenta sus extensas llanuras y la porosidad de las fronteras con sus vecinos Argentina, Paraguay, Brasil, Perú y Chile.

El narco en la sangre

Junto con Nemesio Oseguera, el “Mencho”, al menos 7 de los hermanos González Valencia están en la lista “negra” del narcotráfico en EEUU.
Junto con Nemesio Oseguera, el “Mencho”, al menos 7 de los hermanos González Valencia están en la lista “negra” del narcotráfico en EEUU.

González Valencia es parte de una familia de vieja presencia en el tráfico de drogas en México. El patriarca, Armando Valencia Cornelio, "El Maradona", fundó una organización conocida como Cártel del Milenio, que operaba principalmente en Michoacán y Guerrero.

El grupo enviaba cocaína a los Estados Unidos y fue uno de los primeros en traficar drogas sintéticas. El cártel fue prácticamente extinguido durante el gobierno del ex presidente Vicente Fox (2000-2006), pero los hijos y hermanos del fundador siguieron activos.

Uno de ellos, Abigail González Valencia, se alió con su cuñado, "El Mencho", para crear un nuevo grupo que colaboró con el Cártel de Sinaloa hasta 2010. A partir de ese año, empezaron a disputar a sus ex aliados el control del narcotráfico en Jalisco, uno de los principales centros de operación financiera de Sinaloa. Abigail fue detenido en febrero de 2015 y, a partir de ese momento, su hermano ocupó su lugar en la organización.

Con él suman 6 los hermanos González Valencia detenidos, de los 18 que son y que forman el grupo de "Los Cuinis", identificado como brazo financiero y empresarial del CJNG.

Rosalinda Gonzalez Valencia y Nemesio Oseguera formaron la alianza de sangre entre “Los Cuinis” y el CJNG. (Foto: Especial)
Rosalinda Gonzalez Valencia y Nemesio Oseguera formaron la alianza de sangre entre “Los Cuinis” y el CJNG. (Foto: Especial)

Los González Valencia, originarios de Michoacán, son el tronco familiar del CJNG, además de su savia financiera.

Acosado por Los Zetas, que comenzaron a disputarles el territorio entre 2003 y 2004, todo el clan Valencia tuvo que huir de Michoacán.  Los "Cuinis" se trasladaron con todo y su tradición criminal, hacia Jalisco, Colima, Nayarit y Guanajuato, donde crearon una célula de defensa con sicarios bien entrenados. Al frente de esta nombraron a un joven bien conocido por ellos desde su juventud en Michoacán: Nemesio Oseguera, el "Mencho".

Con el apoyo financiero de los González Valencia –ahora su familia política– y su demostrado poder de fuego, el "Mencho" integró primero el grupo de los Matazetas, en 2011. Con este replegó a Los Zetas en la región del Bajío y les arrebató el Golfo con sus mismas estrategias: una estructura de mando muy estricta, con niveles y grados bien definidos, lealtades muy sólidas y ahora dicen que entrenados por fuerzas paramilitares de Colombia y otros países extranjeros, que le han permitido extenderse por todo el país y resto del mundo.

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