Las enfermedades ocultas que afectan a los populares taqueros mexicanos

Ningún visitante se va de México sin probar los clásicos tacos. Pero quienes los elaboran en infinidad de puestos callejeross están expuestos a una serie de enfermedades y algunas pueden contagiarlas a sus clientes

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Una de las figuras más populares en México es el taquero, el encargado de preparar los famosos tacos que son uno de los alimentos emblema el país a nivel mundial. Pero su realidad va más allá del folklore. La naturaleza de su trabajo los hace víctimas de una serie de enfermedades que acortan su vida laboral e incluso pueden afectar también a sus clientes.

Entre las precarias condiciones de trabajo que enfrentan están el permanecer parados por horas, a veces hasta más de seis, en exposición constante al humo y la contaminación, al tráfico vehicular, a residuos y olores que emanan de alcantarillas –en el caso de los que trabajan en puestos callejeros- no poder ir al baño cuando lo necesiten, el uso de cuchillos no aptos para su labor y una exposición constante a bacterias.

Su vida laboral puede terminar entre los 47 o 50 años, mientras que para la mayoría de las personas concluye entre los 65 y 70.

Todo en conjunto, les puede provocar graves enfermedades, advirtió Lourdes Preciado Serrano, investigadora del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

En México los tacos se pueden vender en taquerías instaladas en locales comerciales o en puestos callejeros, quienes trabajan en estos últimos están más expuestos a todo tipo de riesgos.

"Enfrentan riesgos biológicos por el manejo de la carne y vegetales a través de una cortada se pueden contagiar bacterias que les pueden provocar enfermedades de la piel, gastrointestinales, infecciones cerebrales, gástricas y como no tienen una protección física con lentes o gorras, la misma manteca o aceite –que usan para preparar el relleno que lleva el taco- les afecta el cabello y pueden tener caída del cabello por exceso de grasa", explicó la investigadora a Infobae.

De manera informal, alumnos de la UdeG han realizado entrevistas con quienes se dedican a esta labor que les han permitido conocer más de los peligros a los que estas populares figuras se enfrentan todos los días.

Quienes trabajan en puestos callejeros están expuestos al calor y el frío al mismo tiempo pues mientras el área donde cocinan registra altas temperaturas si se alejan un poco inmediatamente se enfrentan un cambio brusco, lo que puede derivar en enfermedades respiratorias y del pulmón. Generalmente trabajan abajo o al borde de las banquetas y no siempre los respetan los automovilistas o motociclistas.

Un aspecto al que los mismos taqueros no le dan importancia es el hecho de que tienen un alto consumo de bebidas gaseosas, que los lleva a una deshidratación porque se debilitan sus electrólitos naturales por la falta de agua. El refresco les provoca también obesidad.

Están en riesgo de contraer enfermedades a los riñones porque no tienen lugar a donde ir a hacer sus necesidades y tienen que contenerlo durante muchas horas, alertó la investigadora.

Jorge, un taquero de un puesto cercano a la avenida Insurgentes, que atraviesa la capital mexicana, sabe que sus condiciones de trabajo no son las mejores. Tiene 27 años y cuatro dedicándose a este oficio que aprendió de otro puesto en el que trabajaba como "chalan" –ayudante.

Siempre estoy en el calor, aquí puedes ver que hay mucho humo, pero pues hay que aguantarse porque de aquí come uno no, dice mientras atiende a la clientela.

Cuando se le cuestiona si piensa dedicarse a esto por el resto de su vida, solo afirma que "ahora sí que mientras el cuerpo aguante". Admite que a veces tiene dolores en la espalda y en las rodillas, pero considera que es hasta cierto punto normal.

Otro taquero entrevistado a unas cuadras afirma que hay días en los que no tienen oportunidad de ir al baño al que lo dejan entrar en un restaurante que está enfrenta o en un súper mercado que queda a tres calles.

Admite que en ocasiones los clientes lo ponen de malas por sus exigencias o a veces él mismo se preocupa porque la gente no llega "y no sale lo del día".

A la larga, esta situación que la investigadora llama "estrés económico", también afectará su salud.

"Los riesgos ergonómicos son otro peligro que enfrentan. Hasta ahora no hemos registrado uno que pueda trabajar sentado. Son horas en las que se mantienen parados y empiezan a tener enfermedades lumbares desde dolores en la espalda alta, baja y media, hasta desviación en la columna vertebral", observó Lourdes Preciado.

Las manos son una de las partes del cuerpo que más se usa en este oficio, con ellas, todo el tiempo están preparando los tacos, partiendo la verdura que llevan encima, etcétera, por ello, los taqueros también puede desarrollar artritis.

"Hay equipos ergonómicos que les permiten trabajar, pero eso implica inversión, por ejemplo, utilizar botas o zapato adecuados para estar de pie de acuerdo a su peso, tapetes ergonómicos –que disminuyan el impacto que provoca en las rodillas el estar tanto tiempo parados-, cuchillos con mangos especiales y protecciones como gorra, lentes, guantes, cubre bocas, tapones auditivos, son equipos que lo puede hacer el mismo trabajador, pero también buscar lugares donde no estén las alcantarillas –el estar cerca de una alcantarilla les facilita el tener un lugar para arrojar los desechos líquidos- ", recomendó la especialista.

El que usen este equipo es indispensable, comentó a Infobae María del Carmen Macías Vázquez, del área de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

"Están en riesgo de contraer enfermedades que pueden transmitir a consumidores como tuberculosis. Por un lado es la salud de ellos y por otra la de la gente que va a comer y es aquí donde se activa otra alarma: Dónde están las disposiciones de sanidad", cuestionó.

¿Y la atención médica?

Aunque en México ya existen posibilidades para que quienes trabajan en el sector informal tengan acceso a servicios de salud públicos, los taqueros generalmente no tienen esta previsión.

"Es un trabajador vulnerable, en completo desamparo", señaló la investigadora de la UNAM.

"Pero como es típico del mexicano, sólo va al médico cuando esta enfermo y tampoco existe esta costumbre de ahorrar", finalizó.

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